lunes, 8 de enero de 2018

ARNULFO VALDEZ OLETA




Habitamos en una piedra enorme.
Por lo tanto: hay muchas piedras
salvo algo de arena
que logra preñarse junto con el viento.
Porque todos sabemos que las piedras no ruedan
sólo gozan de instante eterno
y la lengua que los mantiene en pulso
lengua con amplio kilometraje
[que cumple el otro lado del horizonte.
Todo para justificar    intentar cubrir su mediocridad cíclica.
Piedra tras piedra que hay dentro de la piedra que sólo es más piedra
Y yo mira, chi-tón
Dice mi tía.


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