domingo, 13 de marzo de 2022


 

ENNIO MOLTEDO

 

 

Crepúsculo

 

 

Ríete del crepúsculo.

 

XIMENA ADRIASOLA

 

  

Insensibles

 

 

Preguntan burlones
para qué sirve un poeta
yo nunca pregunté
la utilidad de la flor

 

 

RAÚL ZURITA

 

 

 

El ascenso del Pacífico



Se encumbró entonces el océano
y nuestras pupilas miraban el portento
sin todavía creerlo
Escuchamos de nuevo las rompientes, las
infinidades de islas
subiendo igual que estrellas sobre el cielo
Allí está el Pacífico hombre, allí, encima,
de nuestras cabezas
y no lo crees y tus ojos lloran
y no puedes entenderlo y tus ojos lloran
todos los que amamos son el mar

Todo lo que amamos es el mar
América es un mar con otro nombre

 

 

RICARDO PASEYRO

 

  

Voto

 

 

Huérfano en el jardín de los tormentos
lloro por nada, abrigo la locura,
abrazo los caballos y los robles.
Los instantes disfrazan lo infinito:
¡niebla el pasado y niebla ante los ojos!
Bestia no soy, más quiero cuando vuelva
no tener corazón ni gastar lágrimas.

 

FRANK BÁEZ

 

 


 

La astróloga explica que las pesadillas
son trailers de las cosas que vendrán.
Golpean a tu puerta y al abrir está la stripper
Que ahora es Testigo de Jehová.

Acá todo ha perdido su magia.
Aquellos resplandores
que en las noches pensabas
que eran ovnis, resultaron ser drones.

 

OLGA ELENA MATTEI

 

 

Recipiente

 

 

Estupefacta,
como ser terrenal
que se encuentra cara a cara
con un dios zenital
que baja y lo acompaña.

Atónita e incrédula
como novicia incauta
que adivina
la voz de un ángel
que canta
junto a ella…

Quieta,
como un cántaro
preñado
por el sabor del agua,
sorprendida
como una copa
herida
en su cristal profundo
por el paso
de una onda
de música que se alza
y que penetra con su ritmo
a la interior estancia
de lo íntimo…
Iridiscente,
como vasija traspasada
por el rayo
de una luz recién
creada.

Así,
en este estado
de elación me dejas
tras el paso
de tu hálito.
Ser alado, ángel,
hombre hecho de ojos
sin medida, de mirada sin prisa,
de aliento eterno,
de melodías sin peso,
espejo frente a espejo
revertido
en el encuentro
de tu rostro y mi rostro
y tus pupilas en las mías;
de pieles electrizadas y efervescentes,
bajo los dedos mojados
en tu música
inaudita.

Soy recipiente de tu fuente
medular e intensa,
de tu fuero integral,
de tu vivencia.
Tu mente que se abre
bajo la greda de mi frente…
Tu pensamiento involucral
que me acaricia
y me rodea…

Y te irás… te irás cuando los ecos
de tus arpegios
se me pierdan,
mundo abajo del tiempo,
por el grito del recuerdo…
Tu palabra tonal,
tu palabra escalar,
tu palabra musical
engastada en mi cerebro,
incrustada en mi pecho,
grabada
en la memoria
dolorosa
de tus besos.

Porque te irás…
y yo
me quedaré en silencio…

Pero…
aún seré continente,
continente
de tus aguas,
del río de tu música
y
del de mis lágrimas,
ribera de los ecos de tu aliento,
huella impregnada por tu cuerpo,
patria del recuerdo
y monumento
para tu alma.