jueves, 14 de mayo de 2015

LEOPOLDO PANERO




A mis hermanas

Estamos siempre solos. Cae el viento
entre los encinares y la vega.
A nuestro corazón el ruido llega
del campo silencioso y polvoriento.

Alguien cuenta, sin voz, el viejo cuento
de nuestra infancia, y nuestra sombra juega
trágicamente a la gallina ciega;
y una mano nos coge el pensamiento.

Ángel, Ricardo, Juan, abuelo, abuela,
nos tocan levemente, y sin palabras
nos hablan, nos tropiezan, les tocamos.

¡Estamos siempre solo, siempre en vela,
esperando, Señor, a que nos abras
los ojos para ver, mientras jugamos!



 

JOSÉ LUIS VILLATORO


 

Poema

 

Ayer pasó Dios
por mi puerta
-y me miró a los ojos

(nunca lo había visto
de aquel modo
inquisitivo)

Hizo que repitiera
el nombre
que llevo entre los labios

-Era tu nombre
amor
-Vida

-y se puso alegre
-y me tocó la frente
con sus dedos nudosos

 

 

 

FINA GARCÍA MARRUZ




A aquel vago delirio de la sala...

 

A aquel vago delirio de la sala
traías el portal azul del pueblo
de tu niñez, en tu silencio abríase
una lejana cena misteriosa.
Cayó el espeso velo de los ojos
y al que aguardó toda la noche abrimos.
Partía el pan con un manto de nieve.
Con las espaldas del pastor huiste,
cuando volviste el rostro era la noche,
todo había cambiado y sin embargo
en la granja dormían tranquilas las ovejas.

 

 

JOSÉ GOROSTIZA


 

Agua, no huyas de la sed, detente...

 

¡Agua, no huyas de la sed, detente!
Detente, oh claro insomnio, en la llanura
de este sueño sin párpados que apura
el idioma febril de la corriente.

No el tierno simulacro que te miente,
entre rumores, viva; no madura,
ama la sed esa tensión de hondura
con que saltó tu flecha de la fuente.

Detén, agua, tu prisa, porque en tanto
te ciegue el ojo y te estrangule el canto,
dictar debieras a la muerte zonas;

que por tu propia muerte concebida,
sólo me das la piel endurecida
¡oh movimiento!, sierpe que abandonas.

 

 

JOSÉ LEZAMA LIMA


 

El suplente

 

Vendrá el suplente en agua a conversar.

Se dirigirá hacia el norte donde tejen,
desconocido llegará a los que lo protegen.

Se arrancará su diente y a sembrar.

Vendrá el suplente en vino a pelear,
esgrimirá la traílla en zumbido planetario,
tropezará con el estilo rufián del carbonario.

Se apretará el chaleco y a bromear.

Los dos suplentes no se encontrarán en la escalera
aunque dejarán sus huellas en el molde de cera,
al mismo tiempo se taparán con las dos hojas de la puerta.

No se saludarán al valsar los largos corredores,
pero se embriagarán con los mismos escanciadores.


Ya llega el otro suplente para tirar del rabo de la puerca.

 

 

FERNANDO PESSOA


 

Amor es lo esencial...

 

Amor es lo esencial.
Sexo, mero accidente.
Puede ser igual
O diferente.
El hombre no es un animal:
Es carne inteligente,
Aunque algunas veces enferma.

 

(5.4.35)
Versión de Rafael Díaz Borbón