viernes, 2 de septiembre de 2016


CARLOS PENELAS




Posición



Y si sólo te hablara
con palabras,
sin comprender el aire
que nos hiere,
cómo ha de ser el puño,
cómo ha de ser el alba
con tus ojos?
¿Y si sólo mis manos
afirmaran tus senos,
qué libertad conquistaríamos,
qué desnudez fabricarán las aves
con nosotros?
¿Y si sólo mi vientre
copula con tu tiempo,
qué hijo anhelará el silencio,
qué sur bautizará
la rosa en su secreto?
¿Y si sólo mi vida con tu vida
coexisten desde el verso,
qué pasión o qué pan
hemos de defender en esta tierra?


De: Los dones furtivos



LUIS DE CAMÖENS



  
Al ver vuestra belleza, oh amor mío ...



Al ver vuestra belleza, oh amor mío,
de mis ojos dulcísimo sustento,
tan elevado está mi pensamiento
que conozco ya el cielo en vuestro brío.

Y tanto de la tierra me desvío
que nada estimo en vuestro acatamiento,
y absorto al contemplar vuestro portento
enmudezco, mi bien, y desvarío.

Mirándonos, Señora, me confundo,
pues todo el que contempla vuestro hechizo
decir no puede vuestras gracias bellas.

Porque hermosura tanta en vos ve el mundo
que no le asombra el ver que quien os hizo
es el autor del cielo y las estrellas.


Versión de Alejandro Araoz Fraser


VICTORIA LOVELL




Tautología



Esa misma gesticulación
apacigua el sentido

nos lamemos unos a los otros
hay que ser primogénitos en este amor.

Mudar decorados
para escena tan breve

donde todos improvisan su letra.


Cuece su propio espesor
sabe a tan poco el abandono
húmeda cobija, nunca se secará, dicen
húmeda es la locura.

En ese traqueteo, en ese crujido
en esas pisadas
lo que será degüella.


De: “Desde el hastío”



JORGE RIVELLI



  
I



subidos a una tierra hueca
donde el cielo descansa su muerte
y los muertos no cesan de ahuecar la tierra


bajo esas manos altas y tristes
estamos subidos




ORLANDO VAN BREDAM



  

Ciclo



Todo tu tiempo
es este espacio de árboles
que disuelve la lluvia.
Envejeces
con la misma lentitud de la hormiga que devora una hoja
pero envejeces.
La memoria es esta vieja colmena abandonada,
detrás de sus altos pastizales
has perdido la huella de otros días.
Ya no forcejeas con el sol.
Rehuyes los espejos.
Tus ojos son avispas luchando entre los escombros.
Las palabras inválidas
se mueren en tu boca.

Te hurgas el corazón.
Es una casa enmohecida de zaguanes clausurados,
ha disuelto tantas sales siniestras del otoño,
tiene una música tan áspera
como los dientes del invierno.

Sin embargo,
sigues besando los pies del día.
Has sobrevivido a tantos nombres
que hoy distraes la memoria.
¿Pero cuándo la palabra oscura,
la inefable hoguera?


JENARO TALENS




El testamento de Drácula

                                                               (según F. F. C.)



Estas son mis palabras,
mis últimas palabras.
Crecen en torno a mí sin que yo las vigile,
luego retornan a mi boca
y en ella se aposentan para pasar la noche.
Las digo en voz tan baja que ni tú las escuchas
a ras de suelo, tan inaprensibles
que hasta las piedras las absorben.
Todo es posible aquí. Tan sólo yo
soy imposible, un rostro
sin color ni volumen
por estas galerías donde se repiten
espejos en espejos. Todos están deshabitados.
Nada devuelve su espesor, salvo una luz confusa,
dibujando mi ausencia entre los vidrios rotos.
Narciso fui cuando vivía.
Mientras no estuve en el arcén del tiempo,
lo miraba pasar. La muerte ahora
es la venganza de los otros, de
esos otros extraños a quienes amé
sin proyectarme en ellos. Ven a mí.
No te haré ningún daño. Sabe que
de soledad en soledad
huí de un cúmulo de eternidades
para cruzar la tierra. Fui viajero,
me deslicé hasta sombras que antes no conocí,
y en este exilio, cuando miro atrás,
pienso en el sueño de los justos:
un islote de espuma saturada de azul.
Tal vez los fríos del invierno sean piadosos conmigo.
Sé que sobre mi tumba nacerán flores amarillas.