jueves, 21 de mayo de 2020


ZINAIDA GIPPIUS





En la noche las ramas se ennegrecen…

a D. Filosofov



En la noche las ramas se ennegrecen
y se escucha el susurro de la corriente.
Me hamaca solo una red de aire,
tan lejos de la tierra como del cielo.
Abajo, el sufrimiento y arriba lo que entretiene,
tanto pesa el dolor como la alegría.
Las nubes delgadas y rizadas como niños
y las personas penosas y malas como animales.
Siento lástima por las personas y vergüenza de los niños,
aquí no me creen, allí no me comprenden.
Abajo es amargo y arriba, ofende…
Y en esta red, ni bajo ni subo.
Vivan, personas y jueguen, niños,
mientras me hamaque a todo le diré que no.
Solo me asusta pensar cómo recibiré en la red
el cálido amanecer terrestre.
Y el vapor amanecido, vivo y extraño,
se eleva desde abajo,
¿permaneceré hasta el alba en esta red?
Sé que el sol me quemará.


NATÁLIA CORREIA





Las flores



I

De morado, la violeta
Para el luto siempre atenta
Suavemente sabe
Que todo acaba en sombra.


II

En la luz callada del jardín
Hay siempre una tarde única
Para que un dios nos declare
Su amor en un tulipán.


III

Fugaces, los jacintos,
Ebrios de núbil vida
Son carcajadas que salen
Del corazón del día.


IV

Pensando en sí mismo
Pienso en lo poco que somos
El narciso en el espejo
Desde su último sueño.


SAMUEL BECKETT





Canción



Vejez es estar de cuclillas
Agazapado en el hogar
Temblando porque la bruja
Ponga el perol en la cama
Y traiga el ponche
Ella llega en las cenizas
Quien amada no fue conquistada
O conquistada no fue amada
O algún otro pesar
Llega a las cenizas
Como en esa vieja luz
El rostro en las cenizas
Esa vieja luz de una estrella
Otra vez en la tierra.


VICTORIA COLONNA





De mi sol claro, con la muerte ciego…



De mi sol claro, con la muerte ciego,
aquí miro doquier las dulces huellas;
ciego no; más allá de las estrellas
arde con luz más clara y vivo fuego.
Aquí vencido de mi amante ruego,
él me mostró sus cicatrices bellas,
y yo mis labios estampaba en ellas,
y las bañaba de mi llanto el riego.
Sus brillantes victorias me contaba
y el modo y la ocasión con la serena
faz con que abría la contienda brava;
de llanto rompo en dolorosa vena,
pues lo mismo que un tiempo me alegraba
me causa ahora inconsolable pena.



JOSÉ CADALSO





A la peligrosa enfermedad de Filis



Si el cielo está sin luces
el campo está sin flores
los pájaros no cantan
los arroyos no corren
no saltan los corderos
no bailan los pastores
los troncos no dan frutos
los ecos no responden…
es que enfermó mi Filis
y está suspenso el orbe.


AL-KHANSA





Ningún día ha sido tan triste como el día que Sakhr…



Ningún día ha sido tan triste como el día que Sakhr
me dejó. Dulce y amargo para siempre.
Sakhr era nuestro señor, nuestro jefe.
En el invierno Sakhr hizo una fiesta
y nos llevó.
Sakhr murió cuando teníamos hambre.
Sakhr fue nuestro guía
como una montaña cuya cima es el fuego.
Firme, cara perfecta, piadoso,
encendió la guerra en la mañana del miedo.
Él llevó banderas, salvó nuestra sangre, fue
testigo de asambleas, creó un ejército de los ejércitos,
sacrificador de camellos, un refugio para los oprimidos,
liberador de los presos, componedor de huesos.
Yo digo que no había nadie como él en el mundo.