"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 30 de junio de 2021
JOAO MAIMONA
Pulsos
fueron
contaminados por solidificación de los verbos:
llegó
la época de inundaciones. se une a la
sílabas
comparten azulejos distantes.
renacer
una respiración repentina:
Es
el momento de dar la bienvenida rebanadas
de
esperanza: se asocian con los verbos
que
se incluye la liberación.
Puedo
reanimar palabras extintos
la
dulzura de la forma. y escribir
los
límites de la lucidez. obsesivo crece
la
connivencia donde se adormecen
interrogatorios
flexible y el espacio actual.
y
devolver la metralla sin junta.
que las fronteras pueden inventariar
por
medio de sacrificios de franqueo
y
ofrecerlos a los cielos?
la
ciudad no sabía dónde para encontrar
flor
inesperado. la cara de la catedral
metralla
se multiplican volver
con
el sello: eran un resultado inevitable
los
impulsos de la noche sutil.
JEAN ARP
Colmena de sueños
las
flores se visten con relámpagos
en el plumaje de la estrella duerme el sueño de carne
guarnecido de senos
el sueño tiene en la boca una estrella como el gato tiene en la
boca un ratón
las flores de carne tienen lengua de sueño
estrella de bruma
la
estrella de carne bajo la bóveda del tiempo
el tiempo ronronea como un sueño
alrededor de los senos alrededor de las colmenas de sueños
duermen las estrellas
bruma de flor
plumaje de estrella
las flores ronronean
las
estrellas ronronean frente a la colmena de los relámpagos
ratón de bruma
ratón de estrella
ratón de flor
el sueño es un gato su lengua es una flor
la
carne ronronea en el plumaje del tiempo
los ratones y los gatos duermen sobre la lengua del tiempo
el relámpago duerme bajo la bóveda de bruma
las estrellas se visten con senos
la lengua de bruma en la boca de flor
la boca de bruma bajo la bóveda de carne
Versión de Aldo Pellegrini
VIVIANA PALETTA
el
enemigo sentimental
Temo
el frío del hombre, el ancho río,
la
aurora gélida, mi cuerpo en hambre.
Devástame
de mí. Soy el calambre
que
roe el candil donde mi ciño.
Calienta
en el fragor la tumba helada.
Inúndame
de él. Un cuerpo nimio
se
escarcha en la sombra que me agarra.
Helándome
de mí soy mi enemigo.
De: “Las naciones hechizadas”.
ESTHER GARBONI
Poeta
Se
te dio, poeta, el don de la mirada
sobre
las cosas bellas; pudiste ver arder
el
mar y encenderse los bosques en la noche.
Se
te dio, poeta, el color, el sabor, el tacto
de
la belleza.
Se
te dio la palabra.
Se
te dio la música.
Y a
cambio, poeta, se te dio el dolor,
el
desgarro infinito, inconsolable, impúdico
de
contemplar
cómo
lo bello se hace mentira
a
poco que alguien se recree en su goce.
Se
te dio, poeta, el dolor de saber
que,
al cabo, de nada sirve tu palabra.
Es
la poesía, y no tú, poeta,
la
que resiste al tiempo.
Morirás,
poeta,
aunque
tuyos sean ahora
el
color, el sabor, el tacto… la poesía.
De: “A mano alzada”.
PHILLIS WHEATLEY
Un himno al crepúsculo
Tan
pronto como el sol abandonó el este central
el trueno repicó y sacudió la llanura celestial;
¡Esplendor majestuoso! desde el ala del céfiro,
exhala el perfume de la primavera en flor .
Suave murmullo de los arroyos, las aves renuevan sus notas,
y a través del aire su música flota mezclada
¡A
través de todos los cielos qué tintes tan bellos se extienden!
Pero
las glorias al oeste, el rojo en lo más profundo:
Así que muchos de nuestros pechos con cada resplandor virtud,
¡los templos de vida de nuestro Dios en la tierra!
Lleno
de la gloria de aquel que da la luz,
y corre el azabache las cortinas de la noche,
que le permiten dormitar plácido, calmo, de su mente cansada,
en la mañana despierta más placentero, más compuesto;
así serán las labores del día que comienza
más puro, más reservado de los lazos del pecado.
Cetro
de plomo de una noche que sella mis ojos soñolientos,
entonces cesa mi canción, hasta que justo se hubiere erguido la Aurora.