"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 20 de enero de 2023
COROMOTO RENAUD
El
sol de junio se extiende de La Vega al infinito
El Ávila se tapiza de verdes
se
multiplican los colores sobre el lago
es el telón de fondo que acompaña las voces de mis hermanas
imagino
la luz en el jardín de mi casa
el aroma a orégano
el
ramo de flores en el claroscuro de la sala
en junio la luz llega más temprano
no
quiere despedirse
como los buenos amantes
teje y desteje el tiempo
JESÚS MONTOYA
Huerta
a Bruna y Benício
Huerta
en día libre
es luz de hormiga hosca.
Huerta
que amanece
al cuerpo del bebé de brazos
abriéndose a las moras
como perlas.
Huerta
― solo la observación
musga del descubrir de las rosas,
el silencio hondo como casa;
sin explicación lo suficientemente
cadenciosa.
Huerta,
la pausa por tinta
de chola encima de la tierra.
Lugar
de trote débil hasta ascender
el claustro y mirar el primer
pájaro como un ser crédulo
trinar.
Huerta
es barro al rostro, danza
del pequeño dragón debajo
del árbol de cereza.
Huerta
por hierba viva.
sin hablar, como nosotros en el silencio
arrodillado
de vivir.
GUSTAVO VALLE
La
fachada es engañosa
Nuestro
perfil es la cara
Que dice la verdad
Al
no mirarnos
Acontecemos
Como axiomas
Todo
espejo es plagio
De
lado
Soy más exacto que de frente
JESÚS ALBERTO LEÓN
La
recluta del tiempo
Los
minutos se miran, se saludan,
en la estación donde llegará el tiempo
a recogerlos rápido y llevárselos
más allá del rumor de los adioses.
Cada minuto lleva su equipaje:
una efímera carga transparente
de densidad secreta, de difícil
control en la admisión. Esos instantes
que sonríen o que lloran, la familia
pluralmente instantánea que se queda,
y los hijos que ignoran si sus padres
volverán de la guerra del tiempo,
a la que van,
se abrazan todos, como si ese cerco
carnal pudiera darles
respiro del desgaste inacabable
que los apremia, voraz, los desmantela,
y los recluta, los niega, los arrastra.
De: “La
duda y la deriva”
VERÓNICA ARANDA
Cuarto
creciente
Al
regresar del viaje,
el silencio en la casa
no trazaba siluetas de animales apócrifos.
tiré intactas las latas de conservas
y las bolsas de té
de ese largo verano que fue nuestro.
Cené sola y libre
bajo el cuarto creciente.
PEDRO LASTRA
Para
hablar con los árboles
(Pintura
de Servio Zapata)
El
secreto del bosque es la llave del tiempo,
dice mi amigo Servio,
el árbol en su hora, que es la hora de todos,
nos pide que le demos la cifra de su nombre
para reconocernos,
él ya conoce el nuestro,
nos ampara y protege aunque no estemos cerca,
nos mira a una distancia que abarca la memoria
y somos su recuerdo.
Él
espera el regreso de quienes han partido.
Conoce bien los puntos cardinales: no lo engaña la brisa
ni el tiempo tormentoso
y sabe dónde estamos, con quién vamos
de uno a otro lugar
y oye nuestras voces
de amor o soledad.
Así
se cuentan ellos noticias de la tierra,
cuando todo es silencio
o suave melodía del coro de sí mismos,
allí
donde perviven en su ser cada día.
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