"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 26 de julio de 2018
MARGARITO CUÉLLAR
Instrucciones para el uso de los recuerdos
Los restos del pasado
se reúnen
como los desperdicios de la playa.
como los desperdicios de la playa.
Enrique Lihn
Recíclalos,
pásales las llantas de un auto, arrójalos por la ventana de un avión.
Ofértalos, instala una fábrica de collares, sazónalos con lágrimas del cielo.
Arráncatelos, que se marchen con un poco de piel (corazón o memoria). Que se
desangren y mueran en la raya llenos de moscas. Olvídalos, expúlsalos de tu
bestiario, desinféctalos, despójalos de su inoportuna melancolía. No te
engañes, como las costras, nada de su piel exterior vale la pena.
Desrecuérdalos, atígralos y jáulalos. Que vuelvan a nacer en su espiral de nada
desde el árbol de las preguntas.
ADRIANA TAFOYA
La
belleza de empollar huevos azules
para
desteñir de nuevo el cielo y entinte de mar el sol
Últimas
palabras a Mariana
antes
de ser destruida por el serrucho de la muerte
Separa
el torrente de la cabellera
Mariana
querida
y deja
te penetre la belleza
(la
verdadera)
La que
desgarra por cuchillo de mil uñas
rebana
músculos y se eleva hasta la mente
La que
destroza mitos, la que aplasta deidades
La que
destruye historias y falsos versos
en la
hermosura de un trueno a la una de la tarde
y más
aún, su voluntad el viento
azotando
árboles, arrancándole
pájaros
a los nidos
entregándolos
a su fragilidad, a su inútil muerte:
tronido
estrellándose música contra el cielo.
La
longeva belleza Mariana
Cómo
reconocerla cuando ella alumbra
O apaga
los caminos de tu yo
que se
destroza hecho trizas como el tiempo
embarrado
al que pudo ser tu yo
Caracol
dejando residuos de lo que pudiste ser:
el
negro florecimiento de un cuervo para la inteligencia.
Aún sin
saberlo
ella
está ahí, desnuda sobre cenizas:
(la
belleza) lechón negro en charola de plata
en el
sudor frío de la piedra
en un
sueño encharcado
en
bocacalles y casuchas mojadas
en el
chapoteo de los viejos y grandes barcos
destejiéndose
rojizo mar
—limo
descuajado en agridulces siniestras natas—
Ella
estará ahí
hecha mar
y en el
mar sobre la arena (espuma)
guadaña
que regresa
otra
una y otra vez
para
segar las piernas
de los
que en paz caminan
descalzos,
humedeciendo deseos
sin
querer nada.
Vamos,
separa los dedos
abre la
mano y digamos
que si
la belleza es manzana
y nace
para morderse
muérdela,
para de ella nutrirte, Mariana
y tener
algo más que espíritu
algo
más profundo que no el ánima
más
interno [donde se realiza el Acto
que te
da la esencia]
y no
sea simplemente el alma.
De: “Los rituales de la tristeza”.
MIGUEL RASH ISLA
Eclipse
En medio a mis congojas, en mitad de mi hastío,
tu recuerdo lejano, tu recuerdo clemente,
vino, desde las sombras, a posarse en mi frente
y a decirme que aún vive nuestro amor, amor mío.
Perdóname! La culpa del injusto desvío
fue del hombre que sueña, no del hombre que siente.
Míra: puede en su rumbo desviarse la corriente
pero la imagen sigue reflejada en el río.
Tu recuerdo en mi alma se nubló como aquella
lumbre de los luceros que en la noche callada
se eclipsa si las nubes se detienen ante ella.
En medio a mis congojas, en mitad de mi hastío,
tu recuerdo lejano, tu recuerdo clemente,
vino, desde las sombras, a posarse en mi frente
y a decirme que aún vive nuestro amor, amor mío.
Perdóname! La culpa del injusto desvío
fue del hombre que sueña, no del hombre que siente.
Míra: puede en su rumbo desviarse la corriente
pero la imagen sigue reflejada en el río.
Tu recuerdo en mi alma se nubló como aquella
lumbre de los luceros que en la noche callada
se eclipsa si las nubes se detienen ante ella.
Mi olvido
fue una nube que ya va de partida,
y tu amor es la estrella que un momento eclipsada
sigue irradiando inmóvil en lo azul de mi vida.
y tu amor es la estrella que un momento eclipsada
sigue irradiando inmóvil en lo azul de mi vida.
AMOS OZ
El
narrador copia expresiones del diccionario
Quien ha jugado con fuego,
quien ha prometido el oro y el moro
ha perdido la senda, ha perdido los estribos y está
con la soga al cuello. No ha conseguido vivir como un rey.
Ha pasado más hambre que un perro. Le ha tocado.
Los años se le han echado encima, ha recibido
su castigo, las desgracias nunca vienen solas.
Ahora estampará su firma. Dará su conformidad.
Quien ha jugado con fuego,
quien ha prometido el oro y el moro
ha perdido la senda, ha perdido los estribos y está
con la soga al cuello. No ha conseguido vivir como un rey.
Ha pasado más hambre que un perro. Le ha tocado.
Los años se le han echado encima, ha recibido
su castigo, las desgracias nunca vienen solas.
Ahora estampará su firma. Dará su conformidad.
De: "El mismo mar"
Versión de Raquel García Lozano
IRENE SÁNCHEZ CARRÓN
Pasas las horas mirándote las manos.
En esta oscuridad tus manos son el fuego y las antorchas.
Hay un presentimiento que roza las paredes de tu alma.
Tus manos se parecen a árboles desnudos,
a rutas que se pierden en los sueños.
Cuando abres las manos es como si mostrases un tesoro.
Muy temprano recogiste la sangre
y su olor a impaciencia se vierte por la cueva.
Es extraña la sangre.
Son extrañas las manos.
Frenéticamente mojas tus manos en la sangre una y mil veces.
Frenéticamente imprimes tus manos una y mil veces
en el duro silencio de la piedra.
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