sábado, 2 de abril de 2022


 

AITANA ALBERTI

 



Saeta
(Cante jondo) 

                                                        A Federico García Lorca

 

 

Voy a olvidar mi nombre
Voy a olvidar mi nombre y el idioma
Haré en el aire un signo
Quizás labre un destello
Descalza y en camisa
Me tenderé sobre el dolor terrestre
a llorar cada letra donde perdure
tu fervor de agua
Mía será la súplica del árbol
Olivo sin olvido arranca aquel retrato
e ignore la alegría el vuelo de la muerte

No importa si naciste febril como la alondra
duerme tranquilo sellado en el misterio
Aljibe doble para el canto y el sueño
aún es chica y frutal esa luna de agosto
que rema sola ante el balcón abierto

 

MARCOS KRAMER

 


Compostela

Para Danilé

  

Entonces salí de casa queriendo caminar
dejé el lavado de algo sucio
y la agenda deportiva del domingo y salí
temblando por el frío
Encaré para la izquierda no tan seguro del camino
que me dicta el viento en los oídos
Seguí el zigzag sonoro
con ganas de ver en las calles cuánto me querían
y de a poco descubrí que no había nadie
que todos me escapaban
o que nadie estaba en tránsito esa tarde
que es lo mismo
Pero cuadra a cuadra se me fueron ofreciendo
los pelados a través de las paredes
o viejos de a pares tras el tul de la cortina
Es que yo camino con los ojos, ¿no te dije?
Caminar, para mí, es ver
un policía durmiendo a la sombra de una lancha
soñándole el sueño a algunos pibes
Caminar, para mí,
es ver a aparecer a La Banda del Pincel
que te deja fantasmas y escudos de los clubes
como manchas de humedad del sentimiento
o una frase que bien vale una asamblea
Caminando ves
cómo nacen de a poco los barrios excluidos
desde las veredas prolijas de los barrios exclusivos
y les rompen a cascotes las baldosas reventadas
Un dulce caminar del porvenir
que va perdiendo valor inmobiliario
El suave aparecer de los márgenes urbanos
con una calma de crisis preparada
y de deuda interna en las familias
Y yo camino…
Caminar es eso
sentir que tus piernas te escalan a los ojos
que son piedras
y que esas mismas piernas
son las que habían roto esas veredas
las de los obreros de verdad
que llegan a sus casas bien de noche
cargando unos pesos que no van en los bolsillos
Camino y entiendo
por acá
que es otra la consigna de la gente en los baldíos
Y a esa altura de la cuadra
lo único que hay para escuchar
es el arrastre de un vaso descartable en una esquina
el minuto de silencio
y el fantasma de alguien comiendo un superpancho
Y volver
como siempre
caminando
con las manos llenas de imágenes bolita
casi ojos
Porque caminar así sin rumbo fijo
es ver el espacio de los otros
y es mejor que quedarte recostado
mirando el reflejo de tu cara en la pantalla

 

De: “Mínimo, Vital y Móvil”

 

 

JOSÉ EUGENIO SÁNCHEZ

 

 

 

el increíble mundo de las máquinas

– qué quieres que te regale para tu cumple
– un terminator
– qué es eso y dónde lo compro
– por internet

314 dólares y a los dos días llegó a su casa
emocionada sacó de la envoltura
un escalofriante artefacto plástico caliente tembloroso color piel
con aditamentos para penetrar vagina y ano al mismo tiempo
de tres velocidades y baterías ultra contaminantes

manipular esos controles
te hacen pensar en las grandes decisiones

en sus ojos trepidaron las pupilas
babeó al apretar los puños
y gritó como si le rociaran napalm

a los pocos días fui adquiriendo habilidad:
lunes terminator
martes terminator ii judgement day
miércoles terminator iii rise of the machines
jueves terminator iv salvation
hasta que poco a poco me convertí en otro aditamento del juguete

el increíble mundo de las máquinas

a ver si terminator le manda mensajitos por teléfono
o le sirve vino en su copa
o la mira desde el fondo de la sala

a ver

ya me dijo que quiere el allien
una tierna baba del espacio que usa energía solar
mientras sientes que la panza te revienta

 

 

LATIF HALMAT

 

  

Oh mi querida madre

 

 

Oh mi querida madre… te sigo
como los perros
que siguien
el olor del pan caliente
y la carne…
como la poesía
que sigue mi corazón…
como los espías
que siguen al poeta…

  

Versión de Jiyar Homer e Isabel López

 

JUAN JOSÉ RODINÁS

 

 

Antibalada de un hombre que mira al River Aire

 

 

En mi país, las mujeres de helio se elevan por el cielo.
En ocasiones se llaman Dinah o muchacha que extrae
pastillas de los árboles que le crecen en el carrusel del pecho
y los obsequia a la gente que no sabe soñar en globos amarillos.

En mi país, el universo cabe en la mano de un mendigo
que explica su pobreza con la casa que no hay en su mano.
Un carnaval de partículas se mueve sobre su palma.
La gente cruza la calle y deja unas monedas en un cesto.

