domingo, 4 de octubre de 2015

PEDRO SALINAS




Entre la tiniebla densa



Entre la tiniebla densa
El mundo era negro: nada.
Cuando de un brusco tirón
-Forma recta, curva forma-
Le saca a vivir la llama.
Cristal, roble, iluminados,
¡Qué alegría de ser tienen,
En luz, en líneas, ser
En brillo y veta vivientes!
Cuando la llama se apaga,
Fugitivas realidades,
Esa forma, aquel color,
Se escapan.
¿Viven aquí o en la duda?
Sube lenta una nostalgia
No de luna, no de amor,
No de infinito. Nostalgia
De un jarrón sobre una mesa.
¿Están?
Yo busco por donde estaban.
Desbrozadora de sombras
Tantea la mano. A oscuras
Vagas huellas, sigue el ansia.
De pronto, como una llama
Sube una alegría altísima
De lo negro: la luz del tacto.
Llegó al mundo de lo cierto.
Toca el cristal, frío, duro,
Toca la madera, áspera.
¡Están!
La sorda vida perfecta,
Sin color, se me confirma,
Segura, sin luz, la siento:
Realidad profunda, masa.



ODETTE ALONSO




Náufrago sentado frente al mar



Alguien lanza el oscuro mandamiento
la muerte es el mejor de los anuncios
cualquiera es el profeta.
Yo aquí me siento a ver el mar cuando anochece
a ver las horas regresar a su tumulto.
Los buques se deshacen al final de la línea
sin ver mi vela blanca ni mi hoguera.
Los marineros señalan desde el puente y ríen.
Un náufrago es un hombre en una piedra
un hombre con su piedra y con su oscuridad
un hombre solo.
Otro lanza el oscuro mandamiento
y soy un pedazo de tela desgarrada
un profeta sentado en esta roca
sin que nadie me escuche.




EFRAÍN HUERTA




Estrella en alto



En el taller del alma maduran los deseos,
crece, fresca y lozana, la ternura,
imitando tu sombra,
inventando tu ausencia
tan honda y sostenida.

Hoy te sueño,
amante:
estrella en alto, huella
de una violeta lenta.

Oscuramente bella la soledad germina en torno de mi cuerpo.
Hoy te sueño, amante:
jugamos a la brisa y al frío.
Tu nombre suena como tibia pureza inimitable.

Y del cielo a la tierra,
de aquella estrella en alto al dulce ruido de tu pecho,
bajan con inefable rapidez
y como espuma roja
apresurados besos,
recios besos,
crueles besos de hielo en mi memoria.

Un grito de agonía, una blasfemia
vuelve grises tus senos,
y mi sueño,
y esa noble fragancia de tu sexo.
¿Qué esperamos, hermana,

de esta reciente aurora
que nos fatiga tanto?
Mira la estrella,
es blanca, no es azul.
Mírala, y que tus ojos perduren como rosas perfectas.


LUIS MUÑOZ




Luces apagadas



La oscuridad reclama en cuanto llega
un orden para el mundo.

Se lo daría, si pudiese,
igual que puedo darle mi cadena de azares,
un nombre a algún presagio aleteante,
el mapa descifrado de mi limbo
y aun la gratitud que no le debo.

Nunca llega de pronto sino que desvanece
el tejido de fondo de los días
como si sumergiera
un cuerpo en la mirada que lo sigue.

La oscuridad precede a cuanto toca.
Y si finge lanzarse como un ave de presa
sobre tu cuarto solo,
si amenaza su salto de repente,
no creas en su caída,
no temas su ala trampa,
hazle un hueco.


De "Manzanas amarillas"



LEOPOLDO PANERO




Por la tarde



Palabra vehemente de las cosas
inanimadas; roca, pino, cumbre
solitaria de sol; silencio y lumbre;
quietud de las laderas rumorosas.

Intactas de mis manos silenciosas
entre el romero azul de mansedumbre,
transparentes de Dios y en su costumbre.
silencian el pinar mariposas.

Y el corazón silencia levemente
su palabra más pura, y su retama
se alza en dorado vuelo, mientras arde,

al fresco soplo, en limpidez de fuente,
la profunda quietud del Guadarrama,
lento de mariposas, por la tarde.



Versos del Guadarrama


OLIVERIO GIRONDO




No soy quien escucha...



No soy quien escucha
ese trote llovido que atraviesa mis venas.

No soy quien se pasa la lengua entre los labios,
al sentir que la boca se me llena de arena.

No soy quien espera,
enredado en mis nervios,
que las horas me acerquen el alivio del sueño,
ni el que está con mis manos, de yeso enloquecido,
mirando, entre mis huesos, las áridas paredes.

No soy yo quien escribe estas palabras huérfanas.