sábado, 24 de diciembre de 2022


 

RABIA DJELTI

 


 

Razonamiento

 

 

Cuando amas…
¡Todo es posible!
Por ejemplo
Te volverás ligero,
Ligero como una flecha perdida
Que toca el azul del cielo,
Y cae el agua en abundancia…

Cuando odias…
¡Todo es posible!
Por ejemplo
Sacudes la alfombra de la noche
Y escondes las estrellas
En el fondo de una caja…

 

Versión de Jeannine Alcaraz

 

ANNA GREKI

 

 

Sol de noviembre

 

 

El sol esa mañana
Tenía su voz de pregonero
                        del pueblo

Qué dice y qué quiere
En el espesor de las sombras
                          Reventadas

Grita que tiene amor
De sobra y mucha sangre
                          En las manos

Grita desde los tejados
De Argel la Blanca de Argel
                          La Roja

La alegría húmeda del día
Y la amargura alegre
                          De la vida

 

De: “Algérie, capitale Alger”

Versión de  Souad Hadj-Ali Mouhoub.

 

Nota: Anna Greki, seudónimo de Colette Anna Grégoire, es una poeta argelina de origen francés.

 

SOFÍA RODRÍGUEZ

 

 

 

se canceló la entrada al paraíso
y es mejor no ver las raspaduras
mejor no ver
                                           detrás de los escombros
porque el valor necesario para hacerlo
                                       no es indispensable ahora

no nos queda sino rodar
y esperar partir en dos                  lo indivisible
rodar en las arenas de la memoria
para olvidar lo que soltamos
                                        o cae de nuestros bolsillos
rodar para aceptar que no hay atrás ni adelante
hola o adiós
                           arriba o abajo
sólo rodar                                       magistralmente

 

 

MOHSEN EMADI

 

 


 

Está nevando afuera. Estoy escuchando una canción en la que me enamoré dos veces. No sé en qué idioma está la canción. No hay ninguna diferencia cuando sueño en un idioma y me enamoro en otro. El año pasado cambié de casa cinco veces. El año pasado en las escaleras de mi casa vi un pájaro muerto. Tenía miedo de enterrarlo. Tal vez quien limpió el apartamento lo lanzó fuera, pero llevo un año enterrándolo en diferentes países. Es un egoísmo absoluto. No le afecta que lo entierren, sólo me salva de ver la decadencia. Pero ¿por qué he de temer la decadencia? Yo, que viví la guerra más larga del siglo pasado y que, pocos años después de un dictador, me enamoré, en estos pocos años he preferido desmarcarme del próximo dictador. El miedo a la decadencia no puede ser lo mismo que el miedo a la muerte. Tampoco depende de la ubicación. Es más parecido al miedo a la fealdad. El entierro es un asunto estético, pero éste sólo abre el debate sobre la necesidad o no de enterrar a los pájaros y no dice nada acerca de mi miedo. No dicen que tuve miedo de tocar el pájaro. He tocado muchos muertos. También en mis brazos alguien murió. Incluso a veces dudo de si estoy vivo. No es extraño cuando te duermes en una ciudad y te despiertas en otra. Tal vez tuve miedo de que algo del cuerpo del pájaro me atrapara. Una especie de miedo a lo desconocido y, bueno, no es posible usar una similitud o una duplicación para hacer algo razonable. Este hecho de que yo, en general, no tuviera miedo de la experiencia a lo desconocido no puede proveer de razón alguna. Generalmente, la inducción débil es peligrosa. Con la inducción débil el misterio se pierde y la poesía muere. Por lo tanto, es mejor que vuelva y mire fuera de la ventana. Todavía está nevando y no me atrevo a escuchar otra canción.

 

 

ALMUDENA VIDORRETA

 

  

Dumbo

 

 

Puede que me encuentres esta noche
en la torpe respiración
de un animal imperfecto,
de esta mujer que sueña.
Quién pudiera habitar sin temores
la casa de cristal resquebrajada
que destruyen bajo el puente de Brooklyn.
Mirando a través de este cuerpo
de Medusa complacida
podrás ver un cielo de colores
y convertirte en piedra,
piedra preciosa,
dureza confortable de diamante.
Pero ahora cuídate de mí:
yo estoy muy sola en el fondo.

 

De: “Nueva York sin querer”

 

VIRGINIA FERNÁNDEZ COLLADO

 

 

2

Martes, enero 19, 2021

 

 

Ahora que estoy lejos
del que me escucha
digo
la nieve se derretirá.

Ahora que no me escuchas
digo
amado, la noche cierra
tus párpados
y estoy contigo,
no cubras con tus manos la tristeza
pues la lluvia se la llevará.
La mañana es clara
y me llevas.

  

De: "Desierto”