viernes, 17 de agosto de 2012


BERNARDO ANDRÉS GONZÁLEZ





La angustia me mira ...



La angustia me mira desde el charco
y me muestra su sol tembloroso.
El entorno me observa con ojos fríos
en este crepúsculo
donde la luna creciente
todavía me apunta
desde la noche anterior
como uña incrustada en el cielo.
Hasta el mismo aire
no quiere salir de mis entrañas.
No sé como evitar
la farsa de mi cuerpo,
farsa que amo tanto
y de la cual
hoy quiero huir remando
desde la palma de mi mano.

EDUARDO LLANOS MELUSSA






Las muchachas sencillas



Las muchachas sencilla
dudan que el mundo sea un balneario
para lograr bronceados excitantes
y exhibirse como carne en la parrilla
de una hostería al aire libre.
Las muchachas sencillas
no cultivan el arte de reptar hacia la fama
ni confunden a las personas con peldaños
ni practican ocios ni negocios
ni firman con el trasero contratos millonarios.

Las muchachas sencillas
estudian en liceos con goteras,
trabajan en industrias y oficinas,
rehúyen las rodillas del gerente,
hacen el amor con Luis González
en hoteles, en carpas, en cerros, en lugares sencillos.

Las muchachas sencillas
se convierten en madres, en esposas sencillas,
luchan largos años como sin darse cuenta,
llenándose de canas, de várices y nietos.
Y cuando abandonan este mundo
dejan por todo recuerdo sus miradas
en fotos arrugadas y sencillas.

CRIS FERNÁNDEZ





Desde el corazón



En planos superpuestos
de grises y de piedra
el horizonte corta la mirada.
Y la tarde dibuja
con pinceles de nubes
las rocas y los cauces.
Guarda el aire la frágil consistencia
de un embrujo secreto.
Obstinada nostalgia de tu nombre,
de la savia vital de tu poesía.
Viento zonda repasa con silbidos
verticales paredes.
Hay un perfil distinto cada hora
mientras el sol matiza los silencios ...
Hay un temblor profundo entre las sombras
preanunciando el regreso ...
Toda la luz negada alza el vuelo
en la mirada clara, pensativa.
En el rastro de un cóndor
sobrevuelo las piedras desveladas.
Y te nombra mi pena,
herido el corazón por la distancia.
En plano superpuestos
de azules y de sombra
apenas el recuerdo te convoca.
Obstinada nostalgia.



MÓNICA GOGNA






Mi ciudad (I)



Me está volviendo
lentamente
el cuerpo al alma.

Amanecí perdonando a Buenos Aires
que tenga río y no montañas
San Telmo no sea La Candelaria
y ninguno de sus shoppings
una vieja hacienda reciclada

Tu risa
con perder tu risa
yo no transo.