"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 10 de diciembre de 2025
ÁLVARO POMBO
Variación final
En
la Red de San Luis perdí la vida
recién sidas las cuatro de un desvelo
En los portales con la espalda hendida
cuaja la noche fina como un pelo
En
la boca del alba sin balcones
se hizo cargo de mí la policía
y robaron mi sangre los ladrones
de los Bancos de la Comisaría
En
la Red de San Luis me cachearon
y me clavaron con las mariposas
En la Red de San Luis me desnudaron
la identidad perdida entre otras cosas
Me
trasportaban cuatro generales
y en la Red de San Luis se atascó el duelo
lloraban reyes lágrimas reales
Hortera y Mártir fui derecho al cielo
De: “Substancia: Antología poética”
MARTÍN LORENZO PAREDES APARICIO
XLIII
A mi hija de cuatro
años
Acuérdate,
Julia,
de la luz del
Mediterráneo.
Con dos años, ya lo habías visto.
Eras valiente, tocar siempre el mar
querías.
Todavía sigues haciéndolo.
Salvar vidas en el azul
es el hilo de tu destino.
Las primeras palabras de este poema
son muy ciertas.
Sin embargo, tus veranos son cuatro.
Sé que tu ventura
será entrar en el mar de tu infancia,
donde las olas
pronuncian con alegría tu nombre.
De: “Vivir en tu invierno”
ADRIANA BAÑARES
La
sirena aprende a respirar
pero conserva el canto sibilante en el pecho.
La piedra que vuelve a arrastrarla al fondo.
El canto ahogado, la búsqueda del aire
y del humo que la mate.
Del fuego que la salve.
JOSÉ LUIS MORANTE
Defensa de un paisaje
Las
formas y las luces de los atardeceres,
el silencio y las calles que velan lo escondido,
las esquinas proclives al paso solitario,
la rueda de los sueños que esgrimimos como razón de ser,
la lumbre que moldea sin descanso
cambiantes espejismos,
la decepción mañana y la utopía de carbón mineral,
la rosa que lacera
y la gota de sangre;
la inercia de mirar el vuelo de los pájaros,
los hechos trasmutados en memoria,
las manos que no piden nada a cambio
y nunca llegan tarde.
Aquello
que perdura cuando cierro los ojos:
la casa, el pan y el verso que me busca.
El tiempo que repuebla la ceniza
al negarnos tres veces.
La niebla que nos crece
en el fondo del cuerpo y nos diluye.
El tragaluz oscuro y el pacto de vivir.
De: “Nadar en seco”
JAVIER GARCÍA CELLINO
Las
estatuas tienen frío
las
agujas de plástico tienen frío
tú y
yo tenemos frío
mi
padre tenía un frío huérfano
en el corazón
De: “Un frío huérfano”
KAIRA VANESSA GÁMEZ
•
Los
gusanos dilapidan la carne de mi abuelo
descosen sus dedos
para vomitarlos en mis ojos.
Acepto ser océano para su pierna
destazo el músculo, lo andado y hasta el hueso
aparto
de sí mismo.
Oscurezco en paz.
A
cambio hablaré yo
la podredumbre
seré su voz descalza, su pureza.
Ahíta
en el tejido donde enmudeció su sangre
desollaré mi lengua de once años
para que mi idioma se aclare.
Quizá
me guarde un lunes o un diciembre de esos años
no la sal
no que lavé la gangrena
con la que te cobrabas
el respiro.
Nunca
como tú
esquivaré la sed
su esguince, mi miseria.
Prefiero
la palabra
su paso certero hacia el abismo.
