"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 1 de julio de 2022
ADELE DESIDERI
De
aquello que, amado, se pierde por incuria
Es
un instante, un respiro, una mirada,
un
fragmento de piel entre el jeans
y el
suéter,
una
mano sobre la chaqueta que te empuja.
Se
ahoga en un vaso de agua,
se
muere por una zancadilla,
se
pierde por una nadería.
Hace
frío, aquí, y el corazón casi no bate más.
Aprieta
fuerte la mano, después me percibes mariposa,
aminoras
la presa y me pierdes.
Falta
siempre algún segundo al toque,
tu
campanario marca horas diferentes,
la
liturgia de los pensamientos está descentrada.
En
un destello nos divide
una
galaxia desconocida.
Sin embargo,
a veces
como
golondrinas volamos al unísono.
Versión
de Carlos Sánchez
JAVIER BOZALONGO
Oro
Rebuscamos
entre lo inverosímil
la inmediatez de lo certero
en desastrosa persecución de lo imposible.
Erramos.
Busquemos en la arena
la verdad que se esconde,
seguros de encontrar
detrás de la apariencia
aquello que la luz
-cedazo ocasional-
separa y nos reserva.
AUGUSTO MONTERROSO
La
fe y las montañas
Al
principio la Fe movía montañas sólo cuando era absolutamente necesario, con lo
que el paisaje permanecía igual a sí mismo durante milenios. Pero cuando la Fe
comenzó a propagarse y a la gente le pareció divertida la idea de mover
montañas, éstas no hacían sino cambiar de sitio, y cada vez era más difícil
encontrarlas en el lugar en que uno las había dejado la noche anterior; cosa
que por supuesto creaba más dificultades que las que resolvía.
La
buena gente prefirió entonces abandonar la Fe y ahora las montañas permanecen
por lo general en su sitio. Cuando en la carretera se produce un derrumbe bajo
el cual mueren varios viajeros, es que alguien, muy lejano o inmediato, tuvo un
ligerísimo atisbo de fe.
De:
“El paraíso imperfecto”
JUAN LARREA
Carne
de mi carne
Entre
lirios de falsa alarma
la insistencia de una avispa deja adivinar tu cuerpo
el ardor ahoga una presa demasiado mía para ser fingida
nodriza de dos filos sobre su lecho de convidado
el ardor deshace el nudo de la marisma viviente
donde el amor te esparce y se retira
El
ancla de tu palidez se sumerge
hasta la detención de las formas es aquí
donde la lluvia se pinta de azul el corazón
y furtiva una corriente de aire
desmiente ese gesto que significa ignoro
el bello blanco que ofrezco
El
ojo lava su párpado al borde confuso de la duda
y descompone tu cabeza en siete ruiseñores mórbidos
lo hay ya necesidad de apagar nuestras heridas
espacio por sí mismo se olvida para plegarse a tus alas
RAQUEL JODOROWSKY
Un
adiós
¿Dónde
te has ido amor?
Sólo respiro el humo
Del incendio de mis huesos
Dónde esconder la cabeza
Cuando ya nada nos queda
En este tirabuzón de venas
Cuando la fuerza de la vida
Vestida con la sangre
Ya no alumbra.
Ay
huésped fugitivo
Como castaña noble
Has sido
Hoy eres fuego que no prende
Que se fue a conversar
Con el olvido.
Y ahora presa
En la red de la existencia
Delante de los días de la vida
Y los días de la muerte
Que van corriendo juntas
Por un mismo corredor.
Que hacer, que haré.
Sólo en las canciones de los ángeles
Tal vez pueda encontrar
Una respuesta…
FLORIDOR PÉREZ
Natacha
Le
han dicho
Con
este hombre
no tendrán dónde
caerse muertos.
Le
he dicho
tendremos
todo el mundo
donde pararnos vivos.
