jueves, 4 de agosto de 2016


PUREZA CANELO




Regrésame



No sabrás con certeza
tu caminar conmigo
en este verano de temblor
frente a los álamos.
Debo decirte
nunca conocerás
cómo te he amado
hasta dónde el sol
me ha entrado en la boca
el hueso en la garganta
toda la soledad
dorándome
lo que tú has amado.

La orfandad es esto.
Abrazar la noche
buscar su cuello
matar la oscuridad
pero sin fuego
y al amanecer tirar la ropa
con bordados azúcar P.C.G.
saliendo en busca de los perros
que sí se han amado
entre huerto y más huerto
donde la huella está.

Créeme.
He sido como Agustín
y su hoyo de arena
frente a todo.
Aquí el pasto
vencido a mediodía
mi espalda
entreteniendo a hormigas
sola entre higueras
con el fruto a punto
de enamorarme
y la boca mejor no estaba.

El amor es así.
Quiero decir, el mío,
sobrevivencia
en el desnudo
mujer o tierra
abrasadas del astro
pero la vida
huida a veces
pero la vida
pero, amor,
regrésame.


JUAN ANTONIO MASOLIVER



  
Ahora que el corazón me duele como nunca...



Ahora que el corazón me duele como nunca,
como un espejo, sí, como un espejo
herido, como un sol incendiado o las cenizas
de sol en la mirada de lo que fue:
días de amor como dicen que son
en la penumbra los muebles de una alcoba,
sus espejos, los cuerpos que reposan
en la indolencia de un prado o de una cama.
Al pintar iniciamos la creación
de la realidad. El tiempo ignora este instante
de dicha, este dolor del lienzo
que revela el cuerpo que ahora duele
tanto porque es tan sólo el cuerpo
de un instante. Y está aquí, con nosotros.
Como el día del amor en el lienzo,
sin ventanas, ni luces, ni paisaje,
sólo este hondo dolor,
este abrazo que ahora, en el vacío,
es una herida, como las sombras
que dejan los muertos más queridos
en nuestros ojos. Y duele tanto
amarles. Y amarla duele más
porque está viva y no está aquí
y es feliz y ha olvidado mi abandono.


De: "Los espejos del mar"



RAFAEL MORALES




Ausencia



Estoy solo en el campo. El mundo está vacío
sin ti. Yo palpo, triste, la soledad del cielo...,
dejo mi alma lenta que se la lleve el río,
que un pájaro se lleve mi corazón en vuelo.

La soledad, la ausencia, concrétanse en la roca,
y el silencio se expande como niebla en mis venas;
el campo me parece la ofrenda de tu boca
y acaricio tu piel si toco las arenas.

Estoy solo en el campo, sin ti, de Talavera.
Oigo por este árbol crecer tu sangre amada,
subir hasta los cielos, colmar la primavera,
mientras me sienta ausencia, suspiro, viento, nada.



LUISA CASTRO



  
Agonía



Tú no vienes.
Te sientas a mi lado
y te gusta hacer preguntas
y esperas
que yo extraiga un pez brillante
del fondo del lago.

Pescadora no soy.
Nadie me ha visto enturbiando la orilla del río
con unas botas de agua.

Lo que estremece al buscador de oro,
ese brillo convulso,
para mí es dolor.

De: "De mí haré una estatua ecuestre" 



YOLANDA BEDREGAL




Rebelión 



Miraba yo la pampa inmensa soñando con el mar.
Miraba yo la pampa tensa, tan alta, tan serena,
tocando con el cielo su frente de cristal;
un acorde de grises y violetas su manto,
que altura en la belleza!
que altura en la belleza!
que majestad estática en el día altiplánico!

De pronto un niño llora.
Entre la paja brava, con su ponchito viejo
llora un niño. Por que?
Quien sabe...

El indio aymará se lleva el grito en su raza,
y su clamor innato
desgarra la serena nobleza del paisaje.

Un niño, un llanto humano es una herida abierta
que ensangrienta este mundo.
Tiemblan y se estremecen los monolitos míticos:
se rompen y entreveran los caminos de paz.
Hay maldad en la tierra.
Arde lo que era de hielo.

Las palabras suaves se crispan en los puños
desafiando al relámpago.
Corro sobre la pampa desaforadamente;
me quema el corazón como una brasa.
Hay maldad en la tierra, hay injusticia.

Quizás mas lejos halle la bandera que busco.
Quiero la gleba abierta con sus labios de surcos
como un libro de música.
Quiero que se calme este llanto de niño
que es llanto del mundo.


JOSE LUIS CANO



  
Espumas



Este cuerpo de amor no necesita
quemar su luz en otra ardiente rama.
La lava en que se quema y que derrama,
por su propio volcán se precipita.

Tu hermosura sin voz sólo me incita,
no un corazón ni el vuelo de una llama.
Mi alimento es mi amor, y lo que ama
mi sangre, es esa piel, que un astro imita.

¿Qué esconde esa belleza? Sólo espumas,
Oh hermosa nada que a mi amor convoca,
raudo cielo sin Dios, mar sin secreto.

Pero besar todas sus dulces plumas
es ya el único sino de esta boca,
la única gloria ya de este esqueleto.