"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 17 de abril de 2022
GONZALO ROJAS
Acorde clásico
Nace
de nadie el ritmo, lo echan desnudo y llorando
como el mar, lo mecen las estrellas, se adelgaza
para pasar por el latido precioso
de la sangre, fluye, fulgura
en el mármol de las muchachas, sube
en la majestad de los templos, arde en el número
aciago de las agujas, dice noviembre
detrás de las cortinas, parpadea
en esta página.
FRIDA KAHLO
El horrendo Ojosauro
El
horrendo
"Ojosauro"
primitivo
animal
antiguo, que
se quedó muerto
para - encadenar
la ciencias.
Mira hacia arriba
y no tiene nombre.
-Le pondremos uno:
El Horrendo Ojosauro!
JOSÉ EUGENIO SÁNCHEZ
freedom fries
la
libertad no dura
se pudre antes que un tomate
creí
ser libre al hablar
y creí ser libre al cerrar la boca
y la
libertad aún está disparando
desde un submarino que no detectan los radares
un
puñado de granos de los pulmones a la cara
y el taconeo de muletas mutiladas
la
libertad es una verde señora francesa
que ilumina con su antorcha el puerto de new york
la
libertad es tan libre que no se ha detenido con nosotros
es esclava de lo que le viene en gana y no le importan las consecuencias
y es
que la libertad en sí misma es desnuda y feliz
por eso las autoridades nos protegen muy bien de ella
noche
de estreno
y no
podía cerrar su pantalón
no podía caminar
carajo
era una vida realmente triste la del hombre de la verga grande
sufría: no tenía inspiración
ni un buen vino ni un buen paisaje en la ventana
por fortuna junto a una buena botella llegó bernardette
que no se aparecía desde aquella vez cuando la abandonó
-con las reservaciones de un viaje a hawaii-
un ejecutivo que mordisqueba la barbilla de otros ejecutivos
bien afeitados con sacos de piel y radiolocalizadores
pero bernardette busca casos perdidos
por eso llegó aquí
y cada vez que bernardette visita al hombre de la verga grande
se emborracha y se deja chupar las tetas pero nunca penetrar
una eggwarmer resentida en busca de consuelo
que huye cuando ve a alguien tan necesitado como ella
y el macho egoista que llora y patalea
se queda solo con su vergota
uf
: como muchos que nos hemos quedado con la vergota así
solos solos
y obviamente el hombre de la verga grande decide masturbarse
-de una manera especial-
digo bernardette no es cualquier teaser
un trozo de sandía escurriendo jugo es su coño y no se puede comer
distinguida exótica y de abolengo
por eso el hombre de la verga grande toma el florero oriental de porcelana que
le regaló su madre
y arranca las flores artificiales con tanta furia
como si fuesen las bragas de bernardette
y lo recarga en el dintel de la ventana
donde antes el culo de bernardette se balanceó
(negándose dos veces:
en
una cerró las piernas y en la otra gritó: por ahí no es amor)
y lo aprieta como si moldeara las redondas nalgas de bernardette
y respira hondo respira respira y empuja:
plop
la porcelana envuelve el glande
y lentamente cubre el tronco como lama al río
el hombre de la verga grande se mueve con seguridad en el florero
y refleja una sombra inmensa en la pared
interpuesto entre el espacio del tiempo y la materia
y antes de que la gran verga dispare diamantes perfumados de opio asíatico
cintilante en ese adorno místico
crack
el florero que soportó más que bernardette
se desmorona como una realidad muy cruel que tasajea todo
y hay sangre mucha sangre mucha sangre
la verga tiene múltiples heridas y sigue erecta
emergencia emergencia
un torniquete
el hombre de la verga grande está en el hospital
lo atiende el doctor robert –famoso por sus prescripciones-
y lo sutura y le advierte cuando le extiende una receta
: a muchas les gusta que se la metan toda
y las muelan pinole hasta que se les irrite la garganta por tanto grito
y a otras nomás les basta que les chupen las chiches
y eso es un misterio inexplicable:
tendrás la verga así las próximas semanas
no te quites las vendoletas cero puñetas nada de alcohol
y toma estas pastillas si te sientes aburrido:
y el hombre ahora con una momia entre las piernas
desencajado frente a un futuro incierto
sigue sin poder cerrar su pantalón
sin poder caminar
carajo
SALVADOR NELIDA
Los nombres
Dejo
el recuerdo en paz,
lo recubro de arena,
quiebro en duros
cristales
sus alegorías
y las hundo
en el agua,
las disperso
en el viento
para que se destruyan
definitivamente.
Pero el viento
y el agua
me devuelven
los nombres, levantan
desde el polvo
los mudos sortilegios,
me arrojan a la cara
su verdad.
Y comienza
nuevamente el enigma.
De: “Las apariencias”
DENISE LEVERTOV
La queja de Adán
Hay
quienes,
no importa qué les des,
también quieren la luna.
El
pan,
la sal,
carne blanca y roja,
y todavía tienen hambre.
La
cama matrimonial
y la cuna,
y siguen con los brazos vacíos.
Les
das la tierra,
su propia tierra bajo los pies,
y se lanzan al camino.
Y el
agua: cavá el pozo más hondo,
que no será suficiente
para beber en él la luna.
ÓSCAR CASTRO
Descubrimiento de América
Habría
que empezar de nuevo.
Partir de la raíz del indio.
Ir al origen puro sin conceptos ya hechos.
Sólo así encontraremos la América no descubierta,
la América del vientre claro y los jocundos pechos,
la América con su propio idioma cantador,
galopando su libertad de yegua joven bajo cielo.
Tenemos
cuatro siglos de invasiones.
No sabemos usar nuestros ojos.
Pies extraños caminan por nuestras heredades.
Extranjeras palabras definen gestos nuestros.
Oro, cobre y sudor americanos
-amalgama de gritos y protestas-
surcan el mar en barcos de incomprensibles nombres.
América.
Digo: la América de los bananos,
y los cafetales, y las caucheras y los minerales.
La América que pare abundancia.
La América de los grandes ríos y las montañas grandes.
El Nuevo Mundo que amamanta el mundo viejo.
La tierra en que mis hermanos los parias tienen hambre.
La América, si, la América quo no necesita nodrizas,
porque bebe leche de cielo en la cumbre del Aconcagua.
No
la escolar América sabida por los mapas:
tierra tatuada de nombres y colores,
partida en Panamá por un canal de fierro
y comida en el Sur por los hielos australes,
sino ésta otra, ésta que nace
en el pétreo filo de los Andes
y cae como un poncho verde a dos mares azules.
Esta que va en mi canto americano,
resonando en el galope del charro,
del huaso, del llanero, del indio y del gaucho.
Esta que va en la espalda del cargador de muelles,
y en la espuela grandona, y en el sombrero floreado,
y en la ojota besada por aguas y tierras,
y en el olor del mate amargo,
y en el lamento de la quena y la trutruca,
y en el aroma de la piña madura,
y en el maíz que ríe con risa de sátiro,
y en el coco y la jícara que recibe su jugo.
Esa es la América, hermanos.
Es
pura la mañana. Cantan los pájaros.
Canta el sinsonte y el quetzal es un relámpago.
Vamos a descubrir la América nuestra.
El día agita sus banderas anchas.
Es hora de partir y amanecer.
Partamos.
