martes, 23 de julio de 2019


FLOR ALBA URIBE





Paisaje con mar



Pardo lecho de arena,
playa inerte,
plural surtidor de toda raza,
cauce donde lo vital fluye y palpita.
La luz
divide el mundo
en hemisferios:
separa un duro azul bruñido luz arriba,
abajo el otro agita sus líquidos metales.
Lentas palmeras en el sopor creciendo,
el viento en cada giro las despierta
y son penumbra
sobre
las pieles húmedas.
El sol,
sensual hermanfrodita,
husmea los cuerpos tan mansos e indolentes,
hornea la oscura cosecha entre los muslos,
penetra cada pliegue, lento asedio,
y los cuerpos se entreabren
como frutos.
El mar,
ensalmador de
sueños y de viajes,
va por la playa con la lengua de sus olas,
lame un vientre, un labio, un pezón de plácida
escarlata,
una barba de miel, la fina espada
y el sellado pubis
de un muchacho.
Múltiple
lengua de mar,
tibia saliva
que deja en largos besos salitrosos
lodo continental, residuos cósmicos,
itinerante resaca de los barcos,
la baba seminal de los mariscos
y el llanto liminar de
los ahogados.
Los cuerpos,
desalojados del ensueño,
van hacia el mar, patria de la nostalgia,
buscando su raíz de oscura ciencia,
cordón umbilical de la inocencia,
forma que vuelve al agua,
agua que la rescata.


JULIA PRILUTZKY





Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo...



Tal vez no sepas nunca cuándo y cómo
quise salvar mi amor, tu amor. El nuestro.
Una vez será tarde.
Yo presiento
esa herida que avanza,
ese cierto dolor de no querernos.
Cómo decirte ahora:
mírame aún, así, trata de verme
como soy, duramente.
Con mi ternura. Claro, y mis tormentas.
Cómo decirte: sálvalo, si quieres
y cuídalo. Se te ha ido de las manos,
se me va de la sangre y no regresa.
Cómo decirte que te quiero menos
y que quiero quererte como entonces.
Y que entiendas
y no te encierres más.
Y me dejes creer en ti, de nuevo.
Cómo decirte nada.
Un día será tarde. Tarde y lejos.


LOUIS ARAGON




Poemas de capa y espada



Los caballeros del huracán se enganchan en los postigos de los comercios
Vuelcan los jarros de leche como simples alfeñiques
Giran alrededor de las cabezas
Van a apoyarse con nostalgia en la bola pilosa de los peluqueros

                       Caballeros del huracán
                       qué habéis hecho de vuestros guantes

Al azar por los barrios que ellos perturban
Suben entre las casas
Hacia arriba hacia abajo hacia arriba hacia arriba
Suspiran en las buhardillas
Suspiran en los respiraderos
                       Caballeros del huracán
                       Pero dónde pero dónde dejasteis vuestros guantes

Uno se aleja otro se aproxima
son dos bien lo veo
El que se aleja es San Sebastián
El que se aproxima es un pagano

                       Caballeros del huracán
                       Qué intrigantes que sois

San Sebastián se arranca algunas flechas
El pagano las recoge y las lame
San Sebastián lleva el reloj en la muñeca
Las tres y diez

                        Caballeros del huracán
                        Dónde dónde dónde dejasteis vuestros guantes

Uh Uh en las chimeneas
Las tres y once actualmente
Hace rato que no hay trenes subterráneos
Qué vais a buscar en los sótanos

                        Caballeros del huracán
                        Quizás hayáis perdido vuestros guantes

Aquí dejé mi corbata
Me responde San Sebastián
El pagano nada dice
Sin duda ha extraviado su corbata
                          Caballeros del huracán
                          Los guantes han caído a la alcantarilla
Uno observa el momento actual
El otro tiene recuerdos en los oídos
Uno alza vuelo y el otro muere
La noche se abre y muestra las piernas
                          Caballeros del huracán
                          Caballeros extravagantes 


De: "Le mouvement perpétuel"

Versión de Aldo Pellegrini


LOUIS ELISABETH GLÜCK





Maitines



Perdóname si digo que te amo: a los poderosos
se les engaña siempre, los débiles
son siempre manejados por el miedo. No puedo amar
lo que no puedo concebir, y tú no revelas
virtualmente nada: ¿acaso te asemejas al espino,
siempre la misma cosa en el mismo lugar,
o a la dedalera inconsistente, que brota primero
como espiga rosada en la ladera, junto a las margaritas,
y al año siguiente es púrpura en el rosedal? Ya ves
lo inútil que es este silencio que promueve en nosotros la creencia
en que tú puedes ser todas las cosas, la dedalera y el espino, la vulnerable
rosa, la terca margarita; nada nos queda sino pensar
que no podrías existir. ¿Es eso lo que quieres
que pensemos? , ¿lo que explica el silencio esta mañana,
los grillos cuyas alas no se frotan, los gatos
que en el patio no pelean?


De: "Iris salvaje"


Versión de Eduardo Chirinos


GUILLAUME APOLLINAIRE





Escribo solo a las cambiantes luces...



Escribo solo a las cambiantes luces
     Que arroja un leño ardiente
A veces se lamentan los obuses
     Frecuentemente

Oigo el galope de un corcel que cruza
     Por el campo lejano
El siniestro graznar de la lechuza
     Sube al cielo mi mano

Traza estas líneas desoladamente
     Adiós mi corazón
Trazo el signo también místicamente
     De la Gran Ilusión

Oh mi místico amor oh Lou la vida
     Nos dará el doble fuego
De la delectación nunca extinguida
     Compartiremos luego

Un amor que será el único amor
     Adiós mi corazón
Enciende un astro místico su fuego
     Tiene el color

Del ambiguo color de tu mirada
     Que entre las sombras arde
Siento una aguda herida renovada
     Adiós. Es tarde


Versión de Andrés Holguín


FRANCISCO VILLAESPESA





Convalecencia



¡Qué suavidad, qué suavidad de raso,
qué acariciar de plumas en el viento;
en terciopelos se apagó mi paso
y en remansos de seda el pensamientoI

Todo impreciso es como en un cuento,
se desborda en silencio como un vaso,
y en esta tibia languidez de ocaso
desfallecer hasta morir me siento.

Como un panal disuélvome en dulzura,
desfallezco de todo: de ternura,
de claridad, del éxtasis de verte...

Y todo tan lejano, tan lejano...
En este atardecer tu frágil mano
pudiera con un lirio darme muerte...