"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 2 de diciembre de 2015
BLANCA CASTELLON
Adiós
tristeza
Quiero
que estrenes esta noche
la risa te regale en tu cumpleaños
-vamos-
suelta el lazo rojo
abre la caja de cristal
con fieltro al fondo
toma la risa y úntala en tu boca
yo sonaré
el manojo de llaves
agitaré el vaso
con monedas
de a centavo
vestiré las líneas de tu mano
enroscaré en mi cuello
tus huellas digitales
será una noche larga
y ancha como el río San Juan
al final como sorpresa
me abriré el corazón
para ahogar
en sangre
tu tristeza.
la risa te regale en tu cumpleaños
-vamos-
suelta el lazo rojo
abre la caja de cristal
con fieltro al fondo
toma la risa y úntala en tu boca
yo sonaré
el manojo de llaves
agitaré el vaso
con monedas
de a centavo
vestiré las líneas de tu mano
enroscaré en mi cuello
tus huellas digitales
será una noche larga
y ancha como el río San Juan
al final como sorpresa
me abriré el corazón
para ahogar
en sangre
tu tristeza.
CARMEN JODRA DAVÓ
2. Me
pregunto si es cosa de la edad...
Me pregunto si es cosa de la edad
o fruto de una mente depravada;
en uno u otro caso, jamás nada
puede apartarme de mi única idea.
Cada cosa que miro se recrea;
la inocencia del mundo, transformada,
me estremece; la carne delicada
se pudre con extraña enfermedad.
Suena un violín, y yo escucho un gemido;
miro andar a mi gato, y sólo veo
el movimiento firme y repetido;
oigo al viento soplar, y oigo un jadeo.
y un mundo diferente, enfebrecido,
agita con su vista mi deseo.
Me pregunto si es cosa de la edad
o fruto de una mente depravada;
en uno u otro caso, jamás nada
puede apartarme de mi única idea.
Cada cosa que miro se recrea;
la inocencia del mundo, transformada,
me estremece; la carne delicada
se pudre con extraña enfermedad.
Suena un violín, y yo escucho un gemido;
miro andar a mi gato, y sólo veo
el movimiento firme y repetido;
oigo al viento soplar, y oigo un jadeo.
y un mundo diferente, enfebrecido,
agita con su vista mi deseo.
De "Concupiscencia":
ANA MARÍA MOIX
Baladas
del dulce Jim (Fragmentos)
Lo
descubrí con la frente apoyada en el escaparate de la pastelería y en los ojos
blancos, increíbles, le reconocí: era Dios y estuve a punto de decírselo: Te
ves más viejo desde la última vez. Pero me pareció tan triste que hice como si
no lo conociera.
*
Un pájaro azul y el horizonte lejos. El mar que regresaba despacio a mis espaldas, sin alcanzarme nunca. Recogeré las flores en la arena como si fuera la primera vez que sueño sobre la playa.
*
Las gaviotas volvieron al mediodía y bajo el sol nos asesinaron con razón: habíamos echado a perder la playa con tantos sueños.
*
Tembló el mar como una golondrina cuando por fin comprendimos que no podíamos hacer otra cosa que vivir. Pero las ciudades estaban lejos y, como si una gran heladería hubiera caído a mis espaldas y me fuera imposible regresar, no puedo decir cuántos días tardé en averiguar que todas las calles desembocan en los muelles y qué triste es tener que abandonar las casas para que las paredes y los libros no nos ven llorar.
*
Ay madre, ya soy como la España; ni chicha ni limoná, loquita del corazón y dura como la caña.
*
Un pájaro azul y el horizonte lejos. El mar que regresaba despacio a mis espaldas, sin alcanzarme nunca. Recogeré las flores en la arena como si fuera la primera vez que sueño sobre la playa.
*
Las gaviotas volvieron al mediodía y bajo el sol nos asesinaron con razón: habíamos echado a perder la playa con tantos sueños.
*
Tembló el mar como una golondrina cuando por fin comprendimos que no podíamos hacer otra cosa que vivir. Pero las ciudades estaban lejos y, como si una gran heladería hubiera caído a mis espaldas y me fuera imposible regresar, no puedo decir cuántos días tardé en averiguar que todas las calles desembocan en los muelles y qué triste es tener que abandonar las casas para que las paredes y los libros no nos ven llorar.
*
Ay madre, ya soy como la España; ni chicha ni limoná, loquita del corazón y dura como la caña.
LUIS ALBERTO DE CUENCA
2.
Farewell
Entre
las ramas de tu cuerpo
no puedo ver el mar,
amor.
no puedo ver el mar,
amor.
Palomas
y abedules.
Embarcar de grumete en un barco negrero
con el alba.
Embarcar de grumete en un barco negrero
con el alba.
De "Elsinore"
CONCHA GARCÍA
Amaneciendo
en soledad
Sí que es ser de día vestirme
cuando no tengo un sosiego enfrente
ni nada en el costado, chupada
de lástima voy vertiendo el traje
en mis brazos y lo encajo
como un sueño deseando un desnudo
más constante. Más siempre.
Sí que es ser de día vestirme
cuando no tengo un sosiego enfrente
ni nada en el costado, chupada
de lástima voy vertiendo el traje
en mis brazos y lo encajo
como un sueño deseando un desnudo
más constante. Más siempre.
1988
De "Ya nada es rito 1988"
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