"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 15 de junio de 2022
LUCY CRISTINA CHAU
Llovizna
Ahora
que ha parado de llover,
que
las tormentas duermen
y
los mares no se derraman,
el
cielo vuelve a descansar
sobre
las montañas.
Ahora
que se escurren los miedos,
con
este sol que no parece invierno,
la
ciudad,
aún
dormida,
camina
entre el café colado
y la
indiferencia.
FABIÁN GUERRERO
V
Fue
Un
espejismo eso del amor;
Como
si hubiéramos podido vernos
A
nosotros mismos:
Endebles
Pero
atareados en la destrucción del reino.
OMAR LARA
13
Aquí
nací una vez
aquí
morí una vez
¿qué
más decir de una ciudad
y de
un destino?
¿el
destino soy yo?
¿o
es la búsqueda ciega
la
que hace
que
pronuncie destino
cuando
en verdad
busco
sólo un lugar
una
puerta
un
cobijo
una
campana?
De:
“Crónica de un regreso”
MARCO MARTOS
El
mar de las tinieblas
Carta
Moral a Lucilio
Escribe
Séneca (40 d.C.)
Solitario
y débil,
el
buey viejo
quiere
pasto tierno
y
los hombres,
no
muy diferentes,
somos
alimento
diario
de la muerte.
Nuestros
cocineros
circulando
entre los fuegos
preparan
manjares para muchos
y
los labriegos en Sicilia
y en
África, y acaso más allá
del
mar de las tinieblas, siembran
hierbas
aromáticas, hortalizas y frutales
para
alimentar a Roma y a las ciudades
de
los cuatro confines
en
cada uno de los imperios.
Cada
quien defiende con los dientes
su
verdad en el foro.
Con
discursos y denuestos
los
antagonistas se acompañan.
La
mujer discute con el marido.
Ambos
escuchan el eco
de
dos voces y como eso no les basta
engendran
al hijo entre sollozos.
Condición
del hombre es estar solo,
vivir
lo breve en la incertidumbre.
En
cualquier cosa que hagas, Lucilio,
pon
tus ojos en la muerte.
Consérvate
bueno.
FERNANDO HUAROTO
veintidós
bondadosa
como un signo
a tu
espalda
escribo
una palabra
acariciándose
al caer
y
recuerdo tu pulcro
pulso
de respirar
tranquilamente
hermosa
condenada
como
una navaja
abriendo
el silencio
como
si de un pequeño fruto fuera
y
estrictamente
tu
corazón se acongoja
en
su misterio
orgánico
que se intimida
tu labio oscuro
mencionando
mi
propia historia
que
hace
distanciarte
como
una consigna
que
te salva arruinada
que
hierba crecerá
mientras
la noche
perfecciona
ingeniosamente
la soledad
de
lo embarcadores.
JOHN ASHBERY
Paradojas
y oxímoros
Este
poema tiene que ver con el lenguaje en un nivel muy básico.
Observa
cómo se dirige a ti. Tú miras por la ventana
o
pretendes juguetear con algo. Lo entiendes, pero no lo entiendes realmente.
No
lo captas, o él no te capta a ti. Ninguno de los dos lo capta.
El
poema está triste porque le gustaría ser tuyo, pero no puede.
¿Qué
es «un nivel muy básico»? Es eso, y también otras cosas,
que
forman un sistema que él intenta poner en juego. ¿En juego?
Bueno,
la verdad es que sí, aunque yo considero que el juego es
una
cosa externa y más profunda, un patrón encontrado en sueños
tal
como la división de la gracia de estos largos días de agosto,
sin
prueba alguna. Final abierto. Y antes de que te des cuenta
se
pierde en el ajetreo ruidoso de las máquinas de escribir.
Te
la han jugado una vez más. Yo creo que tú existes solamente
para
convencerme de que lo haga, en tu propio nivel, y luego ya no estás allí
o
adoptas una actitud diferente. Y el poema
me
ha empujado hasta ponerme suavemente a tu lado. El poema eres tú.
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