"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 24 de julio de 2018
YVES BONNEFOY
V
Salgo.
Sueño que salgo en la noche nevada.
Sueño que llevo
Conmigo, lejos, fuera, es sin retorno,
El espejo de la recámara superior, aquel de los veranos
De otro tiempo, la barca y la proa donde, simples,
Fuimos, nos preguntamos, en el sueño
De veranos que fueron breves como es la vida.
En aquellos tiempos
Fue a través del cielo que brillaba en sus aguas
Que los magos de nuestro sueño, retirándose,
Propagaban sus tesoros en el cuarto oscuro.
Sueño que salgo en la noche nevada.
Sueño que llevo
Conmigo, lejos, fuera, es sin retorno,
El espejo de la recámara superior, aquel de los veranos
De otro tiempo, la barca y la proa donde, simples,
Fuimos, nos preguntamos, en el sueño
De veranos que fueron breves como es la vida.
En aquellos tiempos
Fue a través del cielo que brillaba en sus aguas
Que los magos de nuestro sueño, retirándose,
Propagaban sus tesoros en el cuarto oscuro.
JULIETA MORENO
Cuervo
La
única forma de romper el vínculo
es la
traición:
abrir
el pecho
escindir
la piel
penetrar
el cuerpo
cortar
las arterias
llegar
al corazón
a la
médula del dolor.
ANA ROSETTI
Custodio mío
Salamandra es deseo
bebiendo en los topacios de un estanque,
en cielos de Giotto,
en las bóvedas húmedas de translúcida yedra.
Morera y vid se agotan en tu mano.
Es deseo caballo enloquecido
de temor bajo un raudal de agua,
cascada donde estalla el arcoiris,
desbaratada trenza entre piedras cayendo.
Brazo tuyo defensa en mi cintura.
Y como la belleza -desmesura, naufragio
o voluble liana que se empina hasta el cedro
sofocándolo- el deseo penetra y es herida.
Cuerpo tuyo, cercado que mi pasión desborda,
todo escudo en dócil miel fundido
y es inútil tu intento: a un labio enamorado
ni el laurel más mortífero detendría.
Ya no podrás lograr que permanezca intacta,
angélica tesela en su alto dominio,
que mi emoción recorte cual ciprés
en un parque atildado,
que contemple el abismo desde los barandales
y al vértigo resista.
Crueldad subyugadora es el deseo.
Y me entrego a su lanza, y ho quiero rehuir
su mordedura.
Apártate de mí, no quiero que me guardes,
que en mi cuerpo refrenes lágrimas ni jardines,
y antes de que las quejas aviven mi desprecio,
los avisos mi cólera, caiga sobre tus labios
-incendio alertador, granada suplicante-
la delicada muerte de mi olvido.
Salamandra es deseo
bebiendo en los topacios de un estanque,
en cielos de Giotto,
en las bóvedas húmedas de translúcida yedra.
Morera y vid se agotan en tu mano.
Es deseo caballo enloquecido
de temor bajo un raudal de agua,
cascada donde estalla el arcoiris,
desbaratada trenza entre piedras cayendo.
Brazo tuyo defensa en mi cintura.
Y como la belleza -desmesura, naufragio
o voluble liana que se empina hasta el cedro
sofocándolo- el deseo penetra y es herida.
Cuerpo tuyo, cercado que mi pasión desborda,
todo escudo en dócil miel fundido
y es inútil tu intento: a un labio enamorado
ni el laurel más mortífero detendría.
Ya no podrás lograr que permanezca intacta,
angélica tesela en su alto dominio,
que mi emoción recorte cual ciprés
en un parque atildado,
que contemple el abismo desde los barandales
y al vértigo resista.
Crueldad subyugadora es el deseo.
Y me entrego a su lanza, y ho quiero rehuir
su mordedura.
Apártate de mí, no quiero que me guardes,
que en mi cuerpo refrenes lágrimas ni jardines,
y antes de que las quejas aviven mi desprecio,
los avisos mi cólera, caiga sobre tus labios
-incendio alertador, granada suplicante-
la delicada muerte de mi olvido.
TANIA SALINAS
Dolly se lava el espanto pero no se friega la
incertidumbre
Sinfónica
expansiva
roturando
los
contornos
anímicos,
vaivén
en los
bordes
elásticos
de
la
paranoia.
Una
chica explotó
y
flores como sandía
irrumpieron
el silencio.
Mis
ojos
odian
la violencia
de la
sangre,
grito,
embestida,
llanto
como
fideos
en la
sopa
del
universo,
agua,
azul.
Me
siento mejor.
¿Mañana?
Quién
sabe.
EZEQUIEL CARLOS CAMPOS
Bolsillos vacíos
Por
andar ligando mi bolsillo se secó.
Traía
peces y a las mujeres les gustan los peces.
Daba
uno para llevarla al cine,
otro
para robarle un beso,
uno más
para llevarla a la cama.
Al
final del día mi bolsillo
sin
peces
pedía
más agua y menos amor.
MARGIE HABER MUSTRI
Oreja
cómo la
oreja semesiente con la otra
oreja
lamisma
pero
otra
o un
pliegue de la misma que
sientediferente
que
siente más
que
siente masa
mango
cómo
semete en su propioorificio
y
semescucha delicioso
se
selecciona
qué
escuchar
es
****
char
(deshechar)
(des)
sescucha
el
sabor sensación
desafrutaques
la
propia
oreja
colocando
el lóbulo en la falta
en
el hueco ahí donde
colinda
lo más duro
(que
suaviza lo suavísimo)
y
sentir en los bordes
y
querer
llegar
más
y no
poder
DESAR
Desear
más pliegues más
Orejas
más
lóbulos?
Y duros
más huecos y bordes –bordeadores de los mismos
huecos
huecosos porosos–
DESEAR
Queldeseo
que
el deseo
se
me
colinda
todoahí
en el
hueco que rodea al borde
en el
deseo
del
hueco
del
duro
del
suavísimo
del
lóbulo
?
de la
oreja
UNA
delasdosenUNA
pliegues
y pliegues y pliegues
Y
más
deseo
DESEAR
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