miércoles, 3 de julio de 2019


ANTONIO ALIBERTI





Las dos vidas



Si a un cierto punto me miras te miro
          (nada extraño entre dos que comparten
          el pan y la rutina)

                    si de pronto mirándote
recuerdo a la rubia del tren
          (se perdió en la marea y el reloj)
                    (¿la perdí?):

no me descubras, déjame la libertad de los sentidos
          (el que recuerda vive dos vidas).

Después a la noche mis dos vidas son tuyas
después a la noche tus dos vidas son mías

(no hay lugar para ninguna confusión). 


MARIA MERCEDES CARRANZA





Poema del desamor



Ahora en la hora del desamor
Y sin la rosada levedad que da el deseo
Flotan sus pasos y sus gestos.

Las sonrisas sonámbulas, casi sin boca,
Aquellas palabras que no fueron posibles,
Las preguntas que sólo zumbaron como moscas
Y sus ojos, frío pedazo de carne azul.
Días perdidos en oficios de la imaginación,
Como las cartas mentales al amanecer
O el recuerdo preciso y casi cierto
De encuentros en duermevela que fueron con nadie.
Los sueños, siempre los sueños.

¡Qué sucia es la luz de esta hora,
Qué turbia la memoria de lo poco que queda
Y qué mezquino el inminente olvido!



ROBERTO PALENCIA





Los espejos



Cuando el reflejo se busca               
y se pierde en el fondo del pasado,       
cuando uno se busca                       
y no se refleja, sino un fantasma…       
Vaga y de vagar                           
se hermana con los vagabundos…           
cree uno que la mirada                   
es la de siempre                         
pero tiene el brillo de lo incierto…     
de los pensamientos como puntas de lanza. 
Es cuando uno se pone la mejor camisa     
y el espejo le responde                   
como el mejor amigo.                     
Hay espejos de todo tamaño               
pero es mejor verse en espejos grandes,   
donde quepan las aventuras,               
las simpatías, los optimismos,           
las ilusiones,                           
la sonrisa nueva…                         
Que se llene el espejo                   
de deseos del alma…                       
y que uno se de cuenta                   
y salga disparado a la calle             
¡y la gente se de cuenta!         


IVÁN OÑATE




Banda de rock



Ah
Loco pasado

Bella juventud
Con sus ansias de vivir
No una
Sino mil veces

Sin sospechar
Que por pura simetría
Por pura paradoja
Por simple equilibrio de las partes

Quien ama más de una vez
También
Morirá muchas veces.


De: “La nada sagrada”.

JUAN CALZADILLA





Asuntos de economía metafísica



Asuntos de economía metafísica

_¿Qué buscabas en los semblantes
perdidos entre los cuerpos de la multitud?

_A alguien que, porque nunca existió,
no ha desaparecido.
O a alguien que, porque no estaba desaparecido,
Nunca existió
O a nadie.


ROBINSON QUINTERO





El poeta da una vuelta a su perro



1

Las patas de mi perro están hechas de un arte grácil: su belleza es el aire de la forma. Las patas de mi perro son hermosas como este poema que escribo, si este poema que escribo llega a ser tan hermoso como las patas de mi perro: las patas de mi perro cantan; mi poema, a veces, late. Las patas de mi perro son como versos de Esenin: pasea en su andar, si se escucha bien, una melodía.


2

Tiene mi perro un estilo de pasear que lo distingue, un paso fluido que despierta la admiración de la gente, un ir plácido por las aceras que da gusto mirarlo, un vagar distraído que dan ganas de seguir su rastro; su andar pisa entre más firme más suelto, su trote queda en el aire después de que pasa, su correteo da vueltas en redondo y pone a girar las calles. Se escucha, en lo que escribo, su paso. Con quiebres de gozque, sin lazo de atar, va mi perro en su paseo de olores.


3

El poema camina según el perro que lo pasee. Mi poema, por ejemplo, apenas puede poner su paso, difícilmente encuentra su cadencia, su estilo propio de andar la calle, si sale de ronda con mi perro. Son las patas de mi fiel amigo las que ponen el ritmo, el movimiento que le da porte a la forma, son las patas de mi perro caminero las que marcan los acentos y las pausas, las que dejan su rastro en la andadura del verso. Escuchen, escuchen bien: pisa mi perro la melodía que me escribe.