"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 9 de agosto de 2018
SEBASTIÁN CORREA POSADA
Malecón Cisneros 17:55
Sobre
el pasto verde
las
alas para volar
sobre
el rojo muro
que
divide el vuelo de los pasos
mis
codos soportando mi cabeza
soportando
mis audaces pensamientos
dejando
escapar suspiros de nombre propio
que
navegan con las olas del mar
así
como navegan las almas dueñas
de los
recuerdos deseosos de volar
y una
foto
una
inesperada foto
de mis
ojos
retando
al soñoliento sol
AZUL CHÁVEZ
Boceto de una mujer dormida
Duermen
frente a frente el gato y tú.
Me
pregunto si pueden comunicarse en sueños
o si él
es capaz de entenderte mejor que yo.
Luces
tranquila, incluso feliz,
mientras
tu mente navega
sobre
un mar de posibilidades.
Por
instantes me pregunto
si al
despertar de un largo sueño
no
estarás decepcionada
de
verme ahí, frente a ti,
mimetizado
con la realidad material
que nos
delimita.
AMOS OZ
Se despierta en mí
el deseo
Atardecer. Llueve en las colinas vacías del desierto.
Cal y roca y 0l0r a tierra mojada
después de un árido verano. Se despierta en mí el deseo
de ser lo que sería de no haber sabido lo que es sabido.
De ser anterior al conocimiento.
Como las colinas. Como una piedra en la superficie
de la luna. Inerte, silencioso y seguro
de que estaré tiempo en exposición.
Atardecer. Llueve en las colinas vacías del desierto.
Cal y roca y 0l0r a tierra mojada
después de un árido verano. Se despierta en mí el deseo
de ser lo que sería de no haber sabido lo que es sabido.
De ser anterior al conocimiento.
Como las colinas. Como una piedra en la superficie
de la luna. Inerte, silencioso y seguro
de que estaré tiempo en exposición.
De: "El mismo mar"
Versión de Raquel García Lozano
YEHUDA HA-LEVI
En el
corazón de los mares le digo al corazón turbado:
¡Oh tú, que te espantas al erguirse las aguas!
si tuvieras fe en Dios, que creó
el mar y cuyo Nombre se mantendrá por siempre,
no te atemorizaría el mar al encrespar sus olas,
ya que contigo está el que fijó sus límites.
¡Oh tú, que te espantas al erguirse las aguas!
si tuvieras fe en Dios, que creó
el mar y cuyo Nombre se mantendrá por siempre,
no te atemorizaría el mar al encrespar sus olas,
ya que contigo está el que fijó sus límites.
De "Poemas del mar"
Versión de Xabier Kintana
LUIS LÓPEZ ANGLADA
Con
recato...
Ésta
que en nieve y sueño la clausura
viola y la canción del agua fría;
Venus de soledad, mitología
del azulejo y la temperatura.
Ésta que en dos palomas la estatura
divide en rosas que el rosal querría,
por donde el agua que resbala ansía
quedar, dormir, morir en su blancura.
Ésta que al níquel alza los asombros
del rocío y redime por los hombros
del agua desahuciada del cabello,
es ella, amor, que, en soledad, ensaya
a dar forma a la espuma, pero... calla
que nada tienes tú que ver con ello.
viola y la canción del agua fría;
Venus de soledad, mitología
del azulejo y la temperatura.
Ésta que en dos palomas la estatura
divide en rosas que el rosal querría,
por donde el agua que resbala ansía
quedar, dormir, morir en su blancura.
Ésta que al níquel alza los asombros
del rocío y redime por los hombros
del agua desahuciada del cabello,
es ella, amor, que, en soledad, ensaya
a dar forma a la espuma, pero... calla
que nada tienes tú que ver con ello.
RICARDO MOLINARI
1
Yo te he querido bien. Nunca lo sabrá el polvo
de tu cuerpo,
ni tu cama desolada, sin noche entera.
-Tampoco sabe el hielo si la montaña siente,
cuando le oculta las nubes
una rama de tierra muerta-.
Yo amo como en un sueño perdido.
Me agrada sentirme vivir;
mi cuerpo es torpe porque llevo el pensamiento lejano,
y la soledad rodea mis latidos
con su calor sin mejillas.
Hoy es día de mi cumpleaños, y deseo estar todo para ti
-como si estuviera muerto -
lejos del otro mundo, sin azul, sin hombres que metan sus palabras
en mi cuerpo distraído.
Tal vez ya no te acuerdes de mí. Qué importa.
El recuerdo es igual a una llovizna
sobre un largo acueducto.
El viento del Otoño mueve las hojas de los árboles
y el frío abre sus manos en una pampa de ceniza.
Yo quisiera estar en el campo junto a un río,
o al lado de un amigo verdadero,
porque estoy melancólico.
Mi corazón desearía quedar dentro de tu pecho.
¡Quién entiende el amor
sin un lirio morado entre las cejas,
sin un bronce húmedo
apretado en el cuello!
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