"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 22 de enero de 2021
RUTH TOLEDANO
Que
no piensen después…
Que
no piensen después
los visitantes
que allí se alzaron templos, se trazaron
avenidas, se dispusieron salas
para múltiples usos sospechados:
Era
un paisaje tan desnudo.
EMILIO CARRERE
Café
popular
Gentes
endomingadas, discreteos banales…
un galán dice un lindo madrigal a Rosina,
que es una burguesita romántica y divina
con los ojos cargados de visiones nupciales.
Olor
de ropa limpia que aromó la manzana
del arcón familiar. Surge como una estrella,
exótica, entre el trueno de alegría plebeya,
una linda que es una marquesa verleniana.
Llora
el piano una vieja y triste cavatina;
sueña y vierte una lágrima romántica Rosina;
enmudece el horrísono clamor dominical.
La
melodía apaga las risas populares
y pone una encantada hora sentimental
en la monotonía de esas vidas vulgares.
EUGENIO PADORNO
El
canto que aguarda
(dentro
del silencio)
EN la noche de un antiguo verano,
En la ventana, la piel enrojecida
Por el sol que horas antes recibiera
En exceso, ante el desplegado coro
De los grillos, me hallé probando,
Con la perseverancia
Y fe de juventud,
La existencia de un poetizar puro.
Con un ritmo que se mide
Y se pesa en la boca,
Di continuos paseos hasta la mesa
Rústica, con papeles
Dispersos donde anotar
Cifras de una oscura ganancia,
Por volver enseguida
A aquel rectángulo de luz,
Horadado entre muros
Sombrosos sobre el mar…
Abiertos los sentidos,
Miraba de nuevo hacia lo alto:
Creía arrancar a la mudez de las estrellas
Enigmas susurrados por la carne habladora.
CARLOS LOPEZ NARVAEZ
Visión nocturna
Fue en el palacio de cristal de un sueño
dulcemente febril, plácida orgía...
Un reír y una voz, la melodía;
y en un regazo mi cojín sedeño.
El mudo esclavo ya no fuí; su dueño
con ebriedad morosa me sentía.
Sobre su esbelta desnudez ceñía
la gracia un manto de imperial diseño.
Era la virginal magnificencia,
toda fulgor y grávida sapiencia,
sagrado cáliz, perfumado leño.
Sin falacia, sin tedio, sin reproche,
la diadema nupcial tejió la noche,
en el palacio de cristal de un sueño.
VLADIMIR MAÏACOVSKI
"A
todos"
De mi muerte, no se culpe a nadie, y por favor, sin comentarios.
Al difunto le molestaban enormemente.
Mamá, hermanas, camaradas, perdonadme, -no es un
método-
(no se lo aconsejo a nadie), pero no tengo otra salida.
Lila, ámame.
Camarada Gobierno: mi familia se compone de Lila
Brick, mamá,
mis hermanas y Verónica Vitóldovna Polónskaia¹.
Si les haces la vida soportable, gracias.
Envíen los versos sin terminar a los Brick. Ellos
sabrán descifrarlos.
Como se dice,
el "incidente" ha terminado,
"la barca del amor,
se estrelló contra la vida cotidiana":
Estoy a mano con la vida,
y es inútil recordar,
dolores,
desgracias,
y ofensas recíprocas.
Sigan felices.
Vladimiro Mayacovski
12-4-1930
1.- Actriz casada que vivió el último año con Mayacovski pero que no quiso
abandonar a su marido.
MIHAÏ BENIUC
Van andando...
Con un paso ya lento o más apresurado,
sobre un camino pavimentado de milenios
se van los muertos, los vivos,
se van los vivos y los muertos.
A veces un vivo se detiene
para surgir como un muerto cerca de ti,
para marchar como un muerto junto a ti.
A veces los vivos están más muertos que los muertos,
a veces los muertos están más vivos que los vivos,
pero todos cantan
y los muertos más alegremente
porque no tienen ningún miedo a la muerte,
y los vivos más alto,
para darse valor antes de morir.
Los muertos van ligero, sin equipaje,
todo lo más una canción,
una palabra buena,
un hermoso recuerdo,
un pensamiento en un libro.
Los vivos por el contrario arrastran detrás de sí objetos domésticos,
un platillo de café,
pucheros, cucharas,
los libros polvorientos, más viejos o más nuevos,
sus manuscritos hasta la última hoja.
Además, algún vivo
se carga también con ideas,
con versos, con invenciones de otros,
muertos o vivos,
dándolos por suyos,
y hay quien en esta faena
se mata trabajando,
teme a los ladrones
o teme que los muertos le pongan algún pleito.
Pero los muertos hacen alegremente sonar sus esqueletos,
bajo la lluvia, el sol o la luna,
y siguen su camino
y dejan brotar como bandera
algún girón de vida.
Al frente va el abanderado
conocido como un gran porta-estandarte,
a su lado los generales,
con los mapas y las brújulas,
los gemelos y otros utensilios para buscar la cima más lejana
llamada porvenir.
Y la cima aparece -desaparece-,
se yergue y se retrae,
danza, se desploma,
unas veces alegre, otras sombría.
Y parece siempre alejarse.
En la columna están también los retrasados,
los que se paran bajo los árboles
por las manzanas, por las nueces, por los gorriones.
Pero ninguno intenta fugarse
porque detrás está sólo el pasado,
ilusiones cercadas por un cerco de ilusiones
y nadie querría extraviarse entre fantasmas
pues cada uno quiere ver con sus ojos el Porvenir.
1966
Versión
de Rafael Alberti y María Teresa León