lunes, 9 de noviembre de 2020


 

JOSÉ MARÍA PARREÑO

 

 

 

Descálzate...

  


Descálzate
los ojos: 
el mundo es un jardín 
de páginas 
o un libro 

¿qué sabría 
si no fuera por él? 

¿de quién habría aprendido 
tolerancia y bondad 
sino del suelo 
que lo mismo alimenta 
la ortiga que el jazmín? 

si no fuera por la noche 
y el alba 
¿cómo habría tenido la certeza 
de que nada termina 
de que todo termina 
de que se llora hasta la última lágrima 
y luego nos despierta 
la serenidad? 

¿cómo habría escrito versos 
sin escuchar el ritmo 
de la lluvia? 
¿cómo habría escrito prosa 
sin haber visto que la nieve contaba 
de manera distinta la ciudad?
¿de quién aprendí humor 
sino de nubes? 

¿de quién paciencia más que del almendro 
que espera el año entero 
por un día? 

¿de quién pasión más fiel 
que del torrente: 
cada deshielo 
buscando sin dudar 
el mismo cauce? 

¿generosidad de quién sino de octubre 
que marcha hacia el invierno 
derrochando en monedas 
el oro 
que ganó bajo el sol? 

¿de quién sabiduría más que del paisaje 
que en cada ocasión se las arregla 
para hacemos anhelar 
lo que inexorablemente 
le sucede?

 

AUSIÁS MARCH

 

  

 

Placer no tiene ser do no se sabe…

 



Placer no tiene ser do no se sabe;

pierde su merescer mucha costumbre.

Morimos por saber de amor la cumbre

y en viéndola de mala no nos cabe;

aquello que pensamos que perdido

dará poco dolor, cuando se pierde

no hay cosa que al sentido desacuerde

tanto como sentir que se haya ido.

 

A tal extremo y punto soy llegado

que aquello que más quise en esta vida

lo siento con tibieza descaída,

y al punto que lo pierdo soy quemado.

Ninguno puede ver tales hazañas

como las veo después que al cielo fuistes;

sin vida con moriros me hecistes;

Dios sabe el porvenir destas marañas.

 

El bien o mal que da o quita fortuna,

hijos, hacienda, honor abalanzaron

aquellos que tras vicios caminaron,

teniendo a la virtud por importuna;

yo tengo ya mi cuenta fenescida:

no puedo haver jamás ningún contento,

no lloro lo futuro que no siento,

la vuestra muerte cruel fue mi homicida.

 

Tengo de mi dolor placer sencillo,

holgando de mi mal por quien le tengo;

con este imaginar yo le sustengo,

ni helgo de dejalle ni sufrillo.

¡Oh espíritu que estás gozando el cielo!,

si vees de allá mi mal, de mí te duele

y tu gloria y beldad se me revele,

que espíritus te dan gloria y consuelo.

 

Muerte que quita el bien y la riqueza

que vida suele dar a los mortales,

cuanto era me llevó, sino mis males,

dejando de aquel tiempo una tristeza.

A todos doy señal de lo presente

mostrando de pesares el extremo;

del tiempo por venir recelo y temo,

pues sola la tristeza en mí se siente.

 

Nunca de mi dolor me veo pagado,

pues busco en el dolor el alegría;

mi corazón es duro, pues podría

vivir siendo de vos desamparado.

Amor fue mi enemigo en aquel punto

que os vi dejar el cuerpo tan hermoso;

cruel fue más que león el ser piadoso,

y más mi corazón, que no es defunto.

 

No puede en breve tiempo el mal sentirse

cuánto es como después que es conoscido;

ataja un gran dolor todo sentido

el tiempo, que le hace dividirse;

razón pide que el mal, para entenderse,

se parta, porque en tiempo viva y dure,

porque de hacer placer nunca se cure

ni nadie jamás pueda dél valerse.

 

No cure de juzgarme a mí ninguno

si no sabe la causa de mi duelo:

la muerte me llevó mi bien al cielo,

dolor es este tal más que importuno.

¿Quién puede ser tan cruel que así no llora

a quien más que a sí mismo en vida quiso,

ni cómo de llorar se ve arrepiso

privado ya de ver a mi señora?

 

La muerte es desventura al más dichoso,

mirá qué puede ser al desdichado;

todo lo trae la cruel amedrentado,

por siempre su dolor es congojoso.

Aquesta del amor cruel enemiga,

contino anda partiendo corazones;

de un golpe a vos y a mí partió sus dones

y en mí quedó el durar de su fatiga.

 

 

Versión de José Batlló

 

SAINT KABIR

 

 

 

8

 


El vaso terrestre acuna las campiñas y los boscajes; en él se halla el Creador.

En ese vaso están los siete océanos y las innumerables estrellas. Dentro están el artífice y su piedra de toque.

En él resuena la voz del Eterno, que hace surgir la primavera.

 

Kabir dice:

Óyeme, amigo mío: mi Señor bienamado se halla en ese vaso.

 

JOHN DONNE

 

 

 

Canción




Ve y coge una estrella fugaz;
     fecunda a la raíz de mandrágora;
dime dónde está el pasado,
     o quién hendió la pezuña del diablo;
enséñame a oír cómo canta la sirena, 
a apartar el aguijón de la envidia,
     y descubre
     cual es el viento
que impulsa a una mente honesta.

Si para extrañas visiones naciste, 
     vete a mirar lo invisible;
diez mil días cabalga, con sus noches,
     hasta que los años nieven cabellos blancos sobre ti.
A tu regreso tú me contarás
los extraños prodigios que te acontecieron. 
     Y jurarás
     que en ningún lugar
vive mujer hermosa y verdadera.
        
Si la encuentras, dímelo,
     ¡dulce peregrinación sería! 
Pero no, porque no iría,
     aunque fuera justo al lado;
aunque fiel, al encontrarla,
y hasta al escribir la carta,
     sin embargo,
     antes que fuera,
infiel con dos, o tres, fuera.


Versión de Purificación Ribes

 

MIHAÏ BENIUC

 

 


La huida




Ten cuidado, no pierdas un instante, 
el más terrible perseguidor 
de ti eres tú mismo. 
Huye, huye, huye de ti, huye con todas tus fuerzas 
porque nada puede haber más terrible 
que sentir que nos agarramos nosotros mismos, furiosos, 
por los hombros, por la cintura. 
¡Detente! ¿A dónde vas? Porque tú has robado 
y derrochado sobre todos los caminos 
todas las monedas del amor, del orgullo. 
¡Responde! ¡No huyas! Aturdido 
te miras en tus propios ojos como en un espejo. 
Quisieras mentir, pero ninguna mentira 
es posible ante tu propio yo 
cuando en verdad yo ignoro si hay alguna ventaja para ella en tales circunstancias 
y para el que la dice, para aquel que la escucha, 
aunque fuese mejor comprendida que en otro momento. 
¿O conoces quizás otra salida? Párate, de pronto, 
porque tu yo te adelanta 
a fuerza de correr a tus talones, 
y vuélvete de prisa y da marcha atrás.

1966

Versión de Rafael Alberti y María Teresa León



ANNA VENTURA

 

 

 

Res

 

 

Res es una cosa,
y lo que se refiere
a rugoso, crudo,
amarillo pajizo o de color ocre o marrón, de forma
simple y redonda,
consistencia sólida,
inodoro, a temperatura normal.

 

Qué es un huevo o una piedra,
un saco lleno de grano,
un caballo de madera.
La tierra también es una cosa, al
igual que la silla, la rueda,
el cántaro de barro, la sal.
¿Qué es la hoz y la azada,
la trampa para el lobo y el remo?

 

Y así enumerando,
para toda una serie de objetos
relacionados con la vida, el
trabajo y la muerte,
el ciclo eterno del hombre,
inmutable, inevitable.

 

Que las cosas, res, luego se
conviertan en res gestae, res adversae
o res secundae
nos interesa menos, ya
que no nos interesan las cosas bellas y la Cosa Nostra:
el alma de la palabra está en el origen,
en el antiguo fulcro del mundo,
cuando el pedernal estaba objeto y arma,
fuego, regalo de los dioses.