"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
lunes, 8 de enero de 2018
ÁLVARO VALVERDE
He temido el
encuentro. Sí, supuse probado...
He temido el encuentro. Sí, supuse probado
que esa ignota comarca encerraba secretos
que eran míos de antiguo.
Que su mito era fruto de una aciaga mentira.
Sus leyendas tejieron una red de emboscadas.
Cuando apenas conozco, hago mías las huellas
de esos pasos que ahora
asimila la sombra.
Cada casa o iglesia, cada muro o sendero,
participan del tránsito.
Suspendidos proponen su ficción de promesas.
Junto al río, sentado, al pasar de la noche,
he entendido lo inútil de ofrecerles batalla.
Paralelos discurren dos viajes. A un tiempo,
retrocedo y avanzo. Peregrino a las fuentes
y aun así permanezco.
Voy de paso. ¿Hacia dónde?
¿ Qué remoto espejismo me depara el presente ?
¿Por qué yendo, regreso? Trazo círculos, lanzo
-piedras planas al agua. En sus ondas intento
apresar el que sea, para mí, convincente.
Con paciencia, persisto. Fijo el pulso. Procedo.
Son ensayos fallidos. Darán cuenta algún día
de la vida de un hombre: solo, ajeno, consigo.
He temido el encuentro. Sí, supuse probado
que esa ignota comarca encerraba secretos
que eran míos de antiguo.
Que su mito era fruto de una aciaga mentira.
Sus leyendas tejieron una red de emboscadas.
Cuando apenas conozco, hago mías las huellas
de esos pasos que ahora
asimila la sombra.
Cada casa o iglesia, cada muro o sendero,
participan del tránsito.
Suspendidos proponen su ficción de promesas.
Junto al río, sentado, al pasar de la noche,
he entendido lo inútil de ofrecerles batalla.
Paralelos discurren dos viajes. A un tiempo,
retrocedo y avanzo. Peregrino a las fuentes
y aun así permanezco.
Voy de paso. ¿Hacia dónde?
¿ Qué remoto espejismo me depara el presente ?
¿Por qué yendo, regreso? Trazo círculos, lanzo
-piedras planas al agua. En sus ondas intento
apresar el que sea, para mí, convincente.
Con paciencia, persisto. Fijo el pulso. Procedo.
Son ensayos fallidos. Darán cuenta algún día
de la vida de un hombre: solo, ajeno, consigo.
ARNULFO VALDEZ OLETA
Habitamos en una piedra enorme.
Por lo
tanto: hay muchas piedras
salvo
algo de arena
que
logra preñarse junto con el viento.
Porque
todos sabemos que las piedras no ruedan
sólo
gozan de instante eterno
y la
lengua que los mantiene en pulso
lengua
con amplio kilometraje
[que
cumple el otro lado del horizonte.
Todo
para justificar intentar cubrir su mediocridad cíclica.
Piedra
tras piedra que hay dentro de la piedra que sólo es más piedra
Y yo mira, chi-tón
Dice mi
tía.
AIDA CARTAGENA
Meditación
La rosa
de la tarde se desgrana
como
espiga madura. la corola del mar es
de un
intenso malva.
Del
cielo no hay un solo tallo verde.
El
tálamo del tiempo ha tenido otro sueño.
Un dia
nos quedamos sin soles...sin estrellas...
En los
párpados vagos una visión se graba.
No
sabemos si para acariciarla
la luz
es mas propicia
LLevársela
a Dios
como
una dalia fresca.
El
corazón no sangra por que bebió su sangre.
La vida
y la muerte se besan para eterno.
MORIANA DELGADO
En el lago
Es la
tarde de las gotas ámbar
Es la
tarde en la que tú y yo vayamos a mirar el lago
Es la
tarde para hablar del suicidio,
para
hablar de botánica y tónicos sórdidos.
Es la
noche en la que las paredes se derrumban
La
noche en la que el lago nos dejará ir
La
noche que me retengas bajo esta ciudad.
La
noche que me hables de nosotros
La
noche que traicione mi ansia
Y
carcoma mi gracia.
La
noche que me embarca, me abraza y me malgasta
La
noche en la que sé,
nada es
verdad.
LURIEL LAVISTA
Rumor
Afuera
de la concurrida avenida
la lluvia es arrancada de las hojas
entre una deformación de la brecha
al paso sin incomodidad saltan las mejorías,
las largas miradas burlan a las horas.
la lluvia es arrancada de las hojas
entre una deformación de la brecha
al paso sin incomodidad saltan las mejorías,
las largas miradas burlan a las horas.
Los
vientos se arremolinan al centro
por la fiebre las flores emergen
la luz con absoluta duda las envuelve
pongo la mano en sus botones
y le quito los estorbosos pliegues.
por la fiebre las flores emergen
la luz con absoluta duda las envuelve
pongo la mano en sus botones
y le quito los estorbosos pliegues.
Mi
aliento buscando resurgir
en los mínimos movimientos de su calor.
en los mínimos movimientos de su calor.
La
llama de la muerte hace su entrada
adormecida en los tuétanos
rapta queriendo esparcirse
en medio del rumor de la ciudad.
adormecida en los tuétanos
rapta queriendo esparcirse
en medio del rumor de la ciudad.
Grita
la gente, le gritan al vacío
y miran junto al precipicio
su espanto queda reducido
ante la estampa vieja y natural.
y miran junto al precipicio
su espanto queda reducido
ante la estampa vieja y natural.
¡Se van
a caer de ahí!
Jajaja…te puedes caer de donde sea.
Jajaja…te puedes caer de donde sea.
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