"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 26 de agosto de 2021
ALEJANDRA PINTO
no
estoy muerta
no estoy muerta
ni enrielada
la avidez de lo vivo
la intransigencia
de lo que soy
la radicalidad
que nutro a mi pesar
suaves letras
dichas al pasar
una letra muda
una canción sobre la lluvia
como moja el agua
el sueño de mis amigas.
ALMA VELASCO
-Caldero
terrorífico
En
un terrorífico caldero
Se ve un gusano batiendo el mugrero: patas de mosca prieta,
Pelos de rana atleta
¿y quién se comerá el fuchi-puchero?
De:
Horripilantario
HOMERO PUMAROL
Es
un día cualquiera
Globos y taxis anuncian la gloria
Hombres de polvo empujan carretillas y bastones
Con helado y chile en los bolsillos
Faroles blancos y cintas negras y amarillas en tránsito cerrado.
Sentado
en la acera con la luna en el hombro
Como un proyector de dibujos animados
Veo parejas besarse, minifaldas, sobretodos.
Escucho números de quiniela, lecturas del tarot y futbol,
Pasan Gringos y chingan tus madres,
Uniformes negros, caballos, coches, delantales.
Buenas
noches Seño
Buenas noches
Sabe a donde queda la parada del metro
mas allá necesito el fm2
Los
arboles se agitan
Y en sus sueños no hacen falta jardineros.
AMANDA BERENGUER
El
vidrio negro
el
cono de la lámpara me pone a foco
más cerca
más nítida
me veo y me ven
la imagen con fantasma ajustará sus círculos
y no sé si cubrirla ya con un paño de lágrimas
el recuadro de una silla enmarca la lluvia
sobre el vidrio negro
el árbol en lo oscuro
inclina del otro lado sobre mi hombro
su brillo cubierto de hilos
- la ventana es un ojo
un dragón de tinta-
esa torcaza colgada a mis espaldas
proyecta una espiral amarilla
y mostacillas de fósforo le queman las alas
- se repite-
el vidrio negro nos envuelve malignamente:
la ventana es una célula encapuchada
una mirada fotográfica
un revólver
el cono de la lámpara me pone a foco
está sentada vestida de rojo escribiendo
mira de vez en cuando la ventana
la lluvia sobre el vidrio negro
le apuntan:
es un blanco perfecto
VÍCTOR RIVERA
VÍCTOR
RIVERA
Todavía
caen las hojas
No
he vivido más que un continuo otoño.
Desde que recuerdo las hojas no dejan de caer
En un jardín que siempre se prepara para nacer de nuevo.
Me he desvelado escuchando su caída por el aire
Sabiendo que nunca tocarán el suelo.
Pareciera
que los deseos
Se concentran en la nervadura de los olmos
A un paso de pertenecer a la incertidumbre del siroco.
En eso consiste el futuro, en imitar la danza de las hojas y el vacío.
El
tiempo no se detiene,
Aunque las cosas se congelen en una pausa de la tierra
Entre la hierba y el follaje una niña no deja de bailar.
Todo es caída y otoño
Por la luz que lentamente se deshoja.
Aunque pasen las estaciones
Los árboles que parecen muertos
No dejarán de alargar sus ramas desnudas
Hacia el espacio nítido.
Es el roble de mi infancia
En espera de una canción bajo su sombra.