viernes, 2 de abril de 2021


 

ANGÉLICA SANTA OLAYA

 


 

Un mar dorado

ondula su piel de ámbar

besando al sol

ELSE LASKER-SCHÜLER

 

 


 

 

Oh, quiero salir del mundo

Entonces llorarás por mí.

Hayas sangrantes avivan

mis sueños guerreros.

 

Por lóbregas malezas

debo ir,

por zanjas y aguas.

 

Siempre rompe impetuosa ola

en mi corazón;

enemigo interior.

 

¡Oh, quiero salir del mundo!

Pero incluso desde lejos

enloqueceré, titilante luz,

 

junto a la tumba de Dios.

 



MÓNICA ZEPEDA

 

 

 

Lejos de lo posible




Lejos de lo posible y bajo el umbral,
me tumbé a llorar no la lágrima, sino al hombre,
los relámpagos en mi cabeza, el sudor nocturno
y frío, los tiempos necesarios, la salud y el cáncer
de mama de mi madre. Me tumbé sobre la idea
de vivir después de ti y se escapó de mis manos
lo que entonces parecía tan inalcanzable.

 

Aunque se escarbe hasta el fondo de la última
palabra algún enigma, los valles y temores,
situados en la geografía íntima e individual,
se conduelen casi siempre propios
y ajenos a uno mismo.

 

¿Acaso dilapidó el pan las migajas
de lo que fuimos, de lo que soy,
de esto que ha sido año tras año,  adiós tras adiós,
conjugar el musgo al talón a orillas del río?

 

Pongamos sobre la mesa el aplauso,
el regocijo, los semblantes de alegría.
Mañana terminará el ayer y el hambre
que sentíamos nuestra nunca nos perteneció.

 


Festejemos, pues, el umbral, lejos de lo posible.

 

 

JORGE RUIZ DUEÑAS

 

 


 

25 de noviembre

 



Cuando el año quiebra la cintura

y los desastres interiores

ilustran nuestras vidas

la familia Tanaka recorre el estero

                                                      y todo el 25 de noviembre

 

Mishima preparó su muerte el mismo día

Para ello:

               abrió obsesiones por el bajo vientre

               y entregó su inteligencia a la decapitación

 

La familia Tanaka cumple con sus tradiciones:

rescata las pequeñas especies

respeta la vejez

y no aspira al coraje del séppuku

Adopta fábulas menos terribles

                                                  y duraderas

Procura leer poco a Mishima

 

 

YOSA BUSON

 

 


 

Bajo la lluvia de verano
El sendero
Desapareció

NICOLÁS FERNÁNDEZ DE MORATÍN

 


 

Aplauso a Dorisa

 

 

Bendita sea la hora, el año, el día

y la ocasión y el venturoso instante

en que rendí mi corazón amante

a aquellos ojos donde Febo ardía.

Bendito el esperar y la porfía

y el alto empeño de mi fe constante

y las saetas y arco fulminante

con que abrasó Cupido el alma mía.

Bendita la aflicción que he tolerado

en las cadenas de mi dulce dueño

y los suspiros, llantos y esquiveces,

los versos que a su gloria he consagrado

y han de vencer del duro tiempo el ceño,

y ella bendita innumerables veces.