Aquí, el río Aire no crece para que alguien lo mire
sino porque el tiempo persigue sus detalles en mandalas de nieve,
un dictado de pétalos de agua suspendidos del tiempo.
Aquí, es necesario el orden, la simetría, el equilibrio.

Todavía no dibuja el invierno, pero pueden mirarse varias huellas,
en futuros antiguos, sobre la piel del agua.
Son 8 de la noche y miro las estrellas de incógnita
en un país de amaneceres negros y casas victorianas.

Un pozo y la luz sobre una cancha donde juegan fútbol.
El mastodonte del movimiento eterno
es una ambulancia que se lleva a un inglés a mejor vida.
Al menos así parece ahora que lo sacan del hospital
con un amor secreto y silencioso.

Esto no es un espectáculo. Si te quedara algo de humano dirías:
esa luz del gorrión que come un tiesto de semillas.
¿Cuántas cosas horribles suceden sin que el gorrión se entere?
(Imitaciones de realidad- diría el naturalista ebrio).

Tampoco tú te enteras. Aunque aprecias el milagro de la física.
El otoño en Yorkshire dispone la mente en un papel periódico.
I don’t know how to say this- le digo al vendedor,
señalando un paquete de espinacas.
El Río Aire está a dos cuadras.
Yo camino hacia el puente donde los niños tiran
pequeñas latas hacia la carretera.

 

 


TAMMAM H HUNAIDY

 

 

 

Ascensión inmigrante.Extraños en los rascacielos 

A Ibrahim Jaber Ibrahim

 

 

 

Su madre no me dio a luz,
Pero, ¿y si tuviéramos tiempo de contar los hechos?
Confirmaremos que en dos momentos diferentes nos metimos en el delantal de madres pasadas hacia al agua para escapar de la sed forzada.
Nuestras frentes, por separado, se empañaron en la arena, y perdimos el olor a limones agrios que flotaba en la tierra de la casa.
Y la vida hizo el mismo pacto con nosotros en dos tiempos diferentes / No es asunto mío si otros tomaron sus primeros hogares, yo puedo proveer lo necesario de los exilios desde el destierro para que ambos practiquen sus anhelos como se debe; sean ambos dignos de la tierra del otro/
No habría cambiado mucho si hubiera nacido años antes de ese verano.
Amigo mío,
han pasado muchas sequías y mi padre todavía cultiva trigo.
¿Hasta ahora, no logramos entender cómo alimentamos a las aves con nuestro sustento?
Nuestras buenas madres dicen: se despejará pronto, luego repiten en sus acentos:
“Tendremos harina… y los vecinos oirán el crujido de la masa”
Y hasta este punto…
Todavía, su madre, no me había dado a luz
Pero estoy casi seguro de que ella le enseñó el lugar como lo hizo mi madre, y le enseñó el agua cuando ella pasaba por el lado del pozo lleno de piedras.
¡Vaya! ¡Qué piedras las de los otros! ¡Y qué posos son lo nuestros!
Nacimos en dos años diferentes
Sin embargo, la guerra sigue en pie
Migraciones
Sandalias infantiles con recortes
pan polvoriento
llaves de casa.
Subimos, en dos momentos diferentes, el mismo ma’arij¹
Estaba caminando y vi las huellas de sus pasos pequeños en el suelo.
Seguí el trigo que se filtra desde el palanquín de su viaje.
Y las pasas escapando por los agujeros del saco.
Vi rastros de un bocado de tomillo que cayó de sus pequeñas manos, así que lo comí.
Y un regajo que dejó marcadas sus huellas. Así que bebí de él
Vi un rincón donde orinaba cuando tenía miedo de los lobos , así que oriné en él sin que hubiera lobos
Mis pasos precedieron a sus pasos
Mis lágrimas precedieron a sus lágrimas
Mi madre precedió a su madre
Unos extraños entraron en su casa y vieron una puerta que conducía a mi casa… así que entraron.
Los extraños conocen los pasillos de nuestras casas mejor que nosotros
El agua de sus ojos se acumuló en el lugar dejado por sus pasos a la orilla del mar, y así era la sal.
Caminamos en el mismo lugar, así que lo bebimos y fue un recuerdo
¡Oh, los vivos!
Nuestros amigos que aún no están muertos
sean dignos de tus vidas
cantan por tus vidas
pueden llorar por quienes mueren, por nosotros.
Nosotros, somos tu celebración de la salvación.
Yo y mi amigo que murió antes que yo te rodeamos de canciones y poemas.
Yo y mi amigo que murió antes que yo, te damos, sin llorar, una oportunidad para la felicidad
Somos tu felicidad secreta
sus pasos que no anduvieron
sus pasos retrasados
¡Oh, ustedes, los vivos!
Nuestros amigos que aún no han muerto
Nuestra sabiduría es suya, así que tómenla
Quémenla si quieren, pero no lo nieguen
Somos las velas de sus barcos

  

1.- ma’arij de Mi’raj que es las escaleras que, Mohamed, el Mensajero de Dios, subió en la noche del Viaje Nocturno.