lunes, 17 de diciembre de 2012

ESTEBAN CHARPENTIER





P.D.



Para que no me confundas,
con mis anónimos
colgaré de los balcones de mis manos
los disfraces que más se me parecen

SUSANA CATTANEO





Vestida de rafia…



Vestida de rafia, la paloma
bebe té a orillas del destino
y arroja barajas de polvo
sobre opacos futuros.
Descubro el asombro
en sus plumas de fuego.
A su espalda,
llamas violetas
semejan candiles.

Un tiempo habrá
en que los ciegos despierten
extraños de luz.

MEDARDO ÁNGEL SILVA







Amanecer cordial

      Ah, no abras la ventana todavía,
es tan vulgar el sol!... La luz incierta
conviene tanto a mi melancolía...
me fastidia el rumor con que despierta
la gran ciudad... Es tan vulgar el día!...

   Y ¿para qué la luz? ...En la discreta
penumbra de la alcoba hay otro día
dormido en tus pupilas de violeta...
Un beso más para mi boca inquieta...
Y no abras la ventana todavía!

SILVINA OCAMPO






Única sabiduría



Lo único que sabemos
es lo que nos sorprende:
que todo pasa, como
si no hubiera pasado.

HAROLD ALVARADO TENORIO





Cuando fuimos uno con otro... 



Cuando fuimos uno con otro
contamos numerosas estrellas 

Cuando hacíamos el amor
las noches se detenían en la nuestra 

Cuando de toda palabra nos recibíamos
escribíamos un libro 

Los dioses no han sido derrocados
y su poder nos asignó varios caminos 

Cuando nos separamos
todo retornó al futuro y al vacío 

Habíamos recobrado nuestra contingencia
y el pasado habitaba en la memoria. 

JUAN DE DIOS PEZA






Reír llorando



Viendo a Garrick, actor de la Inglaterra,
el pueblo al aplaudirlo le decía:
Eres el más gracioso de la tierra y el más feliz.
Y el cómico reía.

Víctimas del spleen los altos lores,
en sus noches más negras y pesadas,
iban a ver al rey de los actores
y cambiaban su spleen en carcajadas.

Una vez ante un médico famoso,
llegose un hombre de mirar sombrío:
Sufro -le dijo- un mal tan espantoso
como esta palidez del rostro mío.

-Nada me causa encanto ni atractivo;
no me importan mi nombre ni mi suerte;
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única pasión la de la muerte.

-Viajad y os distraeréis. -Tanto he viajado
-Las lecturas buscad -Tanto he leído
-Que os ame una mujer -¡Si soy amado!
-Un título adquirid -Noble he nacido.

-¿Pobre seréis quizá? -Tengo riquezas
-¿De lisonjas gustáis? -¡Tantas escucho!
-¿Que tenéis de familia?... -Mis tristezas
-¿Vais a los cementerios?... -Mucho, mucho.

¿De vuestra vida actual tenéis testigos?
-Sí, mas no dejo que me impongan yugos;
yo les llamo a los muertos mis amigos;
y les llamo a los vivos mis verdugos.

-Me deja -agrega el médico- perplejo
vuestro mal, y no debo acobardaros;
Tomad hoy por receta este consejo:
sólo viendo a Garrick podéis curaros.

-¿A Garrick ? -Sí, a Garrick... La más remisa
y austera sociedad lo busca ansiosa;
todo aquel que lo ve muere de risa;
¡tiene una gracia artística asombrosa!

-¿Y a mí me hará reir? -¡Ah, sí, os lo juro!;
él, sí, nada más él... ¿Mas qué os inquieta?...
-Así -dijo el enfermo- no me curo:
¡Yo soy Garrick! Cambiádme la receta.

¡Cúantos hay que, cansados de la vida,
enfermos de pesar, muertos de tedio,
hacen reír como el autor suicida
sin encontrar para su mal remedio!

¡Ay! ¡Cuántas veces al reír se llora!..
¡Nadie en lo alegre de la risa fíe,
porque en los seres que el dolor devora
el alma llora cuando el rostro ríe!

Si se muere la fe, si huye la calma,
si sólo abrojos nuestras plantas pisa
lanza a la faz la tempestad del alma
un relámpago triste: la sonrisa.

El carnaval del mundo engaña tanto;
que las vidas son breves mascaradas;
aquí aprendemos a reír con llanto
y también a llorar con carcajadas.