"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 27 de diciembre de 2018
ARGENTINA CASANOVA
La palabra I
En la
tranquilidad de las aguas de la tormenta
La noche, ese agujero negro que se expande y devora la tarde
El sol, guijarro de oro en el río celeste donde anidan las estrellas
bañadas del zargazo universal
Un enjambre de naves espaciales zambullidas en el ojo del día,
Urbes crecen en el musgo de las piedras pobladas de gigantes
El zet-zeo de las moscas interrumpe las catedrales verdes
erigidas bajo la oscuridad
El día reposa detrás del vendaval, baña las horas previas,
brizna de lluvia en la nariz de las lagartijas,
el colmillo de la tarde muerde las aguas,
la distancia la devoran las horas
El agua es la cama, es el nicho, exhalación de peces,
es el espacio donde fluyen los sonidos
el río es uno y todas, es el afluente universal de las palabras a cuyo
(vado
se erigen las ciudades, los discursos y las sentencias
su canto es el poema que nace del flujo eterno de aguas
El río es uno solo, sus aguas llenan las ciudades,
años, siglos de histórica revolución
en las calles bifurcadas en el musgo
A vera de sus aguas abrevan los poetas
Llegan las atarrayas de otros pescadores
Tiran las redes y surgen de la corriente palabras nuevas
La noche, ese agujero negro que se expande y devora la tarde
El sol, guijarro de oro en el río celeste donde anidan las estrellas
bañadas del zargazo universal
Un enjambre de naves espaciales zambullidas en el ojo del día,
Urbes crecen en el musgo de las piedras pobladas de gigantes
El zet-zeo de las moscas interrumpe las catedrales verdes
erigidas bajo la oscuridad
El día reposa detrás del vendaval, baña las horas previas,
brizna de lluvia en la nariz de las lagartijas,
el colmillo de la tarde muerde las aguas,
la distancia la devoran las horas
El agua es la cama, es el nicho, exhalación de peces,
es el espacio donde fluyen los sonidos
el río es uno y todas, es el afluente universal de las palabras a cuyo
(vado
se erigen las ciudades, los discursos y las sentencias
su canto es el poema que nace del flujo eterno de aguas
El río es uno solo, sus aguas llenan las ciudades,
años, siglos de histórica revolución
en las calles bifurcadas en el musgo
A vera de sus aguas abrevan los poetas
Llegan las atarrayas de otros pescadores
Tiran las redes y surgen de la corriente palabras nuevas
II
Todas las aguas son la palabra,
las palabras son el agua de la vida,
ésta que corre en los cuerpos y en la ausencia de todo
Algunas veces voy al río y su cauce está anegado de palabras
El río brota del verbo donde florecen los sonidos
Sus aguas bañan los pueblos, las civilizaciones
Arrastra a su paso las palabras viejas cadáveres insepultos
promesas de amantes, mentiras o confesiones
sus aguas se llevan las frases usadas y nos muestran cada día
otro significado.
ANDREA CABEL GARCÍA
[En breve cárcel]
Muera lo que
deba morir; lo que me callo.
Antonio Gamoneda
Invades
el camino,
De
punta a punta,
Como
una rueda
Y tu
nombre mastica una espera
Sentada
Sobre
el lomo de un erizo,
Con la
mirada en la puerta,
Con tus
carencias latiéndote en los ojos
Con tu
esperanza en un nombre de estómago amplio.
Y mi
necesidad de salir del borde del suelo
Para
olvidar tu abandono para acariciar por dentro
Esta
voluntad donde pende una línea
Como
una boca que se abre frente a la voz de un animal que llora.
Te
encuentro entre grandes voces semejantes a la mía
Estirando
los muros con latas rellenas de piedras
Cubiertas
de frutas secas
dulces
como el rostro de una anciana
dulces
como la mordida de una tormenta
el
camino bordeado de plantas de sed, de rostros muertos,
Mírame,
llena de puertas cerradas
cubierta
de una infancia mal curada
mírame
frágil
sabiendo
de mi tiempo como una habitación rota
como un
colchón sumiso al tiempo
a un
cuerpo solitario
nadando
entre rabia
y pudor
nadando
austero
inválido.
DEREK WALCOTT
Desenlace
Yo vivo
solo
al borde del agua sin esposa ni hijos.
He girado en torno a muchas posibilidades
para llegar a lo siguiente:
una pequeña casa a la orilla de un agua gris,
con las ventanas siempre abiertas
hacia el mar añejo. No elegimos estas cosas.
Mas somos lo que hemos hecho.
Sufrimos, los años pasan,
dejamos caer el peso pero no nuestra necesidad
de cargar con algo. El amor es una piedra
que se asentó en el fondo del mar
bajo el agua gris. Ahora, ya no le pido nada a
la poesía sino buenos sentimientos,
ni misericordia, ni fama, ni Curación. Mujer silenciosa,
podemos sentarnos a mirar las aguas grises,
al borde del agua sin esposa ni hijos.
He girado en torno a muchas posibilidades
para llegar a lo siguiente:
una pequeña casa a la orilla de un agua gris,
con las ventanas siempre abiertas
hacia el mar añejo. No elegimos estas cosas.
Mas somos lo que hemos hecho.
Sufrimos, los años pasan,
dejamos caer el peso pero no nuestra necesidad
de cargar con algo. El amor es una piedra
que se asentó en el fondo del mar
bajo el agua gris. Ahora, ya no le pido nada a
la poesía sino buenos sentimientos,
ni misericordia, ni fama, ni Curación. Mujer silenciosa,
podemos sentarnos a mirar las aguas grises,
y en
una vida inmaculada
por la mediocridad y la basura
vivir al modo de las rocas.
por la mediocridad y la basura
vivir al modo de las rocas.
Voy a
olvidar la sensibilidad,
olvidaré mi talento. Eso será más grande
y más difícil que lo que pasa por ser la vida.
olvidaré mi talento. Eso será más grande
y más difícil que lo que pasa por ser la vida.
ELMA MURRUGARRA
5:28 a.m. La bella durmiente
Los
cabellos vueltos enredaderas
cubren
la almohada
Las
uñas convertidas en pétalos
rozan
la alfombra
Su
cuerpo duerme
las
múltiples muertes del suicidio
con la
ilusión que un tierno beso
a su
enmarañado corazón despierte
De: “Cuentos de Domingo”
LORENA HUITRÓN
La que mejor bailaba
La
morena alarga los brazos,
desperezando los ojos, anulando la atención
hacia cualquier otro punto de la pista.
Preparen bandejas.
Nunca Salomé con la cadera fue tan hábil
para devorar la música,
y como un regalo abre los labios,
promete arrancarle al mundo los cabellos,
guarda en su vaivén la juventud del mango
y profiere con sus piernas la caricia.
desperezando los ojos, anulando la atención
hacia cualquier otro punto de la pista.
Preparen bandejas.
Nunca Salomé con la cadera fue tan hábil
para devorar la música,
y como un regalo abre los labios,
promete arrancarle al mundo los cabellos,
guarda en su vaivén la juventud del mango
y profiere con sus piernas la caricia.
Habrá
una alfombra de cabezas esta noche
y ninguna habrá podido saber
la medida exacta de su talle.
No hay dolor
ni llanto que calle las canciones,
sino la imprecisa medida entre lo que sublime
baila y lo que el mortal camina a paso torpe
y torpe rueda aniquilado.
y ninguna habrá podido saber
la medida exacta de su talle.
No hay dolor
ni llanto que calle las canciones,
sino la imprecisa medida entre lo que sublime
baila y lo que el mortal camina a paso torpe
y torpe rueda aniquilado.
Por una
mujer.
ROXANA ELVRIDGE-THOMAS
Maleza
Para Jair Cortés
Artera
piara que sorbe de la entraña todo néctar.
Férreo estigma, mueve al que lo lleva a profanar mil pétalos en marcha insostenible hacia la nada.
-Miento, no camina hacia el vacío:
Hay línea y es concreta.
Concreto el ser al que se odia.
Concreta la dolencia que lanza a abatirlo.
Concreto el desenfreno de la ira.
Y es hedor que enrarece la mirada,
ponzoña que hierve en cada poro,
punzón que entresaca mojones de las vísceras.
Quien odia no vive.
Sufre la gangrena progresiva de su sangre,
Siente cómo su aliento se avinagra azuzado del tizón que lo corroe.
Muere a cada paso que lo interna en la maleza.
Pierde la razón entre esas ramas.
Férreo estigma, mueve al que lo lleva a profanar mil pétalos en marcha insostenible hacia la nada.
-Miento, no camina hacia el vacío:
Hay línea y es concreta.
Concreto el ser al que se odia.
Concreta la dolencia que lanza a abatirlo.
Concreto el desenfreno de la ira.
Y es hedor que enrarece la mirada,
ponzoña que hierve en cada poro,
punzón que entresaca mojones de las vísceras.
Quien odia no vive.
Sufre la gangrena progresiva de su sangre,
Siente cómo su aliento se avinagra azuzado del tizón que lo corroe.
Muere a cada paso que lo interna en la maleza.
Pierde la razón entre esas ramas.
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