martes, 15 de septiembre de 2020

EMILY DICKINSON





A salvo en sus cámaras de alabastro…



A salvo en sus cámaras de alabastro,
Insensibles al amanecer y al mediodía,
Duermen los mansos miembros de la resurrección,
Viga de raso y techo de piedra.

La luz se ríe de la brisa en su castillo sobre ellos,
Murmura la abeja en un oído imperturbable;
Trinan los dulces pájaros en cadencia ignorada,
-Ah, ¡cuánta sagacidad aquí perecida!

Solemnes pasan los años, crecientes, sobre ellos;
Los mundos recogen sus arcos y los firmamentos reman,
Se arrojan diademas y se rinden los dux,
Tácitos como puntos sobre un disco de nieve.



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