domingo, 16 de febrero de 2025


 

MING DI

 


 

 

En Rafah

 

 

 

mariposas aletean entre las bombas

en busca de niñas y niños

pero solo quedan sus zapatos

en los escombros

como alas de mariposas machacadas,

separadas, pisoteadas

 

 

anoche vi zapatos en el aire

en cinco colores seis tonos

volando bajo

buscando a sus dueños, a las niñas, niños

que los usaban, corriendo

 

 

los zapatos medio corren medio vuelan

buscando los cuerpos sin cuerpo

 

 

cuando la lluvia llene los cráteres un día

serán pequeños los zapatos, sin destino, barcos.

 

 

Versión de Dulce Chiang

 

 

CARLOS RIVAS LARRAURI

 

  

 

Voy con mi hacha




Mis güenos siñores:
¡ Pónganse muy changos!
¡ Pónganse muy águilas!

La musa del pueblo
qu'es la que me cuadra,
en vez di una lira
me dio esta guitarra,
que manque esté vieja
y un poco estillada,
salen con sus notas
suspiros y lágrimas
di un pueblo que sufre,
di un pueblo que sangra...

Yo sé di otro modo
dicir las palabras
pero esta es la musa
qui a mí más me cuadra,
y onqu'esté la probe
vestida d'hilachas,
ansina la quero,
y es la que me manda
que diga sus cosas
lo mesmo qu'ella habla,
lo mesmo que sente,
lo mesmo que canta.,.

No inoro qui hay munchos
qu'esto no les cuadra,
y por ser humilde
van a dispreciarla,
pero, ¡eso no li aunque!
¡ Guena es la guitarra!
¡ Tan guena com'otras
de muncha pomada!
y ella no es culpable
de si por disgracia
estas probes manos
no saben tocarla...

Sus guenas mercedes,
perdonen la lata
y díganme aluego
si no les doy di ala,
pa que yo me largue
con todo y guitarra...
Pero si por suerte,
les he caido en gracia,
¡ aguárdensi un pelo...
¡ Déjenme templaría...
¡ Pónganse muy changos...
¡ Pónganse muy águilas...

Mis guenos siñores,
¡ ai les voy con mi hacha!

 

PATRICIA CRESPO

 

 

 

IV

 

 

Como quien siembra un bosque
y aguarda la sombra y, tal vez, pájaros,
así se hace presencia
el mundo ante ti,
se entrega a tu silencio.

Hace un rato
que la luz del atardecer nos mira
y el otoño sobreviene.

 

 

De: “un solo árbol”

 

 

ALBA GONZÁLEZ

 

  

 

al final a todos nos pasa lo mismo:
consejos vendo
y para mí
siempre
los restos

  

De: “Todos mis ojos tristes”

 

LUIS RAMOS DE LA TORRE

 

 


 

LO que vuelve y se rehace,

        nunca se niega.

 Azul vacío.

        Abrazo ausente.

La extraña austeridad de los afectos.

 

Hay un hueco impasible en las huellas del viento.

El tiempo se desvanece o persiste,

arde en su fragilidad,

                                   hurga en el aire y trae,

lo que funda el silencio.

 

 

De: “Lo que funda el silencio”

TED KOOSER

 

 


En la sala de oncología

 

 

Dos jóvenes, que supongo son sus hermanas,
la ayudan a llegar a la puerta abierta
que conduce a las salas de reconocimiento.
Cada una se dobla bajo el peso de un brazo
y camina con el porte recto y resistente
del coraje. A lo que debe parecer
una gran distancia, una enfermera sujeta la puerta,
sonriendo y dando ánimos.
¡Cuánta paciencia despliega en las almidonadas velas
blancas
de su uniforme!. Bajo su gracioso gorro de lana
la enferma se esfuerza para ver
el balanceo de sus pies, cómo se arrastraban
mientras recibe el peso de su cuerpo.
No hay ni inquietud ni impaciencia
ni rabia a la vista. La gracia
llena el molde limpio de este momento
y guardan silencio las hojas de todas las revistas.