"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 9 de agosto de 2025
LEONARDO ALEZONES LAU
Certezas
era un anónimo sabio
había cruzado las montañas
y llegado a la ciudad
al llegar ahí
se sentó a meditar
su cuerpo y su mente parecían
cambiar
tornarse en aquello que lo rodeaba
empezó
a igualarse a las nubes
cuando estuvieron repletas de aves
sin darse cuenta
se volvió un buda de ladrillos
ese día los moradores de esas calles
lo removieron bloque a bloque
DAVID GONZÁLEZ LOBO
Descanso
Buscas
una rama de encina,
un nido,
o por lo menos la nervadura de una hoja nueva.
En
el espejo apenas quedaba un boceto de su piel,
restos del calor de las manos
y un trébol morado bajo la lluvia, el viento y la nevada.
Un
mirlo
cruza entre los lirios
y la hierba.
El
tiempo se rompe o se congela. Dime.
PALOMA YEROVI CISNEROS
Cuarto
de planchado
Mi cuerpo
cuelga
de esta tabla
como un helecho.
De
esta cesta,
la ropa
de mi último
invierno.
Vestido,
llevo contigo
la modestia de tus flores,
tu cuello almidonado,
el duelo
de tu molde estrecho.
Hundo
mis penas
bajo tus mangas,
desgarro
tus etiquetas
con mi boca.
Presiono
tu hilera de botones
ahogándome
hasta el cuello.
Alisé
tus grietas
en mi pubertad,
las arrugas
de mi origen
y mi pelo revuelto
para el que no encuentro
rumbo.
Cuarto
de planchado
nunca serás el primero,
vivirás siempre
a espaldas
de los visitantes y los petirrojos,
serás hogar
de mis silencios esquinados,
aquí es donde cada día,
contigo,
morirá el sol.
MAURIZIO MEDO
Contrailiada
En
la república de escribas, a la vanguardia
está el lenguaje, atrás los rescoldos del asombro.
La materia, y no el espíritu,
negocia ladina sus pertrechos.
Los
conjuros, parcos, ya pretéritos,
en CDs coleccionables,
y exiguas ediciones de bolsillo.
Posters
de los viejos amanuenses
con gestos de santones imputables.
Sus
conjuros en sarcófagos
y alrededor la estampita
de algún heraldo negro.
En
otra altura, una voz rima presente con lírica,
recordar con souvenir. Todo euritmia
con el decorado homérico.
— ¿Y
si en vez del blues rimpiante de Orfeo
por Eurídice todos como Alcistes mancaran?
Ella
no supo más si tilde.
—
¿Alcistes es con s o c?
La
novelita iliada de cara al mar Egeo.
Poesía
en la otra margen.
—
¡Basta de griegos ¡—reclamó—
Ese fue el centro.
.
VERÓNICA JAFFÉ
¡Ha
llovido tanto, tanto…!
El jardín se ha inundado, sí.
Quedaron la inmensa arena,
las piedras.
Tantas
que jamás podría recogerlas.
¿Y para qué? Que queden así,
caídas, como canteras,
rupturas,
para
que alguien,
más adelante,
recuerde todas, todas
nuestras más íntimas
ruinas.
.
TIMO BERGER
Eucalipto
Por más que la panadería en la salida del pueblo
no se resigne en exhalar un rico perfume
de distintos grados de tueste mezclados
con la dulzura del fermento
la
nariz de quien en serpentinas sube
hasta el farol de pronto se siente
invadida por un aire mentolado
una nube guerrera de resina fresca
la
impronta del eucalipto que ya en el camino
hacia la playa entre helechos y hongos se pierde
con el tufo de los relictos de aquellos
que aliviaron ante la larga fila del baño.
