sábado, 2 de diciembre de 2017


LUCILA NOGUEIRA




II



Descubiertos no fuimos: inventados
Antinomia que me quito el sueño
Siempreviva en al piedra funeraria
Contemplo las cenizas de lo que ya fue fuego

Tu epopeya finaliza en el quijote
Que deseo unir armas y letras
Tu epopeya es el túmulo de Lorca
Y el cadáver de Goya sin cabeza.


De. “Ainadamar”


MERCEDES ROFFÉ




19 de mayo
Reminiscencias



hoy en el cielo hubo fuegos
y grises
y algún jirón rosado
desplegándose
sobre el río brumoso
—su horizonte

hoy fue un día de luces
y sorna y farsa
y algún mirar fastidiado

un desencuentro

un libro que alguien dejó       caer en tus manos
una pregunta
una espera

hoy     quienquiera que fuese
leyó como si amara
en la palabra el alma que la intuye
o labra
o borronea

hoy alguien susurró
al oído de alguien
un poema improbable
incierto

receloso

como una garúa


De: “Diario ínfimo”


LINA ZERÓN




Oda mayor

A mis amigos en el exilio



Patria mía,
quién pudiera volver a beberte
en la copa de una mirada,
a sentir tu paisaje
adentrándose en el alma.

A mirar tus hombres,
tus niños,
tus mujeres,
creando de nuevo la esperanza,
entre las ruinas del odio caminando,
extendiendo otra vez
la mano amiga y compañera.

Y,
entre todas las manos,
la mano del ausente,
la mano del que se fue por el río,
de los que cayeron esos días,
antes del alba, en las sombras,
cercenados de fuego,
de tortura y espanto.

Quién pudiera volver a verte
con estos ojos de niebla
cuando me atropella el llanto.


JORGE RUIZ DUEÑAS




Hojas
(1)



Fue algún domingo inglés en los senderos
bajo el domo de los árboles
Ignoraba si la última llamada del verano es el otoño
y los humos de las carboneras
diluían su tizne en la giba del cielo
Todo era pulcro en el otoño inglés:
la hora sexta sobre el Carfax de Oxford
el arroyo que cruza el jardín del becario americano
las simétricas nalgas de una falda breve
Para entonces
no estaban los amigos
ni rondaban pacifistas en St.-Martin in-the-Fields
Kostas no decía los prodigios de Plaka
                                                              en  un tabuco de Queens
ni las dependientas esmeraban su sonrisa
Protestaban
                   sí
                   los obreros en Trafalgar Square
reacios a la modernidad ajena
y Theodorakis padecía con la mirada en el Egeo

No sé cuánto duró en mi alma aquel otoño
pero ya vuelca su miel sobre mis ojos
y en el embarcadero
un murmullo repite algunas noches:
Let’s forget any acquaintance!


De: “Cantos de Sarafán”


MARCO FONZ




Antepasados



Un día más sobre las ruinas y mi locura será eterna.

No cierro por completo mis ojos
por temor a que me ataquen
los fantasmas de estos sitios.
Todo aquí tiene una piel transparente y viscosa
se mueve tan despacio que me da vértigo el movimiento
                                                                      /estático
que hace sombra de mi luz recuperada.

Una pluma más de quetzal y vomitaré todas las iguanas
                                                                  /y armadillos
todos los monos y los príncipes insepultos.
Una pluma más de guacamaya y vomitaré todos los
                                                             /lagartos y garzas
todas las ceibas y cafetales, todas las escalinatas.
Una mancha más de jaguar y vomitaré los lugares
                                                                      /sagrados
todos los caracoles de río y todos los días del
                                                     /calendario estelar.

Un día más sobre estas ruinas y comenzaré a tragarme
el cuento de nuestra grandeza en el pasado.
Como si no los viera llorar perdidos en los siglos.
Como si nos los viera suplicar un poco de ayuda.
Como si no los viera buscar escorpiones debajo de sus
                                                                       /camas.
Como si no fueran los eternos cobardes a la muerte.

Grandeza ancestral mi pie sobre la roca.


CARLOS VALLÍN




Canto primario (o canto natural) de Tecozantli Tecuexe



Yo soy el Tecozantli Tecuexe
cuicapicque del valle de Atemajac,
es mi región el señorío boscoso del Ixtépete
protegido por el remolino de Quetzalcóatl,
soy el mestizo, el recolector de venados
nieto del cordón de agua Amecatl
del la reina Tzapotzintli del imperio de Tonallan
y los ídolos desparecidos de Etzatlán,
es mi planicie turquesa y lacustre
de los espirales sagrados de Teuchitlán
de los campos fértiles de pitaya y maguey,
traigo las notas multicolores del gorrión
el eco en la ranura hermosa de Huentitán,
piel de ocelote y vuelo de azul gavilán
aquí es donde suenan las flautas del huitzilin,
yo el primo del tlacuache y el solitario coyote
yo el sigilo del cacomixtle y el zarpazo del jaguarundi
aquí donde retumba el tambor del tecolote
aquí la tinta colorada del murciélago fugaz
donde danza la salamandra, campamocha y chapulín
pinto la flor transparente que nace del nopal,
es mi ascendencia del héroe Jojouhquitecuani
bravo victorioso contra el imperio de Pátzcuaro,
investido del arco y flecas de Tlaquitehuitli
la fiereza inquebrantable de los guerreros de Tetlán
reniego y repugno la sangre de Nuño de Guzmán.