"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 16 de mayo de 2020
WOLE SOYINKA
Aunque llegué al final del viaje…
Aunque
llegué al final del viaje,
Jamás
sentí que hubiera llegado.
Tomé
la carretera
Que
sube despacio la cuesta de las preguntas, y que me lleva
Incluso
a descender a la tierra que conduce a casa. Yo sé
Que
mi carne está limpiamente mordisqueada, perdida
Para
el perturbado pez entre las vainas susurrantes-
Yo
los dejé atrás en mi ruta
Y
así también con el pan y el vino
Necesito
la repartición de derrota y carestía
Yo
los dejé atrás en mi ruta
Jamás
sentí que hubiera llegado
Aunque
amor y bienvenida me atrapan en casa
Los
usurpadores pasan mi copa en cada
Banquete
como en una última cena
CECÍLIA MEIRELES
Canción
Puse
mi sueño en un navío
y
el navío sobre el mar,
-después,
abrí el mar con las manos,
para
hacerlo naufragar.
Mis
manos aún siguen mojadas
del
azul de las olas entreabiertas,
y
el color que escurre de mis dedos
colorea
las arenas desiertas.
De
lejos viene el viento,
y
la noche se curva de frío,
bajo
el agua va muriendo
mi
sueño, dentro de un navío…
Lloraré
todo lo que sea necesario
para
hacer que la mar crezca,
y
mi navío llegue al fondo,
y
mi sueño desaparezca.
Después,
todo será perfecto;
playa
lisa, aguas calmas,
mis
ojos secos como piedras
y
mis dos manos quebradas
STÉPHAN MALLARMÉ
Brisa marina
Leí
todos los libros y es, ¡ay! , la carne triste.
¡huir,
huir muy lejos! Ebrias aves se alejan
entre
el cielo y la espuma. Nada de lo que existe,
ni
los viejos jardines que los ojos reflejan,
ni
la madre que, amante, da leche a su criatura,
ni
la luz que en la noche mi lámpara difunde
sobre
el papel en blanco que defiende su albura
retendrá
al corazón que ya en el mar se hunde.
¡Yo
partiré! ¡Oh, nave, tu velamen despliega
y
leva al fin las anclas hacia incógnitos cielos!
Un
tedio, desolado por la esperanza ciega,
confía
en el supremo adiós de los pañuelos.
Y
tal vez, son tus mástiles de los que el viento lanza
sobre
perdidos náufragos que no encuentran maderos,
sin
mástiles, sin mástiles, ni islote en lontananza…
Corazón,
oye cómo cantan los marineros!
KAMALA SURAIYA
Enamorada
¿A
qué me recuerda la boca ardiente
Del
sol, llameando en el cielo
De
hoy? … ¡Oh! Sí, su
Boca,
y… miembros como plantas
Pálidas
y carnívoras estirándose
Hacia
mí y la triste mentira
De
mi inagotable deseo. ¿Dónde está
El
espacio, la excusa o incluso
La
necesidad del amor? Porque, ¿no es cada
Abrazo
algo completo, un
Rompecabezas
acabado, cuando boca sobre
Boca
miento, ignorando mi pobre y
Melancólico
pensamiento, mientras el placer,
Con
premeditada alegría,
Atruena
ásperamente en el
Silencio
de la habitación…? Al mediodía
Miro
los cuervos flacos volando
Como
peces con alas – y por la
Noche,
desde detrás de la calle Burdwan,
Los
portadores de muertos gritan, ¡Bol
Hari
Bol!, extraño acompañamiento
Para
noches sin luna. Mientras paseo
Insomne
por la veranda un
Millón
de preguntas surgen en
Mí,
todas sobre él y
Esta
sensación por la piel
Que
no me atrevo todavía en
Su
presencia a llamar nuestro amor.
LOUISE LABÉ
Soneto XIII
Si
arrebatada en bello seno fuera
de
aquel por quien muriendo yo estoy viva:
si
la suerte con él quiere que viva
ese
tiempo que envidia no interfiera,
si
asido a mí, Querida, me dijera,
holguémonos,
que Mar embravecida
no
habría, ni Borrasca a la deriva
que
los lazos unidos destruyera:
si
teniéndolo así en abrazo estrecho,
como
el Árbol con la Hiedra al pecho,
llegase
Muerte, cual celosa diva:
cuanto
más suavemente me besara,
y
por sus labios mi alma se fugara,
morir
dichosa fuera, más que viva.
TUDOR ARGHEZI
La ceniza de nuestros sueños
La
ceniza de nuestros sueños
cae
a montones sobre nosotros,
como
caen en los búcaros
los
pétalos azules,
atacados
por un insecto oculto en las hojas.
Se
agita el viento y gime.
La
tierra se funde con el cielo,
las
ciudades son bolos y ovillos,
hondas
guitarras de blasfemias,
y
el aire es frío como el hierro.
La
tierra es un molino vacío
con
larvas mendigando aposento,
moviéndose
en el polvo muerto
que
se está perdiendo en el caos…
la
tierra de los sueños que han sido.
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