martes, 25 de agosto de 2015

PAZ MOLINA


  

Memorias de un pájaro asustado



Yo vivía contigo
en el rincón más protegido de la sorpresa
guardábamos juntos la entonación precisa
de las horas.

Y así fue que comenzó nuestra historia de impiedades
Tu moral y la mía carecieron de la fuerza necesaria.
Yo brincaba
en la esperanza de conducirte de la mejor manera
a otro lugar, menos definido,
a un sitio perfecto
para el lumbramiento de la forma

Y ahora suena arcaico decir ¡Ay de mi !
No es vigente reclinarse desnudo contra el trébol.
Se considera al borde de lo promiscuo
un beso arrebatado a todo lo que dan las intenciones.
Por eso, ave amiga, tengo que transitar
con este aspecto de funcionario público.

Y yo que habría querido ser mago.
Apagaste mi lámpara
y me quedé colgando en tu insolencia
como un pájaro asustado
recordando sin motivo
su peor cautiverio.



AMADO NERVO



  
Ródeuse



Si te toman pensativa los desastres de las hojas
que revuelan crepitando por el amplio bulevar;
si los cierzos te insinúan no sé qué vagas congojas
y nostalgias imprecisas y deseos de llorar;

si el latido luminoso de los astros te da frío;
si incurablemente triste ves al Sena resbalar,
y el reflejo de los focos escarlatas sobre el río
se te antoja que es la estela de algún trágico navío
donde llevan los ahogados de la Morgue a sepultar;

¡Pobrecita! ven conmigo: deja ya las puentes yermas.
Hay un alma en estas noches a las tísicas hostil,
y un vampiro disfrazado de galón que busca enfermas,
que corteja a las que tosen y que, a poco que te duermas,
chupará con trompa inmunda tus pezones de marfil.

 



CHARLES BAUDELAIRE




De Spleen e Ideal



84. La campana hendida



En las noches de invierno es amargo y es dulce
Escuchar, junto al fuego que palpita y humea,
Como se alzan muy lentos los recuerdos lejanos
Al son de carillones que suenan en la bruma.

¡Feliz campana aquella de enérgica garganta
Que, pese a su vejez, conservada y alerta,
Con fidelidad lanza su grito religioso
Como un viejo soldado que vigila en su tienda!

Pero mi alma está hendida, y, cuando en sus hastíos,
Quiere poblar de cantos la frialdad nocturna,
Con frecuencia sucede que su cansada voz

Semeja al estertor de un herido olvidado
Junto a un lago de sangre, bajo un montón de muertos,
Que expira, sin moverse, entre esfuerzos inmensos.


De: “Las flores del mal”
(Versiones de Antonio Martínez Sarrión)


PEDRO SALINAS




Presagios



Cuánto rato te he mirado
sin mirarte a ti, en la imagen
exacta e inaccesible
que te traiciona el espejo!
«Bésame», dices. Te beso,
y mientras te beso pienso
en lo fríos que serán
tus labios en el espejo.
«Toda el alma para ti»,
murmuras, pero en el pecho
siento un vacío que sólo
me lo llenará ese alma
que no me das.
El alma que se recata
con disfraz de claridades
en tu forma del espejo.

  

JULIO FLÓREZ ROA




(XXV de Gotas de Ajenjo) 



Es medianoche. En medio del recinto
Está solo el cadáver de la hermosa
Y en la pared, desmantelada y fría,
De su cara proyéctase la sombra.
El seductor se acerca, y en los labios
Del cadáver aquel su labio posa;
Y en la pared, sobre la sombra aquella,
Hace lo mismo su callada sombra.
Y murmura: Quizás mañana mismo,
Cuando yo ruede a la profunda fosa,
Como en esa pared en el infierno
Se besarán nuestras malditas sombras.



RAÚL GÓMEZ JATTIN







Tengo en la cabeza
Un pájaro celeste
Que anida en esta prisión.
Tengo en este pájaro
Un ardiente corazón.
Tengo en ese corazón
Una frágil esperanza
De volar hacia Dios.