sábado, 21 de mayo de 2022


 

DENISE LEVERTOV




Intimación

 

 

Esta luz, estas ramas, me impacientan.
Por más azul que esté, el cielo se entromete.
Porque empiezo a notar
que hay algo más que debo hacer,
y no logro encontrar el ritmo de los días
al que en otros inviernos podía moverme bien.
Cortaron aquel árbol alto,
el que el amanecer doraba –ese fervor
de pájaros y querubines
callados. La sequía
había apagado el verde
en muchas de sus hojas.
Porque sé
que una necesidad nueva ha empezado
a echar sus redes desde mí hacia
un lugar desconocido. Busco
un silencio que está casi presente,
huidizo en los latidos de mi corazón.

 

 

LUIS ALBERTO AMBROGGIO

 

  

La duda

 

 

Dudar es caminar en el mundo de las ideas
al mover una pieza en un juego de ajedrez;
es preguntarse siempre el porqué de lo que sea
dejando abierto el interrogante cada vez.

Dudar es andar esta vida cruel y humana
en el paso ebrio de su rígida estrechez
y saber lo que se sabe, poco y nada
sin encontrar casi nunca razón a lo que es.

Dudar es ir viviendo la muerte poco a poco
como en un encierro sofocante de vejez
enfocar las cosas y no obtener el foco
que las capture todas con perfecta nitidez.

Dudar es un buscar sabio sin encuentro
del pensar mismo en su insaciable avidez,
es el hombre en sí definido muy por dentro
en carne y alma con su incógnita a través.

 

 

RICARDO POCHTAR

 

 

Erklärte nacht

 

 

De noche los semáforos
seducen a las calles,
les muestran fugazmente
un lila vedado
en las esquinas,
invierten los colores,
los derraman,
pero al amanecer
se les mezcla en falso
la baraja:
una escaramuza del rojo
con el verde,
ámbar donde queda
atrapado un automóvil,
arena donde se seca
la tinta de los pasos.

 

EDUARDO GALEANO

 

 


La cultura del terror




La extorsión,
el insulto,
la amenaza,
el coscorrón,
la bofetada,
la paliza,
el azote,
el cuarto oscuro,
la ducha helada,
el ayuno obligatorio,
la comida obligatoria,
la prohibición de salir,
la prohibición de decir lo que se piensa,
la prohibición de hacer lo que se siente
y la humillación pública
son algunos de los métodos de penitencia y tortura tradicionales en la vida de familia. Para castigo de la desobediencia y escarmiento de la libertad, la tradición familiar
perpetúa una cultura del terror que humilla a la mujer, enseña a los hijos a mentir y contagia la peste del miedo.
– Los derechos humanos tendrían que empezar por casa– me comenta, en Chile, Andrés Domínguez.



TULIO MORA ALARCÓN

 


 

Hombre, angustia y siglo XX

 

 

Pobre hombre,
con angustia te contemplo,
con tu porfía y tu miedo,
desde la cima del tiempo.

Pobre hombre,
sientes hambre, sientes frío,
la mayor parte del día,
pobre hombre.

Pobre hombre,
dominante y dominado,
la caverna y el palacio
te mantienen angustiado.

Pobre hombre,
que desprecias a tu hermano,
por el color de su piel,
sólo angustia y mala fe.

 

 

AMELIA DENIS DE ICAZA

 

  

El llanto de una hija

¡A mi madre!



¡Madre mía!  mi vida! ¿qué te has hecho?
a dónde está tu maternal mirada?
ya está sin vida, sin calor tu pecho
y tu hija vive aún tan desgraciada!

¿Adonde estás, porqué me abandonaste
y con quien me has dejado madre mía?
tú en tu seno de amor me acariciaste
y hoy te llevas contigo mi alegría.

Tú me amaste de niña con locura
y más tarde ya joven fui tu orgullo
y hoy mi llanto de acerba desventura
ya no lo enjuga ese cariño tuyo.

Ya nunca más mi llanto con tu llanto
veré unirse doliente en mis dolores
no arrullarás a Julia con tu canto
ni le pondrás sobre su frente flores.

Ya no veré dormirse entre tus brazos
los hijos míos que tus hijos son
¿por qué la suerte desató esos lazos
y dejó de latir tu corazón?

Ya al exhalar mis lastimeras quejas
sólo hallarán un eco en el vacío
¿por qué abandonas sola, por qué dejas
un corazón tan débil como el mío?

Ya no veré tus ojos anegados
en lágrimas dolientes por mi suerte
ellos están a mi dolor cerrados
y hundidos por la mano de la muerte.

Madre tan adorada, yo te lloro,
y me parece un sueño todavía
en vano a Dios en mi pesar imploro
porque Dios no me oye; madre mía!