"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 6 de marzo de 2022
PATO VALDIVIA
Milonga para nuestros tiempos
Solo
quiero un día yo ver,
Labradores al alba cantar
Mil espigas al viento nacer,
Santo triunfo de un duro luchar.
Bajo
el tiempo sufrir sin saber
Y mil manos morenas trenzar
Impregnando la tierra a tu ser
Con el tiempo muy dentro luchar
Hay
que surgir
Del mar profundo
Mar de miseria
En el nuevo mundo.
Cómo
espero un día yo ver
A mi América en paz resurgir
Dejando de lado el temer
Resurgiente esperanza al vivir
Yo
te siento a lo lejos venir
Cual gaviota muy blanca al gruznir
Canto de trigo, esperanza y sentir
Canto labriego en la victoria morir.
GRACIELA REPÚN
Hay un rey
Hay
un rey
En un palacio,
Hay un rey
Muy importante,
Porque tiene:
Una cama,
Dos tomates,
Tres estantes,
Cuatro muelas,
Cinco nubes,
Seis gigantes,
Siete papas,
Ocho agujeros,
Nueve guantes,
Diez pelusas
Y un montón
De ají picante.
CARLOS ENRIQUE SIERRA MEJÍA
Petición
También
el espejo
dirá lo suyo sobre mí
Me
verá
hará el juicio
y será drástico en su amnesia
Trocará
mi imagen
por otra
Lo
hará reír
em frente a mí
JULIA NADAL BARRERAS
Las Notas Del Piano
Suena
el piano y sus notas
entran
por cada poro de mi piel
calan
en mí y yo de música
no
suelo entender
Pero
si alguien puede hacer
que
viaje sin moverme
esas
son las notas del piano
Me
despiertas algo
que
quizás tenga dormido
y no
sea ni real
Quizás
en otra vida
fuera
pianista
quizás
una mera espectadora
pero
la fuerza de tus notas
me
transportan y me elevan
a
las alturas
No
dejes de tocar pianista
deja
el piano sonar
que
mientras yo te oigo
me
alegras el alma
Tú,
le das luz a mi vida
y me
dejo llevar
a lo
más alto me elevas
y
contigo suelo viajar
Que
Dios bendiga tus manos
Pianista,
tu que tienes esté don
nunca
dejes de tocar...
de
la letra ya se ocupará
mi
imaginación.
OLIVER WELDEN
Me hubiera gustado quedarme aquí
Una
canción de boda compuesta de aire inmóvil,
de tierra seca, para darte una nueva dimensión
de amor, deposito en un embudo de papel
por la cerradura de la puerta de tu casa, mientras
me vuelvo viejo regresando a mi polvo y a mi noche.
ANTONIO LUIS GINÉS
Merendero
Sólo
una vez me detuve en el merendero. Me han
contado que aquí muchas tardes fumabas tus cigarros,
como si siempre fueran los últimos, en silencio, perdido
en un paisaje que se desmoronaba vacío, artificial, lejos
ya de ti. Llegar a la vejez para qué, si más que nunca los
sentidos te abandonan a un espacio en el que nadie se
adentra, en el que nadie te oye.
Tabaco negro, un poco de tos, de dos días.
Cuando paso por el merendero, aún te veo ahí, apoyado
en tu bastón, serio. Lanzas el humo de tu cigarro contra
un cielo inquietante: pareces llamarnos con el afecto de
quien aún no ha partido, de quien pide la última calada,
ese segundo de despedida que nunca se acaba
sino con nosotros mismos.
.jpg)