"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 13 de junio de 2019
ABRAHAM PAZ
Tiempo
Las
gotas poco a poco atraviesan
mi
cráneo. El reloj es un
ente
críptico que desmiente
la
simpleza de la vida y
arremete
contra el individuo.
Las
manecillas me detienen
para
no alcanzar el futuro.
Entre
sombras me veo.
¿Qué
es el tiempo?
El
paso de figuras
en
el espejo.
JESÚS DAVID CURBELO
Ejercicio
Si
la palabra es
un
acto de soberbia,
un
desafío
contra
el orden de Dios,
no
hay mayor humildad
que
aprender a callar.
LUIS ALFREDO GASTÉLUM
Homónima
La ciudad es homónima a la
casa. Se asemejan incluso en el durísimo suelo que las fragua, en el olor a
insecticida: capa del ambiente. A las dos las bautizaron un día que llovieron
astros como puñaladas, un día que un dios subió a la tierra para ahuyentar
zopilotes. Se asemejan porque siempre hay toque de queda, y apenas suena la
trompeta, se sacuden las sábanas, tiembla el sueño.
La ciudad es homónima a la
casa, el nombre es lo de menos.
ISMAEL LARES
Cuatro historias
1
En
éste verso
es de noche,
la noche vive
debajo de las sábanas,
las sábanas roncan
como el sonar de un ferrocarril.
es de noche,
la noche vive
debajo de las sábanas,
las sábanas roncan
como el sonar de un ferrocarril.
2
En
este verso
hay un árbol,
debajo del árbol
un hombre,
el hombre está triste,
su tristeza
bautiza la noche.
hay un árbol,
debajo del árbol
un hombre,
el hombre está triste,
su tristeza
bautiza la noche.
3
Estos
versos
forman un poema,
el poema es un muchacho,
el muchacho saluda.
Saluda a un público invisible.
forman un poema,
el poema es un muchacho,
el muchacho saluda.
Saluda a un público invisible.
4
El
poema
está en el horizonte.
Al fondo,
los brazos de un molino,
en el molino hay dos caballeros.
Los caballeros lo miran gigante.
está en el horizonte.
Al fondo,
los brazos de un molino,
en el molino hay dos caballeros.
Los caballeros lo miran gigante.
De: “La rebelión del anónimo”
ELIZABETH SOBARZO GAONA
XI
Ya
se encajaron en mis uñas los recuerdos
ya se vino el peso de la marea agria
no tengo dedos para remendar el tiempo
perdí mi costurero de primer auxilio
y nado en busca del tercero quinto y grito
pero estoy bajo el enjambre de las gaviotas
y nadie escucha a este hígado encangrejado
se trenza y abate junto al sargazo
lejano sin orillas
donde soy experimento de las conchas rabiosas
que me dan de su espuma para aliviar mi muerte
ya se vino el peso de la marea agria
no tengo dedos para remendar el tiempo
perdí mi costurero de primer auxilio
y nado en busca del tercero quinto y grito
pero estoy bajo el enjambre de las gaviotas
y nadie escucha a este hígado encangrejado
se trenza y abate junto al sargazo
lejano sin orillas
donde soy experimento de las conchas rabiosas
que me dan de su espuma para aliviar mi muerte
De: “Poemas para arrullar a
los ojos hormigueros”
EDUARDO CHIRINOS
Derrota del otoño
Aquí
no es bienvenido el otoño.
Nadie lo espera
a la orilla de ningún río melancólico
que esconda en su cauce los secretos del mundo.
El otoño reina en otras latitudes.
Allá lejos, donde los ciclos se cumplen, allá lejos
donde envejecen y renuevan las metáforas.
Nadie lo espera
a la orilla de ningún río melancólico
que esconda en su cauce los secretos del mundo.
El otoño reina en otras latitudes.
Allá lejos, donde los ciclos se cumplen, allá lejos
donde envejecen y renuevan las metáforas.
(El
sol se hunde en un verdoso charco
donde flota, solitaria, una hoja de laurel).
donde flota, solitaria, una hoja de laurel).
Pero
esta tarde no ha llovido. Las hojas
se aferran a sus ramas,
heroicamente luchan contra el viento
y en la noche celebran la derrota del otoño.
se aferran a sus ramas,
heroicamente luchan contra el viento
y en la noche celebran la derrota del otoño.
No
saben que las hojas que caen son las escritas
y el árbol un seco y callado poema sin estrías.
y el árbol un seco y callado poema sin estrías.
De: “El equilibrista de
Bayard street”
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