jueves, 13 de junio de 2013

ROSA LENTINI


El daño



Del cordón umbilical de las preguntas
sólo tira hacia afuera lo que quema,
una apuesta sostenida,
un color remoto y dócil que se fue.
Perdimos incluso el rastro de la rabia
en mundos insomnes.
La noche y la humedad
llenaron de polvo tu canto,
y ahora acoges el pálido silencio
que acerca el eco a lo sagrado.
Más allá las palabras se cosen a la voz,
las lenguas se visten con alientos
que se desvanecen en espejos,
pues la imagen del mundo
espera aún en la zarza,
con un nuevo asombro y un tiempo vacío.


De "El sur hacia mí" 


JULIÁN DEL CASAL



  

3. Post umbra



Cuando yo duerma, solo y olvidado,
     dentro de oscura fosa,
por haber en tu lecho malgastado
     mi vida vigorosa;

cuando en mi corazón, que tuyo ha sido,
     se muevan los gusanos
lo mismo que en un tiempo se han movido
     los afectos humanos;

cuando sienta filtrarse por mis huesos
     gotas de lluvia helada,
y no me puedan reanimar tus besos
     ni tu ardiente mirada;

una noche, cansada de estar sola
     en tu alcoba elegante,
saldrás, con tu belleza de española,
     a buscar otro amante.

Al verte mis amigos licenciosos
     tan bella todavía,
te aclamarán, con himnos estruendosos,
     la diosa de la orgía.

Quizá alguno, ¡oh, bella pecadora!,
     mirando tus encantos,
te repita, con voz arrulladora,
     mis armoniosos cantos;

aquellos en que yo celebré un día
     tus amores livianos,
tu dulce voz, tu femenil falsía,
     tus ojos africanos.

Otro tal vez, dolido de mi suerte
     y con mortal pavura,
recuerde que causaste tú mi muerte,
     mi muerte prematura.

Recordará mi vida siempre inquieta,
     mis ansias eternales,
mis sueños imposibles de poeta,
     mis pasiones brutales.

Y, en nuevo amor tu corazón ardiendo,
     caerás en otros brazos,
mientras se esté mi cuerpo deshaciendo
     en hediondos pedazos.

Pero yo, resignado a tu falsía,
     soportaré el martirio.
¿Quién pretende que dure más de un día
     el aroma de un lirio?

ANTONIA TORRES





Inventario de equipaje


Para Javier Bello

Sostener el cuerpo con palabras
como quien sostiene la bandeja del desayuno
en ascuas
esperando ser invitado a la ejecución o al banquete.

Sostener palabras con el cuerpo henchido
como se sostienen cartas, columnas o banderas.

Sostener un libro como predicador
cuando se lee, a solas, un poema en voz alta.

Así se sostiene el cuerpo:
con preñez y palabras
gruesas, delgadas
en aduanas y puertos

de este modo se declara el cuerpo:
inventario de equipaje, aunque ligero, una oración
o el denso humo de su quema.




DELMIRA AGUSTINI





Ceguera



Me abismo en una rara ceguera luminosa,
un astro, casi un alma, me ha velado la Vida.
¿Se ha prendido en mí como brillante mariposa,
o en su disco de luz he quedado prendida?
No sé...
Rara ceguera que me borras el mundo,
estrella, casi alma, con que asciendo o me hundo.

¡Dame tu luz y vélame eternamente el mundo!


RAFAEL DE LEÓN





Lluvia



¡Te quiero!, -me dijiste,
y la flor de tu mano
puso un arpegio triste
sobre el viejo piano.

( En al ventana oscura
la lluvia sonreía...
Tamboril de dulzura.
Gong de melancolía.)

-¿Me querrías tú lo mismo?-
Y en tu voz apagada
hubo un dulce lirismo
de magnolia tronchada.

( La lluvia proseguía
llorando en los cristales...
Cortina de agonía.
Guadaña de rosales.)

-¡Para toda la vida!-,
te dije sonriente.
Y una estrella encendida
te iluminó la frente.

( La lluvia proseguía
llamando en la ventana
con una melodía
antigua de pavana.)

Después, casi llorando,
yo te dije: -¡Te quiero!-
Y me quedé mirando
tus pupilas de acero.

-¡Para toda la vida!-
dijiste sonriente,
y una duda escondida
me atravesó la frente.

( En la ventana oscura
la lluvia proseguía
rimando su amargura
con la amargura mía.)
 


ALFONSO FREIRE





Los trenes del sur



La tristeza de las estaciones
Mueren
Y reviven en el recuerdo
De los que nacimos en las estaciones móviles
Del sur

El amor y el humo del olvido
Se sientan en la sala de espera

Mi padre viene y va
En su tren invisible
Para contar en cada regreso
La historia
De viajes y retornos

Muchos jóvenes de hoy
Desconocen la magia de los trenes
Por haber nacido en otros viajes
Que aún no tiene estaciones.