"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 19 de noviembre de 2016
ÁLVARO LUQUÍN
9
Pues
sí, Kristeva, fui abyecto
pero aquella mosca andaba echando cabras
por eso la machaqué.
Fue en público y, lo acepto, repugnante.
¿Qué más hacía? Agonizaba, temblaba odiosa
y todavía quiso dejarme en custodia
sus últimas larvas.
pero aquella mosca andaba echando cabras
por eso la machaqué.
Fue en público y, lo acepto, repugnante.
¿Qué más hacía? Agonizaba, temblaba odiosa
y todavía quiso dejarme en custodia
sus últimas larvas.
SUSANA THÉNON
Caos
El
supuesto camino es la consagración
de sus
pasos,
no
tienen más que avanzar
-el
retroceso los sorprenderá un día-,
no
tienen más alternativa que adelante.
Su
culpa no ha nacido,
esto
que ven y tocan tiene todo el
sabor
de cosa digerida en sueños.
Son
señales de nada,
muestran
con sonidos casi envejecidos ya
el
progreso de la variante simiesca.
Van
solos.
Un gran
cansancio no ayuda,
no
invita al caos, preparado como una fiesta.
De:”De Habitantes de la nada”
DANIEL MEDINA ROSADO
Mímesis para gusanos III
El
Ángel se despidió de mí durante la noche.
Dios
es,
en el
mundo,
un
gran:
CINDY JIMÉNEZ VERA
Cultiva tu propio jardín
Los
titulares
de los
periódicos electrónicos
para
intelectuales
hablan
de la revolución alimentaria
del
desarrollo sostenible
de la
paz mundial
por
medio
de la
ecología
a mí me
parece todo
un
spark note
del
Cándido de Voltaire
en
papel reciclado
con un
giro predecible de marketing
reutilizo
las botellas plásticas
con
hojitas verdes en la etiqueta
—de muchas
maneras por
si
acaso.
De:”400 nuevos soles”
ÓSCAR HAHN
Eso sería todo
Te
estoy haciendo un destino aquí mismo
Lo
estoy dibujando en las alas de un pájaro
Lo
estoy pintando en la pared de mi cuarto
Ahora
el pájaro vuela con furia
ahora
lanza su grito de guerra
y se
dispara contra la pared
Sus
plumas están flotando en el espacio
Sus
plumas están mojándose en su sangre
Coge
una pluma y te escribe este poema
LEO MERCADO
22
el
inconveniente de las burbujas
es que
no tienen bordes visibles
entonces
los cobardes
husmean
reticentes
con la
punta de su alfiler
apoyándolo
suavemente
con la
esperanza de que sea
en
realidad
un rayo
ensordecedor
caído
del cielo
el que
los libere de su opresión
y así
poder
ahorrarse la fatiga
de ser
por un momento
valientes
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