lunes, 12 de mayo de 2014

SUAD MARCOS



 

Carmesí

 

 
En mi cuerpo
caracolas desbordan oleajes.

Jadeantes las palabras se extienden
de su boca a mis senos.

Sus labios atrapan las gaviotas,
las auroras,
las ausencias.

Límites de deseo rebasan la noche.

Las entrañas alcanzan instantes
entrelazados a un ocaso indeleble.

La añoranza persigue utopías escarlatas.

Promesas serpentean mis amaneceres.
 

 

DAISY ZAMORA


 

 

Al pie de la diosa blanca

 
 

Es cierto que te he traicionado.
Por años te pospuse con argumentos vanos.
¡Cómo desatendí tus llamados!
Quise taparme los oídos con la dorada
cera de las abejas, pero
no era de sirenas tu canto.
Hasta en sueños me perseguías
e hiciste yunque de mi pobre cabeza
y yo, necia, me negaba a obedecerte.
Pero prevaleciste, oh Diosa, sobre mí
y sobre la voluntad de quienes quisieron
encadenarme en el antiquísimo rol.
Tampoco puede decirse que fui cobarde
porque de algún modo supe resistir.
Te filtrabas, aliento que hinchó el alma.
He sobrevivido al menos, Diosa, y te hablo,
vencedora: soy tuya para siempre. 

 

HELENA RAMOS


 
 

63

  

En verde musgo
se guarecen secretos
que tú ya sabes.

  

De: Polychromos (haikus)

 

 

 

ANA ILCE GOMÉZ


 

Vidrio Daliniano

 

Me he asomado al espejo
y al otro lado la dama en plenilunio
esperando paciente el porvenir,
los hachazos del tiempo cotidiano
los espejuelos turbios
las manos listas
para atrapar el elixir o la vid.
Lacerante mirada me he brindado a mí misma
desde esa quietud inesperada
desde esas aguas estancadas
que me revelan los ayeres del hoy.
Lienzo pongo que cubra la luna macerada
del espejo. En su fondo
dama sigue peinada, pecho altivo
cabello satinado
cubriéndose de polvos y de polen
sobre los pulcros vidrios
del horror.


De: Poemas de lo humano cotidiano

 

 

 

MICHÈLE NAJLIS



 

Ya tú sabes que murió

 
 

Ya tú sabes que murió

y sabes dónde está la tumba del hermano,

aquel hermano que no tuvo sepultura.

Tú lo sabes

porque tu corazón es tierra que lo cubre

y nuestros días flores nuevas para florecer su tumba.

 

 

 

RUBÉN DARÍO


 

Canción de otoño en primavera

A Gregorio Martínez Sierra.

 

Juventud, divino tesoro,
¡Ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer...

Plural ha sido la celeste
Historia de mi corazón.
Era una dulce niña, en este
Mundo de duelo y aflicción.


Miraba como el alba pura;
Sonreía como una flor.
Era su cabellera oscura
Hecha de noche y de dolor.

Yo era tímido como un niño.
Ella, naturalmente, fue,
Para mi amor hecho de armiño,
Herodías y Salomé...

Juventud, divino tesoro,
¡Ya te vas para no volver...!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer...

Y más consoladora y más
Halagadora y expresiva,
La otra fue más sensitiva
Cual no pensé encontrar jamás.

Pues a su continua ternura
Una pasión violenta unía.
En un peplo de gasa pura
Una bacante se envolvía...

En sus brazos tomó mi ensueño
Y lo arrulló como a un bebé...
Y le mató, triste y pequeño,
Falto de luz, falto de fe...

Juventud, divino tesoro,
¡Te fuiste para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer...

Otra juzgó que era mi boca
El estuche de su pasión;
Y que me roería, loca,
Con sus dientes el corazón,

Poniendo en un amor de exceso
La mira de su voluntad,
Mientras eran abrazo y beso
Síntesis de la eternidad;

Y de nuestra carne ligera
Imaginar siempre un Edén,
Sin pensar que la primavera
Y la carne acaban también...

Juventud, divino tesoro,
¡Ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer...

¡Y las demás! En tantos climas,
En tantas tierras siempre son,
Si no pretextos de mis rimas
Fantasmas de mi corazón.

En vano busqué a la princesa
Que estaba triste de esperar.
La vida es dura. Amarga y pesa.
¡Ya no hay princesa que cantar!

Mas a pesar del tiempo terco,
Mi sed de amor no tiene fin;
Con el cabello gris, me acerco
A los rosales del jardín...

Juventud, divino tesoro,
¡Ya te vas para no volver!
Cuando quiero llorar, no lloro...
Y a veces lloro sin querer...

¡Mas es mía el alba de oro!