sábado, 28 de marzo de 2015

ANTONIO MACHADO


 

Al gran cero
                                    (Del apócrifo Abel Martín)

 

Cuando el Ser que se es hizo la nada
y reposó, que bien lo merecía,
ya tuvo el día noche, y compañía
tuvo el hombre en la ausencia de la amada.

Fiat umbral Brotó el pensar humano.
y el huevo universal alzó, vacío,
ya sin color, desubstanciado y frío,
lleno de niebla ingrávida, en su mano.

Toma el cero integral, la hueca esfera,
que has de mirar, si lo has de ver, erguido.
Hoy que es espalda el lomo de tu fiera,

y es el milagro del no ser cumplido,
brinda, poeta, un canto de frontera
a la muerte, al silencio y al olvido.

 

 

MIGUEL DE UNAMUNO


 

Castilla

 

Tu me levantas, tierra de Castilla
en la rugosa palma de tu mano,
al cielo que te enciende y te refresca,
            al cielo, tu amo.
Tierra nervuda, enjuta, despejada,
madre de corazones y de brazos,
toma el presente en ti viejos colores
            del noble antaño.
Con la pradera cóncava del cielo
lindan en torno tus desnudos campos,
tiene en ti cuna el sol y en ti sepulcro
             y en ti santuario.
Es todo cima tu extensión redonda
y en ti me siento al cielo levantado,
aire de cumbre es el que se respira
             aquí, en tus páramos.
¡Ara gigante, tierra castellana,
a ese tu aire soltaré mis cantos,
si te son dignos bajarán al mundo
             desde lo alto!

 

 

JUAN LARREA


  

El niño ofrece sus ojos a los tallos del viento

  

Deshechos como lechos profundos de gestos pero descarnados
dejando caer nuestras paredes a lo largo de nuestro Mcuerpo
en este otoño que no osa llenar la distancia entre tus manos
en este otoño desfigurado por el color de mis desvelos

Paseando las sombrillas de un viento de carne mis cicatrices
han olvidado sus llaves en los furtivos reflejos de las aguas
pero la canastilla que flota allí llena de pestañeos efímeros
me indemniza de tantas y tantas puertas cerradas detrás de ti

Comparte tú mi angustia y mis banderas llovedoras
vela por el canario que persigue su flauta entre mis huesos
que come y bebe las tardes en los huecos de una lengua ausente
exponiéndose a ser sorprendido demasiado lejos de mi sueño
 

Traducción de Gerardo Diego

 

GERARDO DIEGO


 

Ahogo

 

Déjame hacer un árbol con tus trenzas.

Mañana me hallarán ahorcado
en el nudo celeste de tus venas.

Se va a casar la novia
del marinerito.

Haré una gran pajarita
con sus cartas cruzadas.
Y luego romperé
la luna de una pedrada.
Neurastenia, dice el doctor.

Gulliver
ha hundido todos sus navíos.

Codicilo: dejo a mi novia
un puñal y una carcajada.

 

VICENTE ALEIXANDRE


 

El poeta se acuerda de su vida

 

Perdonadme: he dormido.
Y dormir no es vivir. Paz a los hombres.
Vivir no es suspirar o presentir palabras que aún nos vivan.
¿Vivir en ellas? Las palabras mueren.
Bellas son al sonar, mas nunca duran.
Así esta noche clara. Ayer cuando la aurora
o cuando el día cumplido estira el rayo
final, ya en tu rostro acaso.
Con tu pincel de luz cierra tus ojos.
Duerme.
La noche es larga, pero ya ha pasado.

 

 

 

LEOPOLDO LUGONES


  

El éxtasis

  

Dormía la arboleda; las ventanas
llenábanse de luz como pupilas;
las sendas grises se tornaban lilas;
cuajábanse la luz en densas granas.

La estrella que conoce por hermanas
desde el cielo tus lágrimas tranquilas,
brotó, evocando al son de las esquilas,
el rústico Belén de las aldeanas.

Mientras en las espumas del torrente
deshojaba tu amor sus primaveras
de muselina, relevó el ambiente

la armoniosa amplitud de tus caderas,
y una vaca mugió sonoramente
allá, por las sonámbulas praderas.