domingo, 4 de marzo de 2012


JORGE ERNESTO OLIVERA



Fauna marina (1)



a cuarenta y dos horas de tu distancia
mi rastro huele a maníes deshechos
alfombras de la desventura mi cuerpo
dibuja espacios en el lugar

exacto milímetro de tu ausencia
periférico sentimiento aturde sombras

la esquina,
borrosa imagen late tu cuerpo,
ganando la ausencia.

JORGE ESQUINCA



Abril



Mientras nosotros escribimos
la vida pasa fuera con su lámpara

Mientras nosotros amamos
todo lo escrito carece de importancia

Mientras bebemos y cantamos
el amor nos traspasa sin herirnos

Mientras estamos aquí
algo sucede

Tal vez abril

RAMÓN DE GARCÍASOL




Fe

Dulcinea del Toboso es la más hermosa
mujer del mundo…
Quijote, 2 LXIV


Has de matarme sin lograr que ceda,
y ni entonces podrás decir que dudo.
Si tu fuerza mi cuerpo vencer pudo,
nunca llegó a mi fe, ni habrá quien pueda.

Derribado, no esperes que conceda
un sí para tu gloria. Muerto y mudo,
por mí hablarán mis hechos más agudo
lenguaje que en palabra humana queda.

Aprieta más la lanza, caballero:
no puedo confesar a mi señora
segundona de nadie en hermosura.

A tu merced y en tierra vine, pero
tengo intacto el esfuerzo, y la ventura
no siempre de lo justo se enamora.
                        

NORA MENDEZ



La estación de los pájaros (I)


Ojos, tus ojos
Como el alba dormida
Tu boca quieta y pájara
Se desviste de asombros,
Me enredo y caigo
Sin piedad sobre ella
Recostados vamos
Viendo pasar metáforas
Por debajo de la carpa

En el incienso de la noche
Se sujetan entre sí nuestras caricias,
Quieto vas
Quieto te veo partir
Bajando tibio
En el puente imaginario de mis ritos
En ese cruce rítmico
De dos corazones
Que acaso aman
Escribo este poema,
Que será para ti
como
un
vestido
Ajustado a tus nervios
A tu olfato de fauno
Herido como tú en el centro
Tallado a tu estribillo
Perpetrado a tu piel

Con el irás a la tierra
Cama de nuestro encuentro
Con el te irás arropado
Desnudo itinerante
Completamente mudo
En nuestra última
noche de amo


NOHEMÍ SOSA


Si volviera...


Si volviera sería sólo fantasma
aunque hojas de palmera abaniquen mi rostro
tu no me veras como en aquellas noches de vigilia
en mi rebelión te perdí
ahora sólo soy mascaron de proa
de un barco que no llegará