"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 7 de noviembre de 2025
NOÉ LIMA
Cuarto de hotel
Anochece
una aguja líquida empieza a asomarse
en la ventana
apenas llegamos ayer
balas listas
pistola recién comprada
bolsas negras
kerosene en abundancia
apenas llegamos ayer
la mujer secuestrada
muestra un estanque perlado en sus manos
unas uñas de cierzo dulce
muestra
el planisferio blanco de su ano
el alabastro rumiante de sus labios
con los golpes
ronca
a veces cuando el cansancio vence
su aorta
su indecisa cabellera núbil
al rodar por el suelo
apenas llegamos ayer
y ya quiere morirse.
MAURICIO MARQUINA
Las palabras son lazos
Las
palabras son lazos. Crecimientos de sonidos que invaden cercando. Tú sabes que
comienzo a nacer por tus ojos. Por tu mirada que crea este hervor y este
palpitar que crece al respirarte cerca, al apretarte el rostro, la señal del
agua. Tu vientre es esa voz que escucho caminar a ciegas por la piel. ¡Todos
mis sueños son criaturas que gimen en ti, no te das cuenta! ¡He convocado mis
edades y mis pensamientos para llegar a tu centro y rodar infinitamente! Así
fundidos, agrietados por un sueño que nos dejó locos. Por tu sexo, por tu
delicado y profundo oficio que ciega, que me atrapa, esa correntada que me
sacude como una descarga de soles en la pirámide alucinada. ¿De dónde viene tu
cuerpo que tiembla en mi lengua como una hoja? Un rayo que sube desde el suelo
profundo y te une a mí. Llévame contigo. Resucítalo con manos submarinas, anda,
rodea su lengua con tu boca subterránea, sácale los ojos, el corazón, el sueño,
enséñale a volar, haz crecer esta hambre que nos consume.
LUCÍA PATIÑO
Papá sabe de cuerpos fraccionados
Papá
sabe de cuerpos fraccionados
porque nació en los cincuenta
de la violencia bipartidista
de
niño vio llegar a su pueblo
en lomo de mula
pedazos de campesinos liberales
Tenía
decidido no ser padre
para que nadie pudiera hacer carnicerías
en el cuerpo de sus hijos
Papá
conoce la crudeza de la guerra
pero no estaba preparado
para la crudeza de mi cuerpo abierto
ANDRÉS ARANGO
Papá
siempre quiso un hijo con manos pesadas
para que remover la tierra fuera un oficio menos solitario
y enseñarle que los hombres cargan todo lo que se van a comer
Un
hijo que domesticara el viento dando puñetazos al aire
sometiera las bestias con el crujir de sus dedos
usara con precisión médica el martillo y la segueta
que tocara la guitarra y golpeara la mesa en reuniones familiares
Un
hijo con manos firmes para hacer cortes definitivos
para contener el aleteo agónico de un ave
que se desangra colgada de los pies
Un
hijo que reconociera la importancia del sacrificio
y encendiera la voz como una hoguera
Un
hijo que no tuviera mis manos
que evitan empuñarse y aterrizan como palomas
sobre la mejilla de otro hombre
Mis manos
que tejen redes invisibles con paciencia arácnida
y atraviesan los laberintos de la noche manchadas de tinta
Papá
siempre quiso un hijo que no tuviera mis manos
que soportan el peso del mundo
garabateado en una hoja de papel.
IRMA PINEDA
Un día la sangre me gritará que soy mujer
y
puedo dar vida
Entonces mi sangre ya no será mi sangre
Cederé mi cuerpo
mis huesos y mi piel
Algo dentro de mí morirá
para hacer vivir
De: “Rini Lisa” (Sangre de Familia)
CLAUDIA FERNÁNDEZ
Silencio
Allí,
donde habita el silencio,
el mundo me basta.
Donde la niebla
abraza nuestros dedos,
la suave hierba húmeda
nos espera.
Allí,
como las aves sin nombre,
volveremos a nacer.
