miércoles, 13 de enero de 2021


 

CARLOS LÓPEZ NARVAEZ

  

 


Solamente...

               Hay un fuego que anima todo lo inviolado.
                                                          Guillermo Valencia

 



Mía sólo en el don de su presencia,
con sus manos sedeñas y sedantes,
con sus ojos -berilos fascinantes--
y sus silencios -cálida cadencia-.

Mía tan sólo en la frutal esencia
de plenitud vertida en los instantes
del coloquio... (los labios suspirantes
la apuran como un vino de sapiencia).

Mía sólo en el claro cautiverio
de la imagen, el roce y el latido,
en insondable, embriagador misterio,

¡Oh fervor en sus manos recogido!
¡Oh placidez de su inasible imperio!
¡Oh deleite en sus ojos exprimido!

 

VIOLETA PUJOLS

 

 


Lo que soy

 



Soy verso libre

donde camina

tu recuerdo.

Soy surco sembrado

por tu semilla.

 

Soy sonido de campana

que en el viento anuncia

que aún… espero.

 

EMI G. CANCHOLA

 


  

Sueño para decir otro cuerpo

 

 

El laboratorio envuelto de rojo
yo cuadrado tornándome espiral
rojo rojo ro
sa rosa
una máquina como un capullo alumbra un cuerpo nuevo
cables que son ramas
ciencia que es pedir un deseo bajo la falda del castaño
ella dice algo en idioma tronco
ella que no me quita la mirada de encima
ojos de selva
se aventura a mis labios a la caza de jaguares
cuerpos sin hojas entre helechos
sus ramas tocan mis caderas labial de rosa
¿por qué? me pregunta
desliza la duda entre mis piernas
mis lianas hacen un nudo en su tronco
emito algo más allá del llanto y de la risa
guardar en olvido la instrumental roja
guardar en olvido mis cuatro ángulos rectos
ella se hace nube
llueve
demasiado rosa que espina
sucede que no sucede nada
la mañana abre los ojos
del sueño podría decirse muerte pero quien lo diga dice mal
me colmé de lluvia
llovió la selva
porque vivir en un laboratorio es cosa de figuras geométricas
yo soy espiral
giro eternamente alrededor del cuerpo

sin tocarlo.

ENZA GARCÍA ARREAZA

 

 

 

 

siempre hay una vieja
a punto de hacerme la vida imposible
quiere ser mi amiga mi consejera
quiere prepararme una sopa y darme nociones de bruja
quiere decirme que me cuide el dulce
y que no tome en serio a mi marido

 

quiere hacerme su hija honoraria
[por lo general esta clase de vieja tiene al menos una hija
que no la soporta ni la llama]
y quiere que le deba todo un vestido una taza
una carta de recomendación y un unicornio

 

y es ahí
donde yo sólo pienso en ese dialecto pabloescobar
que aprendí en Netflix
ay pero no sea usted tan gonorrea
ni que fuera Wisława Szymborska
ni que la mismísima Emily Dickinson
hubiera saltado la verja que separa
la eternidad del chisme y hubiese reencarnado
en esa derrota
cazar muchachitas para odiarlas de cerca

 

plot twist: I am getting old too

 

 

MÓNICA NEPOTE

 

 

 

Imagen del pez

 

 

En su vitrina pende el pez. Lejano, es una lección de anatomía,

 

un discurso de vida ajena, un pequeño milagro en el ondular del reino. Quizá una remembranza del azul turquesa, quizá también imagen del prodigio en la caída.

 

Pende el pez y su mirada cristalina sabe imperios turbios, sagacidad, escape. Dice también de su extinción, de la frágil naturaleza. Dice más el pez en lo que no dice, en su lenguaje cifrado que remite a un tiempo antes de toda ciudad, cuando simples en la bañera mirábamos boqueando la grandeza de Dios.
 

 

VLADIMIR HOLAN

 

 


Hay




Hay destinos
donde lo que carece de temblor no es sólido.

Hay amores
en los que el mundo no te basta, falta un pasito.

Hay placeres
en los que te castigas por el arte, pues el arte es pecado.

Hay momentos de mutismo
en que la boca de la mujer hace pensar que el pudor es sólo
                         cuestión de sexo.

Hay cabellos teñidos por un meteoro
donde es el diablo quien hace la raya.

Hay soledades
en las que miras sólo con un ojo y miras sólo sal.

Hay momentos de frío
en los que estrangulas palomas y te calientas con sus alas.

Hay momentos de gravedad
en los que sientes que has caído ya entre los que caen.

Hay silencios
que debes expresarlos tú, ¡precisamente tú!

 

 

Versión de Clara Janés