martes, 15 de septiembre de 2020

SOFÍA CASANOVA





Del juvenil ramaje de la huerta…



Del juvenil ramaje de la huerta
las palomas su vuelo han levantado,
un búho en el pinar se ha recatado
ciego, que ya el crepúsculo despierta.

El caballejo con mirada alerta
para la noria, el cuco se ha callado,
una gata se esconde en el tejado
y un can aulla tras cerrada puerta.

Silencio. Pasa un hombre lentamente
baja la testa, el capuchón caído
cual si buscara en torno algo perdido.

Y el buho se lanzó del hombre enfrente
el disco de sus ojos encendido…
Y está la luna de la noche ausente.



JOSÉ CORREDOR MATHEOS





No sé si mis palabras…



NO sé si mis palabras
son de paz y consuelo
o de desolación.
Desolado es mi rostro
si me miro
en algún frío espejo,
desoladas mis manos
que sostienen el mundo,
desolada la mente
que sostiene mi mano.
La mirada se posa
serenamente en todo,
y el mundo se detiene,
el verso se detiene.


JOSEPH BRODSKY





Música sueca

K.J.



Cuando la nieve cubre el mar y el crujir del pino
deja en el aire más honda huella que el trineo,
¿a qué azul pueden llegar los ojos?, ¿a qué silencio
puede caer la voz desamparada?
Perdido de vista, ignorado, el mundo exterior
ajusta cuentas con la cara, como con un rehén de Mameluco.
…así en el fondo del océano fosforescea el calamar,
así el silencio se embebe de la entera rapidez del sonido,
así ya basta una cerilla para poner el fogón al rojo,
así, tras el latir del corazón, el reloj de pared,
al detenerse en éste, seguirá andando en el otro
extremo de la mar.


MERCEDES DE ACOSTA





Palabras



Palabras, palabras.
¿Por qué estás siempre usándolas como espadas?
Y si tienes que hacerlo,
¿acaso no puedes usar algo más que palabras?
¿Te acuerdas de anoche?
Hablamos tan atolondradamente
—de nuevo las palabras,
y entonces más palabras—.
Parecía todo una enmarañada red de palabras.
Tú tratabas de convencerme de algo
(sólo Dios sabe)
y yo, de responder con inteligencia
al defender mi opinión.
Pero repentinamente, de alguna forma,
nuestras palabras significaron muy poco;
entonces, te inclinaste
y tu rodilla tocó la mía
y después de eso mis pensamientos se empañaron
y nuestras palabras no significaron nada.



EMILY DICKINSON





A salvo en sus cámaras de alabastro…



A salvo en sus cámaras de alabastro,
Insensibles al amanecer y al mediodía,
Duermen los mansos miembros de la resurrección,
Viga de raso y techo de piedra.

La luz se ríe de la brisa en su castillo sobre ellos,
Murmura la abeja en un oído imperturbable;
Trinan los dulces pájaros en cadencia ignorada,
-Ah, ¡cuánta sagacidad aquí perecida!

Solemnes pasan los años, crecientes, sobre ellos;
Los mundos recogen sus arcos y los firmamentos reman,
Se arrojan diademas y se rinden los dux,
Tácitos como puntos sobre un disco de nieve.



REYNALDO URIBE





Poesía



oler coriandro
albahaca
eneldo

descubrirlos
después de la cocción



hallar
la palabra oculta
en el poema