sábado, 6 de julio de 2013

FRANCISCO LUIS BERNÁRDEZ




Soneto enamorado



Dulce como el arroyo soñoliento,
mansa como la lluvia distraída,
pura como la rosa florecida
y próxima y lejana como el viento.

Esta mujer que siente lo que siente
y está sangrando por mi propia herida
tiene la forma justa de mi vida
y la medida de mi pensamiento.

Cuando me quejo, es ella mi querella,
y cuando callo, mi silencio es ella,
y cuando canto, es ella mi canción.

Cuando confío, es ella la confianza,
y cuando espero, es ella la esperanza,
y cuando vivo, es ella el corazón.


RUBÉN DARÍO


  

Voy a confiarte, amada...



Voy a confiarte, amada,
uno de los secretos
que más me martirizan. Es el caso
que a las veces mi ceño
tiene en un punto mismo
de cólera y esplín los fruncimientos.
O callo como un mudo,
o charlo como un necio,
suplicando el discurso
de burlas, carcajadas y dicterios.
¿Que me miran? Agravio.
¿Me han hablado? Zahiero.
Medio loco de atar, medio sonámbulo,
con mi poco de cuerdo.
¡Cómo bailan en ronda y remolino,
por las cuatro paredes del cerebro
repicando a compás sus consonantes,
mil endiablados versos
que imitan, en sus cláusulas y ritmos,
las músicas macabras de los muertos!
¡Y cómo se atropellan,
para saltar a un tiempo,
las estrofas sombrías,
de vocablos sangrientos,
que me suele enseñar la musa pálida,
la triste musa de los días negros!
Yo soy así. ¡Qué se hace! ¡Boberías
de soñador neurótico y enfermo!
¿Quieres saber acaso
la causa del misterio?
Una estatua de carne
me envenenó al vida con sus besos.
Y tenía tus labios, lindos, rojos
y tenía tus ojos, grandes, bellos...



AMADO NERVO




Autobiografía



¿Versos autobiográficos ? Ahí están mis canciones,
allí están mis poemas: yo, como las naciones
venturosas, y a ejemplo de la mujer honrada,
no tengo historia: nunca me ha sucedido nada,
¡oh, noble amiga ignota!, que pudiera contarte.

Allá en mis años mozos adiviné del Arte
la armonía y el ritmo, caros al musageta,
y, pudiendo ser rico, preferí ser poeta.
-¿Y después?
                 
                    -He sufrido, como todos, y he amado.

¿Mucho?

                 -Lo suficiente para ser perdonado...


VÍCTOR DE LA HOZ





Dualidad terrenal y divina



Y vienes..te acercas con tu mundo imaginario,
y me lanzas al vuelo fugaz e inmortal,
tu memoria se disuelve con tu grito,
y tu alma se acongoja con la desdicha..
perfecta y sublime perdición de los encuentros..

Ayer fuiste mía,
y navegue en tu existencia marchita..
unas veces enferma..
otras invisible a la vista..
añoranzas y utopías
Tan solo una aproximación al devenir antiestético..

fuiste tú. y serás tú siempre
entre siluetas pluriformes y olores a pétalos caídos
Ya no vives, ya no cantas,
ya no sueñas en las nubes..
tan solo vigilas tu sendero,
Cual centinela divisa la estrella
Cual mariposa vuela en el hemisferio..

y yo…
Yo soy tan solo parte del todo..
unido a la materia y a la esencia
entrelazado en el origen..
amordazado en el fin,
en la extensión de la vida
de allí soy,
de allí vengo..
y hacia allá seguiré creciendo..

Dualidad terrenal y divina.

Lunas de fuego y soles de invierno,
Un aura de divinidad busque en tu regazo,
el infinito materializado en el cuerpo…
en tu cuerpo,
Donde me posé durante largas y consecuentes horas,
absorto,
estático ante tu mirada,
tu voz se penetro en mi conciencia hasta el punto de quedarse en ella,
y te busque,
y te encontré,
entre tanta maleza y selva espesa y oscura..
allí estabas,
tan celosamente tú,
Esperando ansiosa por tu libertad..


MARIO SALAZAR




Jesucristo



Son tus llagas virulentas
Es tu soledad en el martirio
De los clavos sangrantes
por la osadía y vanagloria de un imperio decadente
Es tu corona espinas de estirpe sublime
Cargas una pesada cruz sobre una espalda castigada a latigazos
Hombre probo y valiente que mueres por un ideal
Sufres por la humanidad
Cuando ella te da la retaguardia
Es tu asfixia dolor puro en esencia
Tu rostro compungido humilde te ve brillar en el espejo del héroe
Del profeta, del regente del cielo todopoderoso
Descendiste a morir a manos del hombre
Del carnicero vanidoso que atravesó en lateral tu cuerpo con una lanza
Sucumbiendo en la penuria del amor humano
Por gritar los pasos a la libertad del alma,
A la gloria eterna y a la bondad máxima
Caminaste largo y agotado ante las miradas de rechazo siendo luz
En el camino de cualquier cristiano
Y en tu último aliento pediste misericordia
No por ti como hubiera hecho cualquier cobarde
Sino por la raza que te perforo  las manos y  los pies
Bajo un cartel que se burlaba de tu naturaleza
De Dios en la tierra.
Y en el tiempo se dieron cuenta que eras Jesús de Nazaret
Cuando el mundo se derruía
Recordando la “muerte” del padre rey.



GONZALO OSSES VILCHES




Al Ver Pasar A La Gente



Al ver pasar a la gente,
¿Nunca te has preguntado quienes son?
¿Por qué luchan, qué sienten, qué hacen?
¿serán protagonistas de historias románticas,
serán esclavos de una rutina amarga,
serán juguetes del destino o marionetas de Dios?

Al ver pasar a la gente,
al caminar junto a ella, tú sientes, al igual que yo,
que no caminas entre ganadores y perdedores,
sino que sabes que caminas entre sobrevivientes.
Entre sobrevivientes de revoluciones hechas por falta de comida,
entre sobrevivientes de guerras que comienzan durante un partido de ajedrez.

Al ver pasar a la gente,
te das cuenta que paseas entre hombres y mujeres sin nombre,
hombres y mujeres indiferentes para ti,
cuyas vidas no conocemos y cuyas muertes no nos causan nada.
Son sólo muertes; muertes que leemos en los diarios matutinos,
obituarios fríos, nombres sin rostros.

Al ver pasar a la gente
¿No te gustaría conocer sus historias? …a mí sí.
me gustaría saber de sus sueños, aprender sus razones para sobrevivir.
contar sus historias; inventándoles momentos alegres,
regalándoles felicidad.
Creo que debería empezar por mí.
creo que debo comenzar por mí historia.
Por la historia del amante abandonado.
Por la historia del amigo traicionado.
Por la historia del soñador que despierta
en medio de un torrente de mentiras verdaderas.

Serán cuentos de infiernos y cielos,
de noches con sol y días con luna,
de corazones negros cicatrizados
y ventanas por donde ya no se asoma el sol.

Es la repetición de la vieja historia,
lo mismo, pero con distintos actores.
Los mismo sentimientos entremezclados
y las mismas perversiones colectivas,
relaciones autodestructivas, valores alterados,
niños olvidados y dioses censurados.

Al ver pasar a la gente, ahora,
me doy cuento que no quiero contar historias;
es todo, es siempre lo mismo.

Tampoco contaré mi historia.
Si quieres saberla… imagínatela.
párate en una esquina
y al verme pasar con el resto de la gente,
Invéntame un final feliz.