"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 5 de enero de 2021
RENÉE FERRER
Insomnio
Del vasto territorio del insomnio,
de su ilímite páramo de sombra,
traigo hilachas de ausencia entre los labios,
una huella que me hurta y que te nombra.
¿Qué distancias de fiebre y desvarío
por las estribaciones de la aurora
recorro suplicante, pierdo, ansío
destejiendo la trama de las horas?
Cuando estoy por tocarte es ya un vacío
la llama de tu voz. Como las hojas
de un vendaval atónito y tardío
tu fantasma mi sueño desaloja.
Me sorprende el lucero soberano
creando tu caricia con mis manos.
Mayo de 1994
RICARDO HERNÁNDEZ PEREIRA
Cansancio
Estas
grietas están cansadas de gritar el mismo grito
cansadas
del susurro
del
ahogo
cansadas
del cansancio mismo
y de
los bostezos de los transeúntes
que se quedan dormidos en las lápidas y cruces
de
esos sueños que algún día debieron ser
y no fueron.
SAMUEL BECKETT
canción
Vejez
es cuando a un hombre
arrimado al fuego de la chimenea
temblando a causa de las brujas
para poner el cazo sobre el lecho
y traerle su ponche
viene ella en las cenizas
quien amada no pudo ser vencida
o vencida no amada
o alguna otra aflicción
viene con las cenizas
como en esa luz vieja
el rostro en las cenizas
aquella vieja luz de las estrellas
en la tierra otra vez.
corazón, qué oquedad,
y dentro cuánta suciedad
dormir hasta la muerte
nos cura siempre
ven a aliviar
esta vida este mal
¿La esperanza?, un bribón, el más grande
embustero,
hasta que la perdí, no supe de la felicidad.
Copiaré del infierno en la puerta del cielo:
dejad toda esperanza los que entráis.
Pide al todo-lo-cura, al
todo-lo-consuela pensamiento
solaz y salvación para el dolor que os donó con esfuerzo
Versión
de Jenaro Talens
De:
"Adaptaciones de Chamfort"
PIERRE LOUYS
Cuando la noche va cubriendo el cielo, el mundo es nuestro... y de los dioses.
Él y yo erramos de las campiñas
la fuente, de la umbrosa arboleda a los sitios abiertos, dondequiera nos
conducen nuestros desnudos pies.
Las estrellas, pequeñitas, dan claridad suficiente paracolumbrar las esfumadas,
breves sombras que somos.
A veces, en el sigilo de la fronda baja, logramos sorprender una cierva
dormida.
Más lleno de encanto, en la noche, que otro lugar o cosa alguna, es un sitio
sólo por nosotros conocido,
que irresistiblemente nos atrae a través de la selva: un misterioso matorral,
florecido de rosas.
Nada iguala en la tierra al perfume de las rosas en la noche. Antes, cuando
vagaba sola, ¿por qué no me exaltaría?
De:
"Las canciones de Bilitis"
Versión de Enrique Uribe White
NIKOLAI GUMILIOV
Mis lectores
Un viejo vagabundo en Addis-Abeba
Que ha conquistado muchas tribus,
Me envió con un lancero negro
Un mensaje hecho con mis propios versos.
Un teniente que ha dirigido decenas de combates,
Cierta vez en el mar del sur,
Bajo el fuego de baterías enemigas
Me leyó toda la noche mis versos.
Un hombre que entre la muchedumbre
Le disparó a un enviado del zar
Se acercó a darme la mano
Agradecido por mis versos.
Muchos de mis lectores son fuertes, perversos y alegres,
Asesinos de hombres y elefantes,
Pueden morir de sed en el desierto,
O congelarse al borde del eterno hielo;
Son leales a nuestro planeta
También alegre, fuerte y perverso,
Y llevan consigo mis libros en sus bolsas de viaje
Los leen en los palmares
O los olvidan en los barcos que naufragan.
Yo no ofendo a mis lectores con mis neurastenias,
Ni los vejo con mi ardor espiritual,
No los canso con insinuaciones serias
Cuyo fondo no vale la pena.
Pero cuando alrededor silban las balas,
Cuando las olas rompen la borda,
Les enseño con mis versos a no temer,
A no temer y hacer lo que corresponda.
Y cuando una mujer de rostro hermoso
Sintiéndose la más bella del universo
Les dice que ya no los ama,
Yo les enseño entonces a sonreír,
A marcharse para no regresar jamás.
Y cuando llegue a mis lectores su última hora,
Una bruma roja y exacta cubrirá sus miradas,
Entonces les enseñaré a recordar
La vida cruel y bondadosa,
La tierra ajena y natal
Y les mostraré cómo comparecer ante Dios
Con palabras sencillas y sabias
Y a esperar de él, tranquilamente, su juicio.
Versión
de Jorge Bustamante García
SAINT KABIR
¿Qué
flauta es esa cuya música me llena de alegría?
La llama arde sin lámpara. El loto florece sin raíces.
Las flores se abren en los claustros. El ave nocturna vuela hacia la luna. El
ave de lluvia apetece la lluvia.
Pero, la que amor consagra su vida el eternal Amante?