"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 20 de febrero de 2025
FRANK O’HARA
Poesía
La
única manera de quedarse callado
es ser rápido, así que te asusto
con torpeza, o sorprendo
con una puñalada. La mantis
religiosa conoce el tiempo más
a fondo que yo y es
más informal. Los grillos usan
el tiempo de acompañamiento
a su inocente tic. La cebra
corre en sentido antihorario.
Todo eso quiero.
Ahondarte con mi rapidez
y encanto como si
tuvieras lógica y certeza,
pero seguir callado como si
estuviera habituado a ti; como si
nunca fueras a dejarme
y fueses el inexorable
producto de mi propio tiempo.
ROBERT BURNS
El epitafio del bardo
Existe
un inocente inspirado,
Un pensamiento hambriento de gloria,
Un buscador incesante y orgulloso,
Deja que se acerque,
Y así como canta la hierba húmeda
Derrama tu lágrima.
Existe
un bardo de rústicas melodías
Robando las multitudes con su sinfonía,
Que cada semana se reúnen para oírlo,
¡Oh, no pases de largo!
Con un fuerte sentimiento altivo
Exhala aquí tu suspiro.
Existe
un hombre cuya sentencia clara
Enseña a otros a dirigir el curso,
Sin embargo, él corre una vida incansable,
Salvaje como las olas,
Pasa por aquí y vuelca tu lágrima
Sobre la terrosa tumba.
El
pobre que habita debajo
Se apresuró a aprender de los sabios,
Cálido sintió de la amistad el rayo
Y su llama suave;
¡Irreflexivas locuras lo cubren ahora
Y manchan su nombre!
¡Escúchame
lector! Si tu alma
Dispara los vuelos de la fantasía,
Larvas oscuras consumen esta tierra
Mientras descienden en el sepulcro:
Recuerda que la cautela y la prudencia
Son las raíces de la sabiduría.
REINALDO ARENAS
Última luna
Por
qué esta sensación de ir a buscarte
hacia donde por mucho que vuele
no he de hallarte.
Qué terror sin tiempo ahora me impele
a por sobre tanto terror siempre evocarte.
No ha de encontrar sosiego nuestra pena
(que hallarlo sería comenzar otra condena)
y por lo mismo jamás cesaré de contemplarte.
Luna, una vez más aquí estoy detenido
en la encrucijada de múltiples espantos.
El pasado es todo lo perdido
y si del presente me levanto
es para ver que estoy herido
(y de muerte)
porque ya el futuro lo he vivido.
Ésa, indiscutiblemente, ésa es la suerte
que por venir del infierno arrostro.
Extraña amante,
sólo me queda contemplar tu rostro
(que es el mío)
porque tú y yo somos un río
que recorre un páramo incesante,
circular e infinito:
un solo grito.
JOSÉ LUIS GÓMEZ TORÉ
De invierno
Invierno
tiene márgenes extraños
y dobles de ceniza en los espejos
y estandartes de nieve inhabitable
como emblemas secretos del exilio.
Invierno
es un país de márgenes extraños:
una calle que linda con la muerte,
la orilla de una gesta en una página,
una costa donde termina el mundo.
De: “Llamarse nadie”
RAFAEL GARCIASOL
Arenga a las rosas
Rosas,
creced, pujad, multiplicaos
hasta invadir las cajas de caudales,
hasta impedir las ametralladoras,
hasta sembrar la pólvora y el hierro
de luz y primavera,
hasta ocupar el odio y las entrañas
de obuses, bombas, balas y morteros.
¡Creced,
rosas, creced! ¡Pujad sin tregua!
Llenad los ojos de los tocineros,
floreced los cerebros belicosos,
corroed de esperanza a los podridos,
iluminad la mente de las bestias,
que se alimentan de oro, y sangre, y lágrimas;
que son capaces de matar la vida
porque palpita y brilla en nuestras manos.
Árboles, aguas, pájaros, frutales,
mieses, vides, obreros, plantas, madres,
óleos, músicas, máquinas, ideas,
vamos a proclamar la resistencia
de amor contra la guerra.
Están
sembrando el aire de temores
para amargarnos la alegría,
para que nos matemos tú y yo, hermano,
ahora que ya maduran los dolores, y el sentido
va a revelarse al mundo.
Trabajad
de espaldas al temor. Abrid los ojos,
Rosas, hombres, al bien y a la belleza.
¡Creced! ¡Cantad! La vida es nuestra.
La tierra es nuestra, y nuestro es el futuro.
Trabajos, pensamientos, esperanzas,
vuestros y nuestros, rosas, hombres.
Nosotros encendemos las estrellas
y traemos el día,
y por nosotros se hará la paz.
Estamos en peligro, rosas, hombres,
perfume, sol, materia, inteligencia,
ciencia, fe, muerte, piedra, gracia, Dios.
¡Ahoguemos
a los bárbaros en luces!
¡Avanzad, rosas, hombres! ¡Ocupad el mundo!
GIOSUÈ CARDUCCI
El soneto
Dante
le dio del serafín el vuelo
circundado de azules y de oros;
en manantial de rimas y de lloros
diole Petrarca el corazón en duelo.
Del
venosino y del mantuano suelo,
la musa tiburtina los decoros
diole al Tasso; y en déspotas desdoros
Alfieri lo clavó como escalpelo.
Fóscolo,
el trino de los ruiseñores
y del nativo acanto los primores
le dio bajo los jónicos cipreses.
Último
yo -no sexto- vuelo y llanto,
arte, hálitos, iras, en él canto,
y lo elevo a los Manes como preces.
Versión de Carlos López Narváez