jueves, 10 de mayo de 2018


SHAMSUDDIN HAFIZ





Sufre en silencio



¡Mil veces gracias! Una vez más mis ojos ha podido
aplacar sus deseos mirando tu rostro
Leal y pura, vuelves a ser la compañera de mi alma.
A veces pisan los viajeros el camino de la desgracia.
Pero el compañero de ruta no se inquieta por si sube o si baja.
Vale más sufrir en silencio por una pasión oculta
que confiarse a un compañero. Secretos hay
que no se depositan en corazones llenos de malicia.
Regocíjate si la presencia de la bienamada te ilumina.
Si la noche viene a envolverte de tristeza,
¡consúmete, oh, antorcha, pero brilla!
Con la ilusión de un beso, compra la dicha.
Salvará tu cuerpo y tu alma de las astucias del enemigo.
Largas horas y aun días me harían falta, ¡oh, mi amada!,
para decir la tristeza que ensombrece mi rostro
a causa del dolor con que me abrumas.
El canto del amor ha hecho conocer en Irak e Hijaz
la dulce melodía de los gazales de Hafiz.


De "Los Gazales de Hafiz"

Versión de Enrique Fernández Latour


CONCHA URQUIZA




  
Tus ojeras*

                                                       Para mi hermana María Luisa



Hay en tus ojeras luna diluida
y olor de jazmines, y triste cantar,
la nostalgia en ellas quedóse dormida,
disuelta en las perlas de un dulce llorar...

Cuando lloras cantan tus lágrimas puras
los himnos sagrados que Eros formó,
y hay en tus arcanas pupilas oscuras
los hondos misterios que Apolo cantó.

Desmayan los sueños en sus tristes rasos
que mudos semejan pálidos ocasos...
pálidos ocasos de riente ilusión...

Mientras sus hogueras tus labios encienden
y tus dos ojeras en tu rostro prenden
el lirio azul pálido de su corazón...

México, julio de 1922


*Concha tenía 12 años de edad cuando escribió este poema.


PERE QUART





Hay cosas demasiado puras...



Hay cosas demasiado puras
para ser dichas
o simplemente pensadas.
Pero los poetas,
incontinentes, verbosos,
osan inquietar las zonas inefables
con escogidas palabras
al fin y al cabo estúpidas.

Y aún pretenden
ser los trujamanes
de la musa inservible
o de algún dios,
sobrante como todos.
¿O exprimen de sí mismos
quizá celestes zumos?
Menos mal que escasean los espejos,
ya que los poetas, en efecto,
son harto ridículos
en su jactancia.

Más valdría callar,
que todos callásemos.
Y entonces aprestar las grandes orejas
y aprender algo
de los lamentos, los zumbidos,
del cántico de la vida;
de los entrañados latidos
y los admirables -pese a todo-
silencios animales
del hombre,
casi imposible probatura.


De "Vacaciones pagadas"

Versión de José Batlló


WENDY GUERRA





Salmo peninsular



Marenostrum
tú que llegas hasta donde el límite no puede besar
que haces de los peces el alimento más puro de los hombres
tú que sostienes los barcos y los mundos
que ofrendas santos a la suavidad violenta del viento como
milagros de fe
que separas y distancias aislas y alejas postergas y fugas
¡Ay Marenostrum!
Así como tienes esa fuerza en mi pasado
rompe el cristal del agua y hazlo emerger curando mi presente
atormentado
sin miedo Marenostrum a las olas quebrantadas
y con la seguridad del Mesías sobre el agua avanza en mí
protege su entrada misteriosa en mi bahía de bolsa
como entra el río en los ojos de sus hijos
como entra su boca en mi pequeña boca de sal y arena cerni-
da de dolor
Marenostrum plataforma insular hazlo hacer la ruta del
bien
paso de sangre azul por mi país disperso mi paraíso
herido mi aguafuerte
haz de mi cuerpo un puente de vidrio que traiga a casa a las
criaturas disipadas
alúmbrales sus pies sus rumbos sus pisadas
si fueron mis amigos no los conviertas jamás en mis
enemigos déjalos llegar
y navégales en mi mar sin juzgar la comunión de nuestros
cuerpos distanciados
que el destino de sus piernas y el placer de sus ojos sobre el
valle
sea bendecido por tu azul
Marenostrum
hazlos volver y no le cierres la puerta común que hoy está
lacrada
para que sea por fin divino el placer de lo que no es sólo nuestro
para que seas mar hombre y mujer en la justa
humedad de nuestros cuerpos
para que sea tuya la playa y sus contornos
para que recobre sentido la ruta de los peces en su territorio
usurpado
para que estemos juntos como siempre ya para siempre
Amén.


ESTHER DE CACERES





Porque me traían tu sueño...



Porque me traían tu sueño
yo amé los cielos de la tarde
y los árboles solos.

Y amé los mares en el alba
y las barcas abandonadas,
porque en ellas iba encontrando
¡tu recuerdo!

Ya sin los cielos de la tarde
ni los mares del alba
¡te tengo!

Libre de las imágenes
¡te tengo!

Porque ahora te amo
en esta soledad mía
sin recuerdos.


JOSÉ IGLESIAS DE LA CASA





Idilio III - Ilusiones de la tristeza



Descaminada, enferma y peregrina
la estéril tierra piso:
ocúltase la luz que me encamina,
y tiemblo de improviso.
Airado el Aquilón tronca las plantas,
silbando en las cavernas:
suspenden sus dulcísimas gargantas
las avecillas tiernas.
Marchítanse estos prados cuando miran
el fuego de mis ojos;
las florecillas de ellos se retiran,
armándose de abrojos.
Copian mi rostro pálido las fuentes,
y enturbian sus cristales;
huyen de mí las fieras inclementes
con bramidos fatales.
¿Quién les dijo mi mal. ¿Quién les dio cuenta
de mi dolor callado,
cuando el ardor que el alma me atormenta
decir me está vedado.
¿No te basta, cuitada, el miedo extraño
que dentro el alma siente,
sin que todas las cosas en tu daño
se muestren inclementes.
Llora, ¡ay mísera!, llora, pues el llanto
sólo a tu mal conviene:
y ni en hombres y en fieras tu quebranto
remedio alguno tiene